El congelador es uno de los grandes inventos gracias al cual hemos podido aprovechar más cantidad de comida al mismo tiempo que no necesitamos visitar el supermercado o mercado tan a menudo. Así es posible conservar todos nuestros alimentos para consumirlos cuando queramos y aguantan en mejor estado durante un periodo más largo de tiempo.
Sabemos que prácticamente cualquier alimento puede congelarse, pero la duda que hoy planteamos es la referida a las setas naturales. ¿Podemos congelar las setas?
Las setas, como muchos sabremos, se tratan de un producto de temporada y hay infinidad de tipos: boletus, champiñones, shiitake, níscalos, setas, etc… y solo es posible conseguirlas en un tiempo específico y considerablemente corto. Hoy te explicamos si es posible hacerlo y qué forma es la más adecuada para ello.
¿Se pueden congelar las setas?
La respuesta a esta pregunta es fácil, por supuesto que sí podemos congelar nuestras setas frescas o crudas. Se trata de un producto de temporada por lo que nos vendrá muy bien tenerlas disponibles durante todo el año para elaborar cualquier receta que tengamos en mente.
Por otro lado, te aconsejamos sobre la forma en la que puedes hacerlo para que se mantengan en un estado óptimo.
- Principalmente consiste en disponerlas en bolsas zip o bolsas herméticas de congelado que posean un cierre hermético.
- Es necesario tener en cuenta que antes de introducirlas, no es necesario lavarlas, ya que si lo hacemos estaremos agregándole humedad, lo que no les viene bien. Lo que sí tendremos que hacer es retirarles la suciedad y la arena que contengan, con ayuda de un trapo y es recomendable que no se corten o laminen antes de introducirlas en nuestro congelador.
- Con el fin de garantizar que el congelado sea bueno, te recomendamos no llenar de forma excesiva las bolsas porque si no, no tendrán el espacio necesario. Con esto, colaboraremos con la permanencia del sabor, la textura natural, el aroma y sus propiedades.
- Asimismo, siempre que se encuentren a una temperatura de -20º C, lograremos mantener e incluso potenciar su aroma y sabor. Si las congelamos en estado crudo, serán de 6 a 9 meses, el periodo de tiempo que aguanten sin perder sus propiedades, pero para garantizar que la textura no varíe y su sabor y aroma se mantengan, es recomendable consumirlas antes de este tiempo.
Congelar las setas ya cocinadas
Otra opción es congelarlas después de haberlas cocinado y son varios los métodos a través de los cuales podemos hacerlo. Estos métodos ayudan a mantener las propiedades del alimento y son los siguientes:
1. Setas escaldadas
Esta técnica consiste en introducir nuestras setas durante unos minutos en agua hirviendo. Este método es uno de los mejores si queremos dejar preparadas nuestras setas e introducirlas en el congelador.
- El tiempo que deberán sumergirse en el agua, dependerá del tamaño de la seta, pero variará entre los 2 y los 6 minutos. Cuando las saquemos, dejaremos que se enfríen a temperatura ambiente y después las secaremos con papel de cocina.
- Ya estarán listas para introducirlas en nuestra bolsa de congelados y te aconsejamos que escribas en la bolsa la fecha en la que la introduces en el congelador con el fin de saber de cuánto tiempo disponemos para su utilización. Siempre que se encuentren a una temperatura igual o inferior a los -18º C, podremos conservarlas durante 6 meses.
2. Setas guisadas
- Si guisamos, cocemos o salteamos las setas, evaporaremos en gran medida el agua que estas contienen, por eso, podemos cocinarlas a menor temperatura y con un hilito de aceite.
- Después las introduciremos en nuestra bolsa de congelado, pero al vacío y con su cierre hermético, lo que nos ayudará a mantenerlas de 3 meses a un año, siempre que se congelen a una temperatura de -18º C. También puedes emplear este método si las haces en salsa.
Trucos y consejos para congelar las setas ya cocinadas de forma adecuada
El buen estado de las setas dependerá de la forma en la que las congelemos y para ello, es recomendable que sigas los pasos que te indicamos a continuación:
- La forma de cocinado óptima para que nuestras setas se conserven de la mejor forma posible en el congelador es cociéndolas. Aunque crudas también pueden congelarse, al tratarse de un alimento que tiene una gran cantidad de agua, al congelarse aumentará su volumen y se romperán las fibras. Esta rotura provocará una disminución de las propiedades de las setas.
- Para limpiar las setas antes de introducirlas en nuestro congelador, te recomendamos que lo hagas con un paño de cocina, un trapo o un papel, pero es importante que no se laven con agua o se sumerjan en la misma porque afectará a la congelación.
- Selecciona el método de cocinado de setas que te sea más conveniente, ya sea freírlas, escaldarlas o saltearlas.
- Cuando hayas acabado, las introduciremos en una bolsa de congelación al vacío o con un cierre hermético. También existen tápers que cierran herméticamente, por lo que puedes utilizarlos de igual manera.
- El último paso será meter nuestros envases en el congelador. Y ya tendrás tus setas disponibles para la receta y momento que tú elijas. ¡Qué aproveche!
¿Y cómo las descongelamos?
Después de haber visto que sí es posible congelar nuestras setas, nos queda conocer la forma en la que podemos descongelarlas. Por eso, te ofrecemos algunas formas y consejos de descongelarlas de forma correcta y así poder consumirlas con su aroma, textura y propiedades correspondientes.
- Si las congelamos en crudo, solo será necesario colocarlas en la parte superior de una rejilla y con una bandeja debajo, de tal forma que eliminaremos el agua en lugar de que la vuelvan a absorber. Debes empezar el proceso dentro del frigorífico, ya que si no perderán el frío extremadamente rápido. Cuando ya han eliminado el agua que contenían, recuperarán su textura y estarán listas para nuestras elaboraciones.
- Por otro lado, si decidiste cocinarlas antes de congelarlas, no variará el método de descongelado salvo en un aspecto. Antes de que se hayan descongelado por completo, te recomendamos que las coloques en una sartén u olla, en función de la forma en la que las cocinaras en un inicio, y terminar de descongelarlas. De esta forma podrás añadirlas en una receta o consumirlas solas.
Estos son los trucos que te mostramos para poder disfrutar de todas las propiedades y elaboraciones que nos ofrece este maravilloso alimento, durante todo el año. ¡Manos a la obra y buen apetito!
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