Para 10 1.5€/pers. 390kcal/100g
Ingredientes
- Para la base de bizcocho:
- 3 huevos M
- 70 g. de harina de trigo especial repostería
- 70 g. de azúcar
- Para el almíbar:
- 100 ml. de agua
- 50 g. de azúcar
- 20 ml. de licor (ron, anís, brandy,...)
- Para el relleno de queso:
- 100 ml. de nata líquida para montar, mínimo 35% M.G.
- 5 hojas de gelatina
- 250 g. de queso fresco
- 350 ml. de nata montada
- 60 g. de azúcar glas
- Para la cobertura de manzana:
- 3 manzanas tipo Golden
- 1 rama de canela
- 10 g. de mantequilla
- 3 hojas de gelatina
El sagargala vasco es un pastel o tarta que se caracteriza por su frescor y suavidad. Es un postre que suele estar presente en las cartas de los asadores tradicionales que se compone de una base de bizcocho empapado en almíbar de licor, un relleno de crema de queso fresco y una cobertura de compota de manzana.
El origen de su curioso nombre tiene que ver con la manzana, ingrediente clave en su elaboración, que recibe el nombre de sagar en euskera.
Es una combinación perfecta de sabores con una textura cremosa en su interior que no deja indiferente a nadie. Resulta irresistible. Además se prepara sin horno, excepto en el caso del bizcocho (que se puede comprar y ahorrarnos un tiempo en el proceso de elaboración), pues las capas de manzana y de queso toman cuerpo por efecto de la gelatina que contienen.
Un trocito de sagargala vasco es ideal para poner el broche de oro a una comida copiosa, pues es fresco y nada pesado. Ideal para el café o la infusión de la sobremesa.
Preparación de sagargala vasco
Preparación de la compota de manzana
- Pelamos las manzanas y retiramos las semillas. Las troceamos y las introducimos en una sartén o cazuela junto con la rama de canela, la mantequilla y una cucharada de azúcar (opcional).
- Tapamos y cocemos todo junto a fuego medio, removiendo de vez en cuando, durante media hora o hasta que veamos que la manzana está muy tierna. Retiramos la canela y trituramos con ayuda de una batidora de brazo.
- Hidratamos las hojas de gelatina en un recipiente con agua fría durante un par de minutos, las escurrimos bien y las agregamos a la compota de manzana.
- Cubrimos un molde de cake con papel vegetal y vertemos la compota en su interior. Dejamos que se atempere antes de guardar en la nevera, donde esperamos a que esté fría para seguir montando el pastel.
Preparación del bizcocho
- Mientras esto ocurre, preparamos el bizcocho que hará de base del pastel. Para ello batimos los huevos y el azúcar en un recipiente bien grande y con la ayuda de unas varillas eléctricas. El objetivo es que la masa triplique su volumen y se vuelva de un color amarillo pálido.
- A continuación, incorporamos poco a poco la harina, pasándola por un tamiz. Removemos con suavidad y movimientos envolventes para no perder el aire del batido. Extendemos la masa resultante sobre una bandeja de horno forrada con papel vegetal, procurando que quede del mismo grosor por toda la superficie.
- Cocemos el bizcocho en el horno, precalentado a 180º C con calor arriba y abajo, durante 12 minutos o hasta que la superficie dorada. Retiramos y dejamos enfriar sobre una rejilla metálica. Reservamos.
Preparación del relleno de queso
- Hidratamos las hojas de gelatina en un recipiente con abundante agua bien fría durante unos cinco minutos. Calentamos 100 ml. de nata líquida en el microondas y, cuando la gelatina esté hidratada, la escurrimos y la añadimos. Removemos para ayudar a que se disuelva e integre bien la gelatina y dejamos atemperar ligeramente.
- Mientras tanto trituramos el queso fresco. Con la ayuda de unas varillas y poco a poco, lo incorporamos a la mezcla de nata con gelatina hasta conseguir una crema uniforme. Montamos el resto de la nata, que habrá de estar bien fría, junto con el azúcar glas. Ojo con pasarse, que se corta fácilmente y no tiene arreglo el asunto. Es preferible quedarse corto.
- Incorporamos un poco de la nata montada a la mezcla de la nata, gelatina y queso y removemos. Con ello conseguimos que la temperatura baje ligeramente sin formar grumos. Después volcamos, también poco a poco, la mezcla de nata, gelatina y queso al recipiente con la nata montada y removemos con suavidad y movimientos envolventes tras cada añadido.
- Vertemos el relleno de queso en el molde, sobre la capa de compota de manzana, sin llegar al borde. Necesitamos un poco de espacio para el bizcocho.
- Cortamos el bizcocho en un rectángulo de las mismas dimensiones que la parte superior del molde y lo colocamos en su interior. El bizcocho ha de hacer de tapa. Cubrimos el molde con papel film y lo guardamos en la nevera durante, al menos, ocho horas. Tiene que reposar, tomar cuerpo y gelatinizar, así que lo ideal es dejarlo toda la noche.
Montaje y presentación final del sagargala
- Cuando llegue el momento de servir el sagargala, retiramos el molde de la nevera y lo dejamos atemperar ligeramente. Preparamos un almíbar en un cacito, cociendo el agua con el azúcar durante 20 minutos.
- Lo retiramos del fuego y le agregamos el licor elegido. Pincelamos el bizcocho con el almíbar, que quede bien empapado, y desmoldamos el sagargala con mucho cuidado sobre una fuente de servir. Lo llevamos a la mesa y ¡a disfrutar!
Podéis ver todas las fotos de esta receta paso a paso en este álbum. No os perdáis detalle y os saldrá un pastel sagargala de rechupete.
Consejos para un sagargala vasco de rechupete
- Un pastel que no nos llevará más de 1 hora de preparación y 8 horas mínimas de reposo. Podemos decorar el sagargala con fruta fresca: dados o láminas de manzana, grosellas, frambuesas, etc. Aunque tal cual está de rechupete.
- Para agilizar el proceso de elaboración de este dulce, conviene tener listo el bizcocho. Se pueden usar bizcochos de soletilla o sobaos comprados en nuestra tienda de cabecera, siempre de la mejor calidad posible.
- El almíbar admite muchos licores: vino blanco dulce, anís, coñac, ron, etc. Usad el que tengáis a mano o prescindid de él. Es totalmente opcional.
- Hay que tener cuidado al juntar la mezcla de nata, gelatina y queso, que está caliente y lleva gelatina, con la nata montada, que está muy fría. Para que el choque térmico no produzca grumos de gelatina, lo ideal es enfriar la primera mezcla poco a poco para después añadirla a la nata montada.
Hemos trabajado 2 horas y 50 minutos para que disfrutes esta receta. ¿Cómo se calcula?
60 min. cocinando, 30 min. para hacer y editar las fotos, 45 min. para redactar y 35 min. para organizar y publicar todo en la web y en redes sociales.
😊 Sin contar lo que dedicamos a investigar cómo hacer la mejor receta, comprar los ingredientes, comerla (y repetirla si no ha salido de rechupete), leer vuestros comentarios y responder a las dudas.
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