A veces pareciera que el trozo final de la barra de pan contiene veneno. Y es que, aunque la gran parte desaparece durante la comida, el último trozo siempre sobra. Así vamos acumulando en la bolsa del pan trozos y trozos de pan de días anteriores que muchas veces acaban en la basura.
Hay muchas razones por las que desperdiciamos pan: se pone duro, rancio o se enmohece, no todo el mundo quiere comerse los extremos del pan y los bocadillos de los niños suelen llegar a casa en la fiambrera con un par de bocados. Pero en lugar de desecharlos, podemos luchar contra el desperdicio de alimentos y reutilizarlos aprovechando hasta la última miga.
En realidad, nuestros antepasados sabían muy bien cómo aprovechar el pan de días anteriores con elaboraciones muy ricas y sabrosas. Siendo el pan un alimento económico al alcance de todos, en tiempos de escasez tenían que aprovechar hasta la última miga y la imaginación era el único límite. Te sorprenderá la cantidad de platos diferentes que podemos hacer con pan duro. Desde el pan rallado hasta los picatostes, pasando por el pudin de pan, hay un montón de formas increíbles de dar nueva vida a nuestro pan duro.
Cómo conservar el pan
Pero veamos si podemos hacer algo para conservar el pan antes de recurrir a recetas de aprovechamiento. Con los panes blandos como el brioche o el pan de molde, si no lo vamos a comer en un periodo corto de tiempo, es preferible guardarlo en un lugar frío como la nevera, de esta manera evitaremos que se enmohezca, sobre todo si nos encontramos en climas más húmedos.
Con panes secos como la típica barra de pan, chapata o baguette, podemos guardar directamente lo que nos ha sobrado del mismo día en el congelador. Cuando queramos usarlo simplemente tenemos que dejar descongelar a temperatura ambiente y darle un pequeño golpe de horno para quitarle la posible humedad y tendremos un pan perfecto para comer.
Sin embargo, si ya han pasado uno o dos días desde su elaboración, el pan no está en estado óptimo para ser congelado, sobre todo con panes que no sean de elaboración artesanal que enseguida se resecan. En ese caso lo mejor es dejarlos a temperatura ambiente que se terminen de secar para poder emplearlos en alguna de las recetas de aprovechamiento que vamos a ver a continuación.
Recetas de aprovechamiento con pan duro
Panetes de Jaén
Receta de panetes, unos dulces típicos de Semana Santa de Albacete, Jaén y pueblos del Segura (Puente de Génave, Beas de Segura y alrededores). Los panetes o panecillos, como los llaman en algunas localidades, son un dulce perteneciente a la repostería tradicional popular. Sus ingredientes son humildes, económicos y básicos: miga de pan, huevo, azúcar, naranja, anís y aceite. Un postre de aprovechamiento del pan duro de otros días.
Migas manchegas
Es un plato muy sencillo, lleno de sabor, y que se ha vinculado desde siempre a los pastores que recorrían grandes territorios con su ganado. La base principal es el pan duro, que se pone en remojo, y luego se acompaña de diferentes ingredientes: papada de cerdo, panceta fresca, chorizo, tocino, longaniza, uvas, huevos fritos, etc.
Gachas dulces de Todos los Santos o poleá
Un postre de aprovechamiento heredado de épocas de escasez, donde era común que las familias campesinas elaboraran platos sencillos utilizando ingredientes básicos como por ejemplo el pan que quedaba duro de la semana. Aunque ahora podemos encontrar este postre con toques más modernos como leche, nata, azúcar, canela o anís.
Picatostes de sobras de pan
Es la idea más básica y que todos sabemos que podemos hacer con pan duro. Simplemente tendremos que cortar el pan en rebanadas y éstas en cuadraditos de 1cm x 1cm aproximadamente. Meteremos estos trocitos de pan en un bol y los sazonaremos con las especias de nuestra elección, por ejemplo: ajo, tomillo, orégano, albahaca, sal y pimienta.
Les echamos un chorrito de aceite de oliva virgen extra, mezclamos bien y extendemos sobre una bandeja de horno. Ya solo tendremos que hornear durante 15 minutos a 200º y ya podremos disfrutar de nuestros picatostes en la crema de verduras, en el gazpacho o en una ensalada.
Pudin de pan
Se parece a nuestras torrijas, pero con algunas diferencias. Se prepara en unos 15 minutos y se hornea en poco menos de una hora. En una fuente para horno mezclaremos un litro de leche, dos cucharadas de azúcar moreno, 200 ml de nata, y una ramita de canela. Cortamos nuestro pan duro en rebanadas, lo untamos en mantequilla y lo disponemos en la bandeja con la anterior mezcla. Lo horneamos a 200º hasta que todo el líquido haya reducido en una salsa pegajosa y servimos en caliente. Simplemente delicioso.
Panko japonés
El panko es una receta de pan troceado finamente o rallado groseramente que se utiliza en la cocina japonesa. Podríamos decir, para simplificar, que es el pan rallado japonés y equiparar el panko con el pan rallado tradicional de occidente, pero no le estaríamos haciendo justicia.
Pan rallado
Otro clásico a hacer con pan duro es el pan rallado. Solo necesitaremos un robot de cocina o procesador de alimentos. Y si no disponemos de ello, un simple rallador de toda la vida aunque tengamos que ponerle más empeño. Si queremos podemos incluso especiarlo con ajo o cebolla en polvo, para darle a nuestros rebozados un toque más sabroso. ¡Eso sí! Acuérdate de no utilizarlo en preparaciones dulces.
Sopa de cebolla
Esta deliciosa sopa francesa a base de cebollas caramelizadas con un fondo de caldo de ternera se culmina con queso gratinado al horno y una rebanada de pan tostado que al hornear dentro de la sopa queda bien esponjoso.
Sopas de ajo
La verdad que hay infinidad de sopas que se pueden hacer con pan duro, y es que era el recurso al que más acudían nuestros abuelos para engordar sopas o aprovechar este alimento tan económico. Al igual que en la gastronomía francesa, nosotros también contamos con varias sopas a base de pan, y quizá una de las más sabrosas es la sopa de ajo.
Además, es muy fácil de hacer: cortamos 5-6 ajos por la mitad pero sin pelar y los rehogamos con taquitos de jamón junto con una cucharadita de pimentón. Añadimos el pan duro fileteado y dejamos un par de minutos que absorba todo el sabor y añadimos el agua. Al final podemos coronar con un huevo para que se escalfe dentro de la sopa. Un plato sencillo y lleno de sabor.
Receta de sopa italiana de pan (Pappa al Pomodoro)
La gastronomía italiana también cuenta con su propia sopa de pan y, cómo no, tenía que ser a base de tomates. También es muy fácil de hacer. Tendremos simplemente que remojar en caldo de verduras hirviendo el pan duro previamente cortado en trozos y dejarlo en remojo para que se vaya ablandando y absorbiendo el sabor.
En una cazuela pondremos a rehogar un par de dientes de ajo fileteado y tomates pera previamente pelados y los dejaremos a fuego lento para que se vayan deshaciendo y caramelizando en su propio jugo.
Cuando los tomates estén hechos, incorporamos el pan previamente escurrido y lo majamos dentro de la cazuela con una espátula o tenedor de cocina, pero sin pasarlo por la batidora o pasapurés, de modo que la sopa quede con una textura gordita.
Torrijas
No podríamos acabar con otra receta sino con la mejor idea para aprovechar el pan duro. Las podemos hacer de leche o de vino, el procedimiento será prácticamente el mismo. Infusionar la leche o el vino con una ramita de canela y las peladuras de un limón y una naranja y cuando se haya atemperado empapar el pan duro cortado en rebanadas.
Una vez bien mojadas, las rebozaremos en huevo batido y freiremos en aceite bien caliente. Recién sacadas de la sartén las rebozamos en una mezcla de azúcar y canela, y ya tenemos las clásicas torrijas. Podemos preparar un caldito con la leche o vino que nos ha sobrado o preparar un caramelo para bañarlas.
Tarta de melaza inglesa o Treacle tart
La tarta de melaza es sencillísima de preparar y una receta de aprovechamiento de pan duro que resulta un festín para los sentidos. Tiene un punto de dulzor elevado, lo que hará las delicias de los más golosos. Quienes no lo son tanto, seguro que con un pequeño trozo tiene suficiente.
En resumen…
Hay infinidad de recetas más que podemos hacer con pan duro y así evitar todo desperdicio disfrutando de recetas de toda la vida llenas de sabor.
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