El microondas es un invento maravilloso que ha venido a simplificarnos la vida en “la era de las prisas”. Los alimentos pueden pasar del frío al calor en cuestión de segundos. Reduce el tiempo de cocción, acelera la preparación y, en general, facilita el trabajo del cocinero.
A diferencia de lo que sí puedes cocinar en el microondas, hoy te venimos a contar que no todo debe meterse en el microondas. Algunos alimentos, bebidas y recipientes pueden liberar toxinas, quemarse, derretirse o incluso explotar si se meten en el microondas durante menos de un minuto. Algunos pueden incluso volverse tóxicos.
Y nos sorprenderíamos al saber que algunos de estos alimentos son bastante habituales, o que incluso ya hayamos calentado alguno de éstos en el microondas en algún momento. Sin embargo, que aparentemente no haya ocurrido nada malo no significa que no vaya a ocurrir o de hecho esté ocurriendo aunque no lo veamos, así que es mejor protegernos manteniendo estos alimentos alejados del microondas.
Lo que no debes calentar o cocinar en el microondas
Guindillas
Las guindillas rojas, naranjas o verdes contienen un compuesto llamado capsaicina que les da su sabor picante. Cuando las guindillas se calientan, especialmente las variedades ultra picantes, la capsaicina se vaporiza en el aire encerrado del microondas. Abrir la puerta del microondas nos expone a vapores que pueden irritar y quemar los pulmones, la garganta, los ojos y la nariz. En lugar de meterlos en el microondas, hemos de calentarlas asándolas al horno o en la air fryer, o salteándolas en la sartén.
Huevos duros
Puede que tengamos la costumbre de tener huevos cocidos en la nevera para tener un tentempié saludable. Para atemperarlos podemos tener la tentación de meterlos en el microondas durante 15 segundos. Todo parece ir bien hasta que lo cortamos y el huevo explota por toda la cocina.
Con cáscara o pelados, los huevos calentados en el microondas liberan vapor. El vapor no puede escapar de las claras, por lo que se acumula presión. Al cortar (o peor aún, morder) el huevo, el vapor se libera instantáneamente. La explosión resultante puede quemarnos gravemente. Podemos calentarlos en el microondas, pero en lugar de meter el huevo entero lo cortaremos en cuartos antes de calentarlo en el microondas.
Espuma de poliestireno
La espuma para alimentos es un tipo de plástico que acompaña a muchos alimentos preparados en forma de bandeja para ser calentada. Ésta puede liberar sustancias químicas nocivas en los alimentos y en el aire cuando se calienta. La espuma tampoco es estable al calor cuando se calienta en el microondas, por lo que puede derretirse o deformarse. En lugar de calentar los alimentos directamente sobre esta bandeja, los colocaremos en un plato o recipiente de cristal y los calentaremos en el microondas como de costumbre.
Envases de comida para llevar
Algunos recipientes o tuppers con asas para llevar tienen metal, que podría chisporrotear, provocando un incendio. Como regla general, hemos de comprobar en cualquier recipiente de plástico que ponga “Seguro para microondas” antes de meterlo en el microondas. Esta etiqueta está regulada por la EFSA, la autoridad europea de seguridad alimentaria y nos indicará si corremos o no el riesgo de exponernos a sustancias químicas si el recipiente se calienta. Si el recipiente no es seguro, es mejor vaciar las sobras en un recipiente o plato apto para microondas y calentar como normalmente.
Taza de agua
Es mucho más rápido calentar agua para el té en el microondas que esperar a que hierva la tetera, pero el ahorro de tiempo podría costarnos caro. El agua que se calienta sola en el microondas puede sobrecalentarse rápidamente. Aunque intentemos estar pendientes de si el agua hierve con la formación de burbujas, éstas pueden formarse rápidamente al añadir una bolsita de té, una cuchara o incluso al mover el agua una vez extraigamos el vaso o taza al exterior. En raras ocasiones, puede incluso explotar. En lugar de meter la taza en el microondas, es mejor que dejemos que una tetera o un simple cazo haga el trabajo si es que no tenemos la clásica jarra eléctrica.
Uvas
Las uvas se sobrecalientan y la pulpa azucarada se convierte rápidamente en plasma fundido. Podrían explotar en el microondas, mientras removemos en un porridge por ejemplo, o incluso cuando les damos un mordisco, abrasándonos la boca. Si queremos calentar las uvas, es mejor asarlas en el horno o air fryer durante unos minutos. También se calientan rápidamente en una sartén a fuego medio-alto.
Sobras de patatas
No nos preocupemos, las patatas se calientan rápidamente en el microondas. Pero si decidimos recalentarlas más tarde, hemos de tomar alguna medida para evitar que se vuelvan peligrosas. Las patatas suelen albergar clostridium botulinum, la bacteria del botulismo. Cuando se cocinan y no se guardan inmediatamente en el frigorífico, las esporas de la bacteria pueden multiplicarse. Calentar las patatas en el microondas tampoco mata la bacteria, por lo que nuestras patatas del segundo día podrían causarnos un malestar estomacal.
Lo que hemos de hacer es llevar las patatas cocidas que no vayamos a comer al frigorífico lo antes posible. Sin dejarlas a temperatura ambiente durante horas. A la hora de recalentarlas, lo haremos en el horno o air fryer. Y nunca lo haremos en una envoltura de papel de aluminio. El papel de aluminio atrapa la humedad y acelera el crecimiento de esporas en el ambiente cálido y húmedo.
Carnes procesadas
El bacon, los perritos calientes, el fiambre y las salchichas deben cocinarse en el horno, no en el microondas. Calentar estos productos cárnicos procesados provoca la formación de productos de oxidación del colesterol (COP). Los COPs se han relacionado con enfermedades coronarias. Las investigaciones sugieren que esto también puede estar relacionado con la inflamación, la acumulación de placa en las arterias y más afecciones de salud.
Salsa de tomate
Calentar salsas de tomate, y en general cualquier salsa, en el microondas suele acabar en salpicaduras. El calor y el vapor producidos por la salsa al calentarse tienen dificultades para escapar a través de la espesa salsa o alrededor de los trozos de los ingredientes que la componen. El vapor se acumula hasta que es lo suficientemente fuerte como para atravesar las paredes del microondas. En algunos casos, la salsa puede incluso explotar al removerla una vez fuera, lo que podría provocar quemaduras y, seguramente, manchar la ropa.
En lugar de en el microondas, calentaremos las salsas en una cacerola pequeña sobre el fuego. Esto permitirá un calentamiento uniforme. Eso sí, hemos de remover constantemente para evitar la acumulación de vapor y las salpicaduras.
Nada
Nunca pondremos en marcha un microondas vacío. Sin alimentos o un recipiente que absorba, las microondas rebotan hacia el magnetrón. Esto podría dañar la máquina e incluso provocar un incendio.
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