Para 4 0.9€/pers. 268kcal/100g
Ingredientes
- 1 Kg. de patatas especiales para freír o fritura
- Aceite de oliva virgen extra (el necesario para confitar y luego freír las patatas)
- Para la salsa brava o picante:
- 2 cucharadas de pimentón de la Vera dulce
- 1 cucharada de pimentón de la Vera picante
- 1 cucharada de harina fina de maíz
- 200 ml. de caldo de carne
- 4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- 1 cucharadita de sal (6 g. de sal fina)
En esta receta de patatas tan tradicional y castiza, la salsa brava o picante es la esencia de la misma. Podemos decir que salsas bravas hay tantas como cocineros/as o locales de hostelería donde las sirvan. Cada maestrillo tiene su librillo, sus trucos y su toque personal. Pero una buenas bravas, mueven montañas y tienen auténticos devotos que pueden hacer kilómetros para disfrutarlas.
Las patatas deben de estar tiernas por dentro y crujientes por fuera, por lo que vamos hacerles una doble fritura: primero las confitamos y luego las freímos a temperatura muy alta. La salsa tiene que tener su punto picante, pero sin excesos, lo que buscamos es ese picor delicioso que nos invita a tomar un poco más.
En Madrid, las bravas son una institución, un imprescindible en su gastronomía. No faltan en ninguna carta de bar, cafetería, tapería o restaurante que se precie en el arte del tapeo. Podemos encontrar muchos tipos de patatas bravas, desde esta receta clásica, la que incorpora salsa de tomate picante o las que llaman bravas con dos salsas. Cualquiera de ellas las tenéis en el blog, así que animaros a prepararlas.
Unas gambas al ajillo, ensaladilla rusa, croquetas, los callos a la madrileña, unos deliciosos soldaditos de pavia, los tradicionales boquerones en vinagre de la abuela Pilar, las anchoas o la tortilla de patata… son parte mis tapas preferidas. Fundamentales cuando tapeo por Madrid.
Todo esto lo mezclamos con unos amigos, una cervecita, y la felicidad ya está alcanzada. Ir de tapas por el barrio es una de mis aficiones favoritas, seguro que a vosotros también os pasa lo mismo, porque las cosas sencillas son a menudo las que más nos gustan.
Receta de patatas bravas caseras
Preparación paso a paso
- Pelamos las patatas, las lavamos, escurrimos y secamos bien con un trapo de algodón o papel. Las cortamos de forma tosca, en cubos del tamaño de un bocado, aproximadamente en dados de unos 5 cm de grosor.
- Ponemos un cazo grande y vertemos abundante aceite de oliva virgen extra, más o menos por encima de la mitad de la capacidad del cazo.
- Añadimos las patatas en el aceite en frío y dejamos que se caliente a temperatura media. Bajamos el fuego al mínimo y las vamos a confitar en el aceite muy lentamente durante 15 minutos. Cuando ya estén tiernas las sacamos del cazo con un escurridor y reservamos. Mientras se van enfriando las patatas, vamos con la salsa brava.
Preparación de la salsa brava
- En una sartén, echamos 4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra. Ponemos a fuego bajo. Cuando comience a coger algo de temperatura, añadimos 2 cucharadas de pimentón dulce y 1 de pimentón picante. Mezclamos bien, para que se integre con el aceite, y de paso no se nos queme.
- Incorporamos ahora la harina fina de maíz, que nos servirá para espesar la salsa. Seguimos removiendo, y siempre a fuego bajo. Se irá formando como una pasta espesa. Vertemos la mitad del caldo de carne. Removemos para que se mezcle bien con el resto de ingredientes. Subimos a fuego medio, mientras seguimos removiendo. Cocinamos 5 minutos. Salamos al gusto.
- Vertemos el resto del caldo, removiendo al mismo tiempo. A fuego medio/alto, cocinamos 10 minutos más para que vaya cogiendo consistencia nuestra salsa brava. Cuando tenga la textura deseada, apagamos el fuego. Dejamos reposar.
Fritura y presentación final de las patatas bravas
- En una sartén, ponemos a fuego alto abundante aceite de oliva virgen extra. Cuando el aceite esté muy caliente echamos las patatas y freímos unos 10 minutos, o hasta que estén doradas. Nos quedarán doradas y crujientes por fuera, blandas y tiernas por dentro.
- Las sacamos de la sartén y las ponemos en un plato con papel absorbente para quitarles el exceso de aceite. Las pasamos a un plato bonito y finalmente las regamos con la salsa brava.
Consejos para unas patatas bravas perfectas
- Lo más importante en esta receta es la calidad de las patatas que utilicéis. Os recomiendo que sean especiales para fritura y si es posible que sea de una tanda de patata vieja. Tiene menos agua con lo que queda más crujiente que las nuevas.
- También será necesario hablar de la salsa brava, ya sabéis que hay muchos tipos de salsas picantes con las que se condimentan las patatas, una por casa. Está es de mi suegra Pilar pero podéis variarla al gusto de vuestros invitados.
- Como consejo final y opcional os explico que a alguna gente le gusta más espesa. El espesor que queremos que tenga la salsa se lo damos con un vaso de líquido (normalmente un caldo de ave) y un poco de harina hasta que tome la consistencia deseada.
- Si queréis que quede más espesa. Diluimos una cucharada de harina de maíz en un vaso de caldo caliente. Y por último echamos a la salsa cuando tiene que cocer durante 10 minutos, vamos aumentando de caldo si queda muy espesa.
- Si no os gusta el picante esta no es vuestra receta, sustituid la salsa brava por mayonesa o por vuestra salsa preferida. El proceso de las patatas lo podéis seguir al pie de la letra.
- Si eres un ansioso y no te duran las patatas bravas como es mi caso. Es mejor que acompañes con algo de pan para bajar el picante. Si le das a la cerveza bien fría, lo que conseguirás es una pequeña borrachera… lo digo por experiencia. Esta tapa hay que acompañarla con bastante líquido pues la salsa pica, os lo aseguro.
- En algunos sitios suelen incorporar la opción mixta. Para todos los gustos, salsa brava y salsa mayonesa o un buen alioli o ajoaceite para acompañar las patatas, están también muy ricas.
Hemos trabajado 4 horas y 15 minutos para que disfrutes esta receta. ¿Cómo se calcula?
25 min. cocinando, 30 min. para hacer y editar las fotos, 120 min. para grabar y editar el vídeo, 45 min. para redactar y 35 min. para organizar y publicar todo en la web y en redes sociales.
😊 Sin contar lo que dedicamos a investigar cómo hacer la mejor receta, comprar los ingredientes, comerla (y repetirla si no ha salido de rechupete), leer vuestros comentarios y responder a las dudas.
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Voy a probar estas recetas de las patatas. Gracias, espero me queden muy ricas.
Las hice para una cena con amigos y quedaron ESPECTACULARES!!!! Además, nos sobró salsa y pude congelarla para otras 2 ocasiones. No tenía pimentón picante y eché dulce, y los tomates eran de pera y naturales, no de bote, y salió buenísssssima.
Me encanta la salsa brava, como buena madrileña, y ahora podré hacerla igual de buena en mi casa de Barcelona. Mil gracias por compartir esta receta tan buena. Toda mi familia y amigos, te lo agradecen igualmente!!
Un clásico en la ruta de las tapas. Siempre funciona y están muy ricas, las de toda la vida de Madrid. No como las que suelen poner en los locales de tapas low cost. Este fin de semana la preparo en casa seguro, van a alucinar con tu receta… bueno de tu suegra.
Me encantan las patatas bravas. Gracias por esta receta.
Estoy preparándolas con lo que tengo en casa, así que sin azafrán ni colorante y con un poco de cúrcuma y de anís, perdón por el invento, a ver cómo queda, aún se están friendo las papas.
Lo de las patatas bravas es una receta que he conocido últimamente
Gracias por estas aportaciones para que aprendamos un poco
Yo cambio el pimentón por la carne de un pimiento chorizero y lo acaba emulsionando con un huevo. Me encantan las patatas bravas.
Alfonso, buenísimas! Incluso le hemos añadido un poco más de picante en casa porque nos gustan rabiosas… muy rabiosas. Grande, como siempre, gracias.
Siempre quise hacer patatas bravas aquí, vivimos en Canadá. Y siguiendo tu receta han quedado como si estuviesemos en Madrid, eso sí, con cerveza canadiense. Saludos y te seguimos desde aquí, hacemos muchas de tus recetas.
Muchas gracias, Alfonso, por tus orientaciones y riquísimas recetas.
Sólo tengo una reivindicación que hacerte: ya es hora de que los cocineros y gastrónomos españoles (así como los fabricantes de salsas) se dejen de galicismos y españoleen un poco más. La salsa «Mayonesa» es en realidad «Salsa Mahonesa» -, porque aunque se inventó en Menorca, fue un cocinero francés durante los siete años en que Menorca fué francesa, quien la conoció, la copió, y la divulgó en París a finales del s. XVIII (está documentado su origen gracias a una carta de ese cocinero a su protector, el aristócrata general que mandaba las tropas francesas). La salsa mahonesa no es mas que el antiquísimo allioli con la feliz adición de huevo batido de una forma especial para que cuaje. Un excelso invento mediterráneo que a los franceses (siempre tan suyos) les faltó tiempo para apropiárselo, al igual que hicieron con el croissant o croasán, que es un invento de los panaderos de Viena para conmemorar la victoria en la batalla contra los turcos que les asediaban, por eso tiene forma de media luna: para que los vieneses pudieran comérsela adecuadamente.
Muchas gracias de nuevo.