Hoy os quiero llevar de viaje al pasado, a esos días donde los pancakes no solo eran una opción de desayuno, sino una celebración en sí misma. Vamos a descubrir tres recetas de pancakes que tienen más de 70 años de historia y que aún hoy siguen siendo un dulce de auténtico éxito. Vamos a conocer un poco de su historia, algunas curiosidades y, por supuesto, el proceso de elaboración. ¡Vamos a ello, que se nos hace la boca agua solo de pensarlo!
Hace unos 70 años, en una época en la que la vida era más sencilla y los teléfonos móviles eran solo un sueño futurista, las familias solían reunirse alrededor de la mesa para disfrutar de un buen desayuno casero. Los pancakes, o tortitas como también las conocemos, eran un plato estrella en muchos hogares. Y no solo en Estados Unidos, donde nacieron, sino que también conquistaron corazones en todo el mundo, incluido el nuestro.
Los pancakes tienen sus orígenes en la antigua Grecia, donde los llamaban «tiganites» y los cocinaban en planchas de metal. Pero los pancakes tal y como los conocemos hoy en día, esos que levantan pasiones, tienen su raíz en la América del siglo XIX. Durante la fiebre del oro, los buscadores necesitaban una comida que fuese fácil de preparar, barata y, sobre todo, que llenase el estómago para afrontar las duras jornadas de trabajo. Así nacieron los pancakes, como una solución práctica y deliciosa a la vez.
Curiosamente, en aquellos tiempos, los pancakes no eran tan esponjosos como los conocemos ahora. Eran más parecidos a unas crepes gruesas y se hacían con harina, agua y un poco de sal. Sin embargo, la llegada de los agentes leudantes, como el bicarbonato de sodio y la levadura en polvo, transformó por completo la textura de los pancakes, convirtiéndolos en esos discos suaves y aireados que tanto nos gustan.
Un detalle curioso es que, durante la Segunda Guerra Mundial, debido a la escasez de ciertos ingredientes, la receta de los pancakes sufrió algunos cambios. En lugar de leche, se usaba agua, y a veces se añadían purés de frutas o verduras para darles un toque de dulzura y aprovechar lo que se tenía a mano. Esta adaptación no solo permitió a las familias seguir disfrutando de sus pancakes favoritos, sino que también dio lugar a nuevas variantes que han perdurado hasta hoy.
Tres recetas de pancakes
Buttermilk Pancakes
Vamos a hacer un salto en el tiempo y aterrizar en tres recetas clásicas de pancakes que han resistido el paso de los años y siguen siendo todo un éxito. Empezamos con los tradicionales «Buttermilk Pancakes«, los preferidos de la abuela. Para preparar estos pancakes necesitamos unos ingredientes básicos que seguramente ya tienes en casa: harina, buttermilk (suero de leche), huevos, mantequilla, azúcar, y un poco de sal y bicarbonato.
Lo primero que hacemos es mezclar la harina con la sal y el bicarbonato. Por otro lado, batimos los huevos y añadimos el buttermilk y la mantequilla derretida. A continuación, unimos ambas mezclas, removiendo con una cuchara de madera o una espátula hasta obtener una masa homogénea. Aquí es importante no batir demasiado, porque queremos que los pancakes queden esponjosos, y si mezclamos en exceso, corremos el riesgo de que salgan duros como una piedra.
Una vez lista la masa, calentamos una sartén a fuego medio-alto y añadimos una pequeña cantidad de mantequilla. Vertemos un poco de la masa en la sartén y cocinamos hasta que aparezcan burbujas en la superficie y los bordes empiecen a dorarse. Entonces, les damos la vuelta y cocinamos unos minutos más. ¡Y listo! Ya tenemos nuestros Buttermilk Pancakes, listos para ser devorados.
Buckwheat Pancakes
La siguiente receta que os traigo es la de los «Buckwheat Pancakes«, o pancakes de trigo sarraceno. Esta variante es muy popular en Europa del Este, y aunque pueda sonar un poco exótica, os aseguro que son una auténtica delicia. Para prepararlos, necesitamos harina de trigo sarraceno, leche, huevos, sal y bicarbonato.
Mezclamos los ingredientes secos en un bol y en otro batimos los huevos con la leche. Combinamos ambas mezclas y dejamos reposar la masa durante unos 30 minutos. Esto es crucial, porque la harina de trigo sarraceno necesita un poco de tiempo para hidratarse correctamente. Luego, calentamos una sartén y cocinamos los pancakes de la misma manera que los anteriores. Estos pancakes tienen un sabor más intenso y una textura un poco más densa, pero son perfectos para un desayuno contundente.
Cornmeal Pancakes
Y no podíamos cerrar este viaje sin mencionar los «Cornmeal Pancakes«, unos pancakes de harina de maíz que tienen un sabor ligeramente dulce y una textura un poco más granulada. Esta receta es originaria del sur de Estados Unidos y es perfecta para aquellos días en los que queremos algo diferente. Los ingredientes que necesitamos son harina de maíz, harina de trigo, leche, huevos, azúcar, sal y levadura en polvo.
Mezclamos todos los ingredientes secos en un bol y en otro batimos los huevos con la leche y el azúcar. Combinamos ambas mezclas y, como en las recetas anteriores, cocinamos en una sartén caliente con un poco de mantequilla. Estos pancakes son ideales para acompañar con miel o con un buen sirope de arce.
En resumen, los pancakes no solo son una opción deliciosa para el desayuno, sino que también tienen una historia rica y llena de curiosidades. Desde sus humildes comienzos en la antigua Grecia hasta su evolución durante la fiebre del oro y la Segunda Guerra Mundial, estos discos esponjosos han sabido adaptarse a los tiempos y seguir conquistando paladares en todo el mundo.
Categorías: Recetas con pocos ingredientes Recetas de postres y dulces Recetas fáciles y rápidas
