Para 4 1.3€/pers. 17kcal/100g
Ingredientes
- 1 repollo grande
- 1/4 taza de sal gruesa
- 1/4 taza de agua tibia
- 1 taza de chile rojo molido
- 1/2 taza de cebolla picada
- 1/4 taza de ajo picado
- 2 cucharadas de jengibre rallado
- 2 cucharadas de azúcar
Una de las mejores cosas de la vida es que uno nunca para de aprender. En la escuela, en la universidad, en el trabajo y, por supuesto, también en la cocina. El mundo culinario siempre nos tiene alguna sorpresa preparada con un sabor que no conocíamos o una receta exótica.
Este es el caso del kimchi, una de las insignias de la comida coreana que descubrimos hace poco y todavía no es demasiado conocido en España, aunque es un plato reconocido mundialmente (en 2015 fue declarado patrimonio cultural inmaterial de la UNESCO).
¿Qué es el kimchi?
El kimchi consiste en una receta de verduras originaria de la península coreana. Consiste, principalmente, en verduras fermentadas sazonadas con variopintos ingredientes como carnes, pescados y mariscos, especias o frutas.
La gran particularidad de este alimento es, justamente, la fermentación. Este modo de preparación se debe, en parte, a la larga historia que tiene esta receta tradicional coreana. Su origen se remonta al siglo I a.C. Cuando aún no había herramientas muy eficaces para la conservación de alimentos, la fermentación era una de las mejores opciones disponibles. Con esto y junto a la expansión del budismo en el territorio asiático, la aparición del kimchi en los inviernos de la nación coreana fue inevitable.
A día de hoy sigue siendo un plato muy popular en las dos Coreas, y existen una gran variedad de modos de preparación de esta delicia oriental. Además, este plato destaca por un gran número de propiedades beneficiosas gracias a sus contenidos nutritivos.
Propiedades beneficiosas del kimchi
- Rico en probióticos: El kimchi es un alimento fermentado naturalmente, lo que significa que contiene una gran cantidad de probióticos beneficiosos para el sistema digestivo. Estos ayudan a equilibrar la flora intestinal y mejoran la digestión. Además, hay estudios que apuntan a una potencial prevención del cáncer.
- Fuente de vitaminas y minerales: El kimchi es rico en vitaminas A, B y C, así como en minerales como el calcio y el hierro. Esto lo convierte en una excelente opción para aquellos que buscan una alimentación equilibrada.
- Mejora el sistema inmunológico: El kimchi contiene compuestos antiinflamatorios y antioxidantes, que ayudan a fortalecer el sistema inmunológico y a prevenir enfermedades.
- Puede ayudar a controlar el peso: El kimchi es bajo en calorías y rico en fibra, lo que lo convierte en una excelente opción para aquellos que buscan perder peso de manera saludable.
- Puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades crónicas: El consumo regular de kimchi se ha relacionado con una reducción en el riesgo de enfermedades crónicas como la diabetes y las enfermedades cardíacas.
Es importante tener en cuenta que estos beneficios son asociados al kimchi natural y no a los que vienen envasado o con conservantes, ya que estos pueden tener menor cantidad de probióticos, además de contener aditivos no deseados.
Tipos de kimchi
Debido a que hablamos de un plato milenario, los modos de preparación del kimchi son casi innumerables. Aun así, podemos distinguir dos clasificaciones de tipos de kimchi para conocer las principales variedades:
Tipos de kimchi por región
- El kimchi norcoreano: suele tener un toque menos salado que los demás, ya que en su preparación no se suele usar nada de pescado o marisco en salazón. Además, suele elaborarse con muy poco picante.
- El kimchi de la zona central de Corea. Este suele llevar pescados en salazón, como la anchoa, y suele tener una cantidad de picante prominente.
- El kimchi del sur: en este caso tampoco suele llevar picante y normalmente incluye mariscos en salazón.
- El kimchi blanco: esta variedad se utiliza de manera indistinta en la península de Corea y se caracteriza por no incluir chiles, que son el colorante natural del color rojo del kimchi.
Principales tipos de kimchi según su composición
- Kkakdugi: Este tipo de kimchi está hecho con rábano picado en cubitos, es crujiente y jugoso, y contiene camarones fermentados para darle un sabor único.
- Nabak: Este kimchi está hecho con agua y es ligeramente picante. Es una versión acuosa y fresca.
- Yeolmu: Este kimchi es muy popular durante el verano y está hecho con rábano joven, no necesariamente tiene que ser fermentado y es una opción fresca y ligera.
- Oi-sobagi: Este tipo de kimchi se hace con pepinos y se puede rellenar con mariscos o pasta de chile para darle un sabor único.
- Bossam: Este kimchi es una versión escabechada de repollo coreano y se rellena con frutas, mariscos, hongos, verduras y guarniciones para darle un sabor completo y versátil.
Preparación del kimchi
Como ya os hemos contado, existen un sinnúmero de opciones para preparar el kimchi (y es norma teniendo en cuenta la longevidad de esta receta). Nosotros os traemos una versión tradicional con ingredientes sencillos de encontrar, pero podéis probar a variar los ingredientes con los diferentes tipos que ya os hemos contado.
- Lo primero que haremos será cortar el repollo en cuartos y deshacernos de las hojas exteriores. Después, vamos cortando en tiras delgadas. Cuando tengamos las tiras colgadas, las introducimos en un bol con una mezcla de agua tibia y sal durante un par de horas mínimo. Lo más recomendable para salmuerizar bien es dejarlo entre 12 y 24 horas, pero queda a vuestra elección.
- Cuando haya pasado el tiempo, enjuagamos el repollo con agua fría, al menos tres veces. Después lo escurrimos bien.
- Picamos el ajo y la cebolla, molemos el chile y rayamos un poco de jengibre. Juntamos la mezcla de todos estos ingredientes en un plato, mezclamos bien y añadimos un poco de azúcar.
- Mezclamos el repollo con los condimentos que habíamos preparado, asegurándonos de que se cubra bien toda la verdura.
- Lo siguiente será colocar el repollo en recipientes de cristal que cierren bien y donde quede bien comprimido.
- Después, debemos dejar que fermente a temperatura ambiente durante un periodo de dos a cinco días. Cuanto más tiempo lo dejemos fermentar, más fuerte será el sabor. Eso sí, tendremos que ir abriendo el bote un par de veces al día para dejar que se liberen los gases.
Una vez haya pasado el tiempo, nuestro kimchi estará listo para ser disfrutado. ¿Os vais a animar a probarlo?
Podéis ver todas las fotos de esta receta paso a paso en este álbum. No os perdáis detalle y os saldrán un kimchi coreano de rechupete.
Hemos trabajado 2 horas y 10 minutos para que disfrutes esta receta. ¿Cómo se calcula?
20 min. cocinando, 30 min. para hacer y editar las fotos, 45 min. para redactar y 35 min. para organizar y publicar todo en la web y en redes sociales.
😊 Sin contar lo que dedicamos a investigar cómo hacer la mejor receta, comprar los ingredientes, comerla (y repetirla si no ha salido de rechupete), leer vuestros comentarios y responder a las dudas.
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