A ti, que lo has intentado por activa y por pasiva pero que la cocina no es lo tuyo.
A ti que crees que se te da bien, pero siempre se te quema algo.
A ti que empiezas siguiendo todos los pasos de la receta y en algún momento te saltas uno de ellos y todo te queda…regular.
A ti que has asumido que la cocina no es para ti y punto.
A ti, rey y reina de los huevos fritos…
A todos vosotros y vosotras, hoy os quiero ayudar. Os quiero ayudar, ya no a cocinar, si no a intentar cocinar sin morir en el intento.
A que os sintáis seguros al menos a la hora de cocer la pasta o el arroz… A que por lo menos ante alguna adversidad o imprevisto seáis capaces de sobrevivir por vosotros mismos en la cocina. Toma nota que allá voy.
Clásicos básicos
Repite conmigo so-fri-to. Esta es la clave de todo: un buen sofrito. Lo puedes hasta congelar y sacarlo un poco antes de preparar cualquier cosa, un guiso, una paella, lo que sea.
Un plato no es un plato si no hay sofrito. ¿Qué en qué consiste un sofrito? Ay, alma de cántaro, un sofrito no es más que cebolla, ajo, pimiento y tomate (si quieres). Y a partir de aquí lo que quieras, desde garbanzos hasta pappardelle. Eso te lo dejo elegir a ti.
Tomate frito
No, de bote no ni de lata tampoco. Si sabes preparar una salsa de tomate ya tienes la mitad hecha. Los usos son parecidos a los del sofrito y sí, bueno, ambos llevan “algo” de tiempo, pero vamos que no te quitarán más de media hora en total entre pelar, cortar y freír.
Caldo
De pollo o de pescado. Es muy fácil, te lo prometo. Deja de comprar bricks o concentrado de pollo o verdura que pones a hervir en agua y cuece unas cáscaras de pollo en dos o tres litro de agua.
No tienes que hacer nada más, ni remover ni nada, en serio: pon la cáscara en agua y deja que hierva ¡ya está!
Si ya te motivas puedes ponerle una cebolla con clavo, un tomate, un puerro, una patata, pero esto solo si te motivases, eh.
Ensaladas
¿Esto sí, no? A esto espero que llegues. Más allá de trocear una lechuga, puedes comprarla en una bolsa que hay algunas de brotes que no están mal. Las ensaladas pueden ser de muchas cosas pero no requieren de física cuántica. Piensa qué le quieres echar, júntalo, aliña y…¡a comer! Si prácticas puedes convertirte en el rey de la ensalada.
A la plancha
Sé que a veces puede parecerte que hasta la sartén está en tu contra, pero eso es porque no tienes paciencia (o una sartén decente). Todo amateur debe superar su trauma con la plancha.
No necesitas excesiva maestría. Calienta la plancha, en función de lo que vayas a tirar en ella controla la cantidad de aceite, dale vuelta y vuelta, que no se te pase, que no te quede crudo y… ¡Ánimo!
Microondas
Si tienes ese artefacto puede ser tu salvación. En el micro se pueden cocer muuuchas cosas, incluso huevo. Tienes un montón de consejos en el blog para aprovechar tu microondas.
Puedes cocer espárragos, patatas, verdura, calentar el sofrito que ya habías hecho previamente o la salsa de tomate anteriormente mencionada. No te olvides de preparar un buen pescado o carne, te aseguro que el resultado es de rechupete.
Horno
Si la plancha no es lo tuyo, no tienes microondas y pasas de ensalada, mírame fijamente: el horno te está esperando.
Solo debes tener cuidado de no quemarte pero puedes hacerte un pollo al horno o un pescado asado en un ratito y sin necesitar demasiada maña. Ya no digo nada, si quieres ser un experto repostero con alguna tarta de batir, horno y a triunfar… tienes unas cuantas en el blog, te recomiendo las de queso.
Vamos, arráncate, tienes muchas opciones para empezar a cocinar aunque sea un poco.
Con el tomate y los huevos puedes hacerte un arroz a la cubana y con el sofrito un guiso o una paella…. (si te vienes muy arriba). Por algo hay que empezar, confío en ti.
Categorías: Actualidad gastronómica Aprende a cocinar