Los más aficionados al blog ya lo tendréis claro: la harina de trigo no es la única opción que hay en la cocina. En muchas ocasiones necesitamos sustituir la harina de trigo de nuestras recetas, ya sea porque seguimos una dieta sin gluten, porque queremos buscar otros sabores y texturas o porque, simplemente, nos apetece innovar. Las opciones más conocidas a la hora de usar otras harinas suelen ser la de garbanzo, la de almendra, la de coco, la de espelta… pero, ¿os suena la harina de yuca?
La yuca es un alimento mucho más popular al otro lado del charco que en nuestra gastronomía nacional. Ahora bien: deberíamos empezar a aprender de nuestros compañeros latinos, porque la yuca tiene unas cuantas propiedades bastante beneficiosas para nuestro organismo, así como bastante utilidad en la cocina.
Por si alguien no lo sabe, la yuca es un tubérculo de origen americano que concentra una cantidad de nutrientes importantes. Una de las principales características de la yuca es que concentra gran potencial para la producción de almidón, por lo que será un ingrediente genial para aglutinar en la cocina. Su alto contenido en fibra y en hidratos, así como la presencia de vitaminas C, K y B hacen que el consumo de esta raíz sea todo un lujo para nuestro cuerpo. ¿No os parecen propiedades ideales para que la usemos como harina?
Cómo hacer harina de yuca
Para preparar la harina de yuca no nos tenemos que complicar mucho la vida: sólo necesitaremos las raíces de yuca que vayamos a utilizar (en nuestro caso un par) y agua.
Lo primero que haremos será pelar la yuca. Como veréis, este tubérculo es bastante duro, así que es aconsejable cortarlo en tres o cuatro piezas, usar un cuchillo bien afilado y ayudarnos de una tabla de cortar. Cuando estemos cortando, retiraremos la hebra central.
Una vez hayamos pelado la yuca y hayamos retirado la hebra, vamos a cortarla en trozos aún más pequeños. Así será más sencillo triturarla. Una vez tengamos la yuca partida, vamos a introducirlos en un vaso de batidora junto con el agua. Las cantidades son las siguientes: 150 gramos de agua por cada 100 gramos de yuca.
Una vez tengamos triturado, utilizaremos un colador grande y lo cubriremos con un paño de cocina. Vertemos la mezcla de la trituradora en el paño y dejamos que absorba todo el líquido posible. Una vez que el paño no absorbe más agua, lo cerramos formando una especie de bolsita y lo escurrimos apretando todo lo posible, tratando de que salga todo el almidón.
Una vez que haya quedado una pasta de yuca completamente seca y, bajo el colador, un agua completamente blanquecina, podremos seguir. Ojo, no hace falta tirar esa agua, es almidón de yuca, y se puede reutilizar.
Para seguir con la harina, preparamos una bandeja de horno cubierta por papel para hornear y vertemos la harina sobre esta. La extendemos bien por toda la bandeja y ahora tenemos un par de opciones: una sencilla y otra un poco más aparatosa, dependerá del clima que tengáis en vuestras casas. Si hace sol y calorcito fuera (y no va a llover), podemos dejar la harina de yuca secar al sol sin hacer nada más. Si no, podemos secarla en el horno a baja temperatura. Para esto, tendremos que calentar el horno a cincuenta grados y dejar la harina dentro 15 minutos. Una vez pasados los 15 minutos, apagamos y dejamos la harina dentro del horno durante hora y media. Deberemos repetir este proceso las veces que sea necesario hasta que se seque.
Cuando la harina ya se haya secado, la tendremos granulada. Nos quedará solo molerla para lograr una harina bien fina. Podemos usar un molinillo, tamizarla, un moledor de café… con lo que tengáis por casa os podéis apañar. Con eso ¡ya estará listo!
Cómo sustituir la harina de trigo con harina de yuca
Una vez tenemos la harina de yuca lista, toca preguntarse ¿cómo y en qué recetas la usamos? Pues muy sencillo. Para las recetas de repostería nos vendrá genial, y las proporciones serán un poco menores que las que se indiquen para la harina de trigo. Esto se debe a que la harina de yuca absorbe más agua. Para hacer cálculos, usad una proporción de 90 gramos de harina de yuca por cada 100 de harina de trigo que se indique en la receta original.
La harina de yuca funciona genial para muffins, brownies, galletas y otros tantos dulces. No la recomendamos, eso sí, para elaboraciones de pan muy grandes, porque el proceso de cocción puede no resultar igual que el de la harina de trigo y se nos acabaría quemando la corteza y quedando crudo el centro. Para panes pequeños, en cambio, sí la podemos utilizar.
Con esos consejos tenéis suficiente para empezar a usar harina de yuca en vuestras cocinas. ¡Estáis a punto de entrar en un nuevo mundo para vuestros paladares y para vuestro organismo!
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