Para 6 1.35€/pers. 190kcal/100g
Ingredientes
- 550 g. de frijoles o alubias rojas
- 1 manita de cerdo
- 1 plátano macho
- 4 zanahorias
- 1 cucharadita de comino molido
- 1 manojo de cilantro fresco
- Sal
- 3 tomates maduros
- 1 cebolla pequeña
- 1 diente de ajo
- 45 ml. de aceite de olvida virgen extra
- Pimienta negra molida
¡Cómo disfruto con la cocina internacional! Sin desmerecer la española, claro está, que está bien servida de elaboraciones tradicionales, variadas y deliciosas, o sus buenas tapas y aperitivos. Pero siempre hay algo mágico en comer platos de otros países y culturas, muy presentes hoy en día en nuestras vidas.
Hoy cruzo el charco para preparar una de las recetas más populares y clásicas de la cocina colombiana: los frijoles. Son una auténtica delicia que se sirve como plato único, con cuchara, y al que se pueden añadir tropezones como patacones o aguacate. De esta forma aportamos más chicha a la criatura y queda más contundente.
La principal característica de los frijoles colombianos es su textura. Tienen que quedar densos y cremosos, así que no caigáis en la tentación de añadir más líquido para rebajarlos u os cargaréis el plato. El truco para conseguir su espesor es la zanahoria y el plátano macho con que se cuecen y devolver el puré resultante a la olla. Nos podemos ahorrar tiempo de cocción y consumo eléctrico o de gas usando una olla a presión. Estarán listos en menos de una hora, frente a las dos horas y media o tres que lleva cocerlos en una cacerola a la manera tradicional.
Si, como yo, sois amantes de la comida colombiana, no os perdáis cómo hacer estos deliciosos frijoles. La receta es sencilla y, aunque puede llevar algo de tiempo, el resultado merece la pena, ya lo veréis. La cocina colombiana es rica en variedad, también podéis animaros a cocinar una tortilla de plátano macho o una salsa ají colombiana que están de rechupete.
Receta frijoles colombianos
Preparación de frijoles colombianos
- Lo primero que hay que hacer es hidratar las alubias o frijoles en un recipiente hondo y amplio, usando abundante agua. Necesitan varias horas, al menos ocho, de modo que lo recomendable es hacer esta operación la noche anterior. Así, cuando nos levantemos al día siguiente, solo tendremos que retirarlos del agua, lavarlos y listos para usar en nuestra receta.
- Una vez escurridos y enjuagados los frijoles, los colocamos en una olla amplia. Puede ser una olla a presión o una olla convencional. Con la primera, claro está, nos ahorraremos mucho tiempo y energía. Es el método por el que yo me he decantado y el resultado ha sido fabuloso. A la vista está.
- Lavamos bien la manita de cerdo y la introducimos en la olla. Cubrimos el conjunto con abundante agua (tres o cuatro dedos por encima del nivel de los frijoles) y lo ponemos a calentar con el fuego al máximo.
- Cuando arranque a hervir bajamos el fuego a medio-bajo, para que el hervor esté controlado y podamos ir desespumando con facilidad, es decir, retirando las impurezas que sueltan los frijoles y la manita de cerdo.
Preparación del hogao
- Mientras tanto preparamos el hogao, que es una especie de sofrito muy usado en la cocina colombiana. Para ello picamos finamente el ajo y la cebolla y rallamos (o trituramos) los tomates.
- Pochamos el ajo un par de minutos en una sartén con aceite de oliva, después incorporamos la cebolla y una pizca de sal y sofreímos hasta que esté tierna. Entonces agregamos el tomate y el comino y continuamos sofriendo durante 15 minutos o hasta que no queden restos de agua. Salpimentamos y reservamos.
Elaboración de los frijoles
- A estas alturas el agua de la olla con los frijoles debería estar limpia de impurezas, así que podemos agregar las zanahorias y el plátano macho, todo ello pelado y troceado, otra cucharadita de comino molido y cuatro cucharadas de hogao. Cerramos la olla, colocamos la válvula en la posición 2 y programamos 20 minutos. En olla convencional puede tardar entre una hora y media y dos horas, pero durante este tiempo nos podemos despreocupar del guiso y dedicarnos a otros quehaceres.
- Yo he usado la olla a presión y, por lo tanto, una vez finalizado el tiempo he necesitado esperar a que se despresurice sola para abrirla. Esto es importantísimo, nunca debemos intentar abrir una olla antes de tiempo porque podría explotar.
- Retiramos la manita de cerdo, que podemos deshuesar y reservar su carne si la queremos añadir a los frijoles a la hora de servirlos. Es una tarea un poco entretenida porque hay mucho huesecillo, pero aporta un sabor muy rico al plato final.
- Retiramos también las zanahorias y el plátano macho, los trituramos con un poco de líquido de la cocción y devolvemos a la olla el puré obtenido.
- Damos un último hervor a los frijoles antes de picar finamente una cantidad generosa de cilantro fresco y agregarlo al conjunto.
- Servimos los frijoles colombianos con aguacate laminado y más cilantro picado por la superficie. También podemos hacer patacones y agregarlos para conseguir un plato redondo.
Consejos para unos frijoles colombianos perfectos
- Los frijoles colombianos se caracterizan por su cremosidad, es importante darles el punto justo de espesor. Esto lo conseguimos controlando el nivel de líquido, ya sea añadiendo más (en caso de habernos quedado cortos) o retirando el exceso.
- Recomiendo acompañarlos de arepas caseras, patacones y aguacate fresco laminado o troceado para una experiencia más genuina.
- Se puede adaptar esta receta y hacerla vegetariana. Simplemente prescindimos de la manita de cerdo y punto. Quedan también muy sabrosos.
- El plátano macho tiene una piel muy dura y cuesta un poco pelarlo. Lo mejor es cortarlo en trozos y pelar cada uno con la ayuda de un cuchillo.
- Es posible que sobre hogao. Lo podemos llevar a la mesa y que cada cual se sirva un poco más o guardarlo en la nevera para otras elaboraciones.
Hemos trabajado 3 horas y 00 minutos para que disfrutes esta receta. ¿Cómo se calcula?
70 min. cocinando, 30 min. para hacer y editar las fotos, 45 min. para redactar y 35 min. para organizar y publicar todo en la web y en redes sociales.
😊 Sin contar lo que dedicamos a investigar cómo hacer la mejor receta, comprar los ingredientes, comerla (y repetirla si no ha salido de rechupete), leer vuestros comentarios y responder a las dudas.
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