Para 10 0.5€/pers. 302kcal/100g
Ingredientes
- Para el relleno de las croquetas: 500 ml. de leche entera
- 40 g. de mantequilla
- 40 g. de harina de trigo común o de todo uso (si sois celiacos se pueden hacer con Maicena o almidón de maíz)
- 80 g. de queso azul
- 50 g. de pollo (ya cocinado)
- 6 láminas de gelatina
- Una pizca de sal fina
- Para el rebozado: 150 g. de pan rallado (o pan rallado sin gluten si sois celiacos)
- 2 huevos
- Para freír: Aceite de oliva virgen extra suave o aceite de girasol
Cómo hacer croquetas casi líquidas.
De croquetas ya hemos hablado aquí en el blog muchas veces, más de 20 tipos. Pero una que me faltaba era esta de hacer unas croquetas casi líquidas, con una bechamel suelta y muy cremosa.
Son de tamaño pequeño, para que podamos comerlas de un bocado sin dificultad y luego nos “exploten” en la boca, con un relleno casi líquido. Para conseguirlo es truco es usar unas hojas de gelatina, que ayudarán a que cuaje la bechamel, quedando lo suficientemente consistente para freírlas sin complicaciones.
Este estilo de croquetas se caracteriza por esa cremosidad del relleno. Esto lo podemos adaptar al ingrediente que más nos apetezca. Por ejemplo, unas croquetas de pollo, las tradicionales croquetas de bacalao o las más famosas del blog, las croquetas de jamón, podemos convertirlas en “casi líquidas” utilizando estas mismas proporciones para la bechamel y a mayores añadirle un poco de nuestro queso preferido para mejorar la cremosidad del relleno.
A pesar de todo, son unas croquetas muy fáciles de hacer. Espero que os animéis a hacerlas y disfrutéis tanto como yo, son espectaculares.
Preparación de la bechamel o relleno de las croquetas casi líquidas
- Comenzamos por poner las hojas de gelatina a hidratar, en un recipiente con agua fría. Necesitarán unos 10 minutos como mínimo.
- Picamos el pollo (ya cocinado) en pedazos bien pequeños. Lo salteamos un minuto en una sartén, con un poco de aceite de oliva virgen extra. Retiramos y reservamos.
- En esa misma sartén, derretimos la mantequilla. Añadimos la harina y mezclamos. Con esta mezcla estamos haciendo el famoso “roux”. Cocinamos hasta que esté tostada la harina.
- Toca el turno de añadir la leche, que echaremos en 3 veces. Vertemos en la sartén, removiendo sin cesar. Procuramos ir aplastando los grumos que puedan surgir.
- Desmenuzamos el queso y lo incorporamos a la sartén. Mezclamos bien. Escurrimos la gelatina y la añadimos a la bechamel. Removemos, aunque con el calor enseguida se disolverá con el resto.
- Echamos ahora el pollo. Removemos bien para integrarlo en la masa de nuestras croquetas. Salamos al gusto y seguimos cocinando unos minutos. Queremos obtener una bechamel suelta y bien cremosa.
- Dejamos atemperar. En una fuente, colocamos una base de film transparente, y sobre ella vertemos la masa. Calculad el tamaño de la fuente, que no sea muy grande, ya que nos debe de quedar por lo menos una altura de 2/3 cm. Tapamos con más film, y metemos en la nevera, al menos 12/14 horas.
Forma de las croquetas líquidas
- Pasado el tiempo, desmoldamos la masa de croquetas sobre una tabla. Cortamos en dados, que resultarán del tamaño de un bocado.
- Para el rebozado, haremos un doble empanado. Pasamos primero por pan rallado, luego por el huevo batido y de nuevo por el pan rallado. De esta manera hacemos una capa más consistente para que no se nos abran durante la fritura.
- Admiten la congelación perfectamente, sólo tendremos que retirarlas del frigo y ponerlas directamente a freír, sin descongelar, con el aceite bien caliente, cuando queramos prepararlas.
- Para congelar croquetas, colócalas en una fuente sin amontonar. Las metemos al congelador y al cabo de 12 horas y que estén como piedras. Las separamos y metemos en una bolsa de plástico limpia y cerrada.
Fritura y presentación de las croquetas casi líquidas
- En una cazuela de paredes altas, calentamos abundante aceite suave (a unos 180/200º C), para freír las croquetas.
- Si las tenéis congeladas no es necesario descongelarlas. Se fríen, en aceite muy caliente, en 2 minutos moviendo la sartén en vaivén para no tener que tocarlas. Vamos friendo de 2 ó 3 croquetas de cada vez. Para que no se baje la temperatura.
- Vamos cocinando las croquetas a fuego alto, regulando la temperatura para evitar que se nos quemen. Retiramos a un plato con papel absorbente, para eliminar el exceso de aceite y servimos directamente, recién hechas.
- Son perfectas como aperitivo para cualquier comida o cena familiar.
Cuanto antes las consumamos, más efecto líquido tendrá el relleno, ya que estará recién hecho. Por lo que os recomendamos comerlas en este punto óptimo. De todas maneras, si no es posible, dadles un toque de microondas antes de consumirlas y listo.
Podéis ver todas las fotos de la receta en el paso a paso de la receta de croquetas casi líquidas de queso y pollo. Si tenéis dudas seguid la fotos y os saldrán de rechupete.
Consejos para unas croquetas casi líquidas.
- La duración de la receta para que sepáis organizaros en la cocina será de 45 minutos + 12 horas reposo. Y es una receta para unas 40 unidades, para 8/10 personas.
- Yo he usado un queso azul “roquefort”, que además de cremosidad le aportará un sabor especial a las croquetas. Podéis utilizar otras opciones como un gorgonzola, un gamoneu o un cabrales. Pero controlad las cantidades, porque hay que buscar un equilibrio y que luego no sepan solo a queso.
- Después de hacerlas muchas veces, ya prácticamente hago la bechamel a ojo, en función de la textura final que más me gusta. Pero comprendo que a muchos/as esto de las croquetas os pone respeto. Que no cunda el pánico porque tengo un post especial para conseguir unas croquetas perfectas, con consejos y recomendaciones.
- Las croquetas siempre nos sacan de un apuro, por lo que en mi congelador suele haber unas cuantas bolsas. Para un aperitivo, para la cena, es sacarlas del congelador y directamente ya se pueden freír. Un gran recurso, y más aún si hay niños/as en casa. Echad un vistazo a estos consejos para congelarlas de la mejor manera.
Hemos trabajado 4 horas y 35 minutos para que disfrutes esta receta. ¿Cómo se calcula?
45 min. cocinando, 30 min. para hacer y editar las fotos, 120 min. para grabar y editar el vídeo, 45 min. para redactar y 35 min. para organizar y publicar todo en la web y en redes sociales.
😊 Sin contar lo que dedicamos a investigar cómo hacer la mejor receta, comprar los ingredientes, comerla (y repetirla si no ha salido de rechupete), leer vuestros comentarios y responder a las dudas.
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