A pesar de que durante mucho tiempo se ha mantenido como una de las frutas más exóticas dentro del grupo de las frutas tropicales como el maracuyá, lo cierto es que se ha normalizado el encontrar la piña en el supermercado. En un comienzo destacó su conquista a través del mundo y después lo hizo su formato en conserva, ayudándose eso sí, de la novedosa pizza hawaiana o la piña colada.
En la actualidad, la piña es una de las frutas que se conserva en nuestro país y a la que se le pueden dar infinidad de usos culinarios, ya sea en elaboraciones saladas o dulces, como es con los postres de frutas. Lo que sí debemos destacar de este producto es que no es para nada fácil cortarlo, además de que existen muchos métodos que podemos seguir para hacerlo. Estos métodos variarán en función del uso que vayamos a darle a esta fruta, pero en este post te enseñaremos algunas técnicas que puedes emplear para cortar la piña y evitar formar un caos estrepitoso en la cocina.
Debido a su particular dureza y tamaño, la tarea de pelar una piña tal y como pelamos cualquier otra fruta, se complica enormemente. Lo mejor es identificar las partes y trabajar cada una de ellas individualmente. De esta forma, estaremos aprovechando la pulpa al máximo teniendo siempre en cuenta cómo la emplearemos después.
Cómo es la piña: tamaño, pulpa y madurez
Antes de comenzar a rebanar nada, es importante que tengamos en mente cómo es una piña tanto por dentro como por fuera. Su forma es ovalada y su tamaño puede variar entre los 25 y los 30 centímetros de largo, siendo su grosor de 15 centímetros aproximadamente. En la parte superior, encontramos un penacho que corona y que está compuesto de hojas puntiagudas, afiladas y rígidas que pueden resultar algo molestas durante el proceso de cortarla. El cuerpo de la piña se encuentra cubierto por una coraza escamada, y cada una de ellas recibe el nombre de brácteas. Por norma general no son comestibles, aunque suelen utilizarse en numerosas preparaciones con diferentes objetivos.
La pulpa, en este caso la parte más interesante de la fruta, presenta un color amarillo brillante o, en ocasiones, blanquecino y se corresponde con la parte comestible de la fruta. No presenta pepitas ni semillas y es más bien fibrosa. Sin embargo, en su interior encontramos un tronco de forma cilíndrica de gran dureza que es considerablemente fibroso y se puede consumir, aunque no es lo común. Entre la parte carnosa de la fruta y la corteza exterior encontramos unos puntos algo molestos cuando vamos a consumirla, en los que pueden encontrarse semillas oscuras.
Es importante que antes de comenzar a cortar nuestra piña, escojamos una que se encuentre en buen estado y en su punto perfecto de madurez, de forma que podamos garantizar una buena textura y un mejor sabor. El color de la piña, por norma general es más bien dorado y las hojas con las que cuenta son de un color verde intenso. Asimismo, la base desprende un aroma dulce que nada debe parecerse a uno fermentado.
Material necesario
Aunque resulte redundante mencionarlo, disponer de un juego de cuchillos de buena calidad y en condiciones adecuadas puede ser prácticamente todo lo que necesitamos para que no se nos haga un mundo cortar la piña. Conseguiremos así evitar posibles accidentes y realizar cortes limpios.
- La hoja del cuchillo debe ser ancha y grande, además de que esté correctamente afilada. Resulta ideal el de tipo chef o uno largo de sierra, como el que empleamos al cortar el pan. Ambos servirán para retirar la corteza, mientras que uno pequeño es ideal si queremos pelar pequeñas porciones individualmente.
- También es importante que la superficie sobre la que cortemos la piña, se mantenga despejada y estable, como una tabla gruesa de tamaño medio, sin olores y limpia. Con el fin de evitar que se mezclen los aromas de la fruta con otros indeseados, lo más recomendable es utilizar una tabla que destinemos únicamente a cortar vegetales (dejando a un lado también la cebolla y el ajo).
- Resulta de gran utilidad, mantener un recipiente o plato en el que coloquemos las piezas que vayamos cortando, para evitar que la superficie de trabajo se llene del producto que no necesitamos.
- Por último, nos puede servir de gran ayuda para mantener la superficie de trabajo limpia, utilizar papel de cocina para retirar los posibles jugos o salpicaduras derivados de cortar la piña.
Consejos para cortar una piña correctamente
Cómo cortar la piña para sacar la pulpa entera
- Comenzaremos retirando el extremo de las hojas y la base de la piña. Es recomendable no apurar de forma excesiva el corte, ya que después tendremos que repasar los lados para retirar las partes más fibrosas y duras, así como los restos de corteza. Es muy sencillo realizar estos cortes si nos hacemos con un cuchillo de chef o de sierra.
- Cuanto más rectos sean los cortes, mayor estabilidad tendrá la piña a la hora de colocarla de pie sobre la superficie en la que estemos cortando.
- Ya sea con un cuchillo u otro (de los que mencionamos con anterioridad), cortamos por secciones paralelas y longitudinales desde la parte superior de la piña hasta la inferior. No apuraremos tampoco en este paso, pero evita cortar demasiada pulpa para no desperdiciar la fruta.
- Retiramos los ojos o puntitos oscuros que quedan al cortar la corteza y giramos el cuerpo de la piña hasta que quede de un color liso por todos sus lados.
- Cuando terminemos, repasamos los posibles restos tanto de ojos, como de corteza, que hayan podido quedar.
Cómo cortar la piña en dados
- Una vez que tenemos la piña limpia, podemos cortar rectángulos de pulpa haciendo tajadas verticales de gran tamaño (unos 2 dedos aproximadamente). Si el tronco central nos complica la tarea, siempre podemos retirarlo para continuar con los cortes verticales después.
- Si nuestra idea es cortar la piña de tal forma que nos queden trozos de bocado, cortaremos las secciones verticales en lingotes, para después volver a cortar otorgándoles el tamaño que estamos buscando. Lo ideal es que el tamaño de cada uno de los cortes sea similar. Un truquito que puede ayudar es colocar todos los lingotes juntos y cortarlos al mismo tiempo realizando un solo movimiento perpendicular.
- Este corte de la piña nos da la posibilidad de utilizarla en otras elaboraciones como postres, ensaladas o macedonias, o servirla sola. De igual manera, la podemos incorporar en pinchos y brochetas de carne o incluso en salteados.
Cómo cortar la piña en triángulos
- Esta es una forma muy típica de servir la piña en hoteles o caterings, ya que es más elegante y vistosa que el resto. Consiste en servir triángulos de cierto grosor, que se pueden consumir con el tenedor o con las manos. En su caso, la corteza es utilizada para el emplatado y el resultado es precioso.
- Para hacerlo, conservaremos las hojas de la piña sujetas a la corteza de la misma. En el caso de que estén muy estropeadas o de que nos incomoden al cortarla, siempre podemos retirarlas.
- Cortamos el extremo inferior de la piña para que podamos manipular bien la pieza. La colocamos de pie y la cortamos desde la parte superior en dos mitades. Es importante que nos queden lo más simétricas posibles. Cortamos las dos mitades de piña de nuevo a la mitad vertical, lo que nos dejará 4 cuartos perfectos de piña.
- El siguiente paso será comprobar la dureza de la parte central de la piña. Si este es el caso, lo retiramos realizando un corte de un extremo a otro.
- Separamos la pulpa de la piel y la colocamos en una superficie estable para cortarla. Realizamos cortes paralelos formando triángulos de piña y luego los volvemos a colocar sobre la corteza separando cada triángulo de forma alterna.
Cómo cortar la piña en rodajas
- Si te decantas más por el clásico corte circular tal y como se sirve la piña en almíbar, podemos comenzar con la piña pelada o sin pelar.
- Si hemos retirado ya la corteza, tan solo la tumbaremos encima de la tabla y cortaremos teniendo en cuenta nuestras preferencias respecto al grosor.
- Siempre que el cuchillo esté bien afilado, podremos realizar cortes de un grosor finísimo, lo cual nos servirá para preparar un carpaccio de piña delicioso.
- De igual manera, si partimos la piña con la corteza, que es la opción más sencilla, tan solo tendremos que retirar a mano la piel haciendo uso de un cuchillo más pequeño, tal y como si se tratase de una manzana.
- En el caso de que quieras, siempre puedes retirar el núcleo central empleando un aro de emplatar o un cortador redondo.
Cómo cortar la piña como todo un experto
- Si tienes algo más de maña, siempre tienes la opción de cortarla como lo hacen en las zonas tropicales. En estos casos, se consume ensartada en palillos, previamente limpiada y troceada.
- En este caso, tan solo tenemos que apurar al máximo a la hora de retirar la corteza, de forma que nos quedemos con la mayor cantidad de pulpa posible. Extraemos a continuación los ojos, utilizando un cuchillo.
- Debido a que la piña presenta de forma natural un patrón geométrico muy vistoso, tan solo tendremos que deslizar la hoja haciéndola girar y en posición diagonal. El resultado es un corte en espiral muy fino y vistoso.
Cómo cortar la piña con un cortador
- En último lugar tenemos una buenísima opción si tenemos prisa y no queremos ensuciarnos las manos retirando la corteza. Haremos uso de un vaciador o cortador. Se trata de un accesorio cilíndrico que presenta unas cuchillas en uno de los extremos. Este accesorio nos permite retirar con tan solo realizar un movimiento circular y ejercer una ligera presión, toda la pulpa de la piña, retirando en el proceso la parte central de esta fruta.
- Este utensilio nos permite no solo emplear la pulpa, sino también la corteza de la piña, que se mantendrá en perfecto estado después de utilizarlo. Si partimos este último a la mitad y retiramos el centro, podemos usarlo de recipiente para servir un arroz tropical o una ensalada.
- Son infinitas las formas que tenemos de cortar la piña y, aunque no venga con un manual de instrucciones, las técnicas que te mostramos en este post, además de sencillas, son de gran utilidad y nos sirven para cualquier elaboración que tengamos en mente.
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