Fácil 
15 min 
Por Alfonso López Alonso
Para 1
0.7€/pers.
90kcal/100g
Ahora que el verano se aproxima, y pinta caluroso, la mejor forma de no aplatanarse en exceso es consumiendo determinados platos y bebidas que nos refresquen como es debido. Estos son los gazpachos, las bebidas frías y los helados, aunque la lista es bastante larga. Hoy os traemos un café idóneo para esta estación del año, de manera que podemos variar un poco y salirnos de nuestro típico “café con hielo”.
¿Qué es un affogato?
El nombre de este café es affogato que constituye un postre-café originario de Italia y que resulta ideal para las sobremesas tan propias de verano. La traducción literal de su nombre es la de ‘ahogado’ ya que consiste en una bola de lado que se añade a una taza, para después cubrirla con un chorro de café previamente atemperado.
Este café tiene variantes, como es el caso de aquellas en las que se agrega un licor ya sea el Amaretto, el Baileys, el Bicerin o cualquier otro licor. Además, puede variarse también el sabor del helado eligiendo entre fresa, miel o coco. Otras variantes que se dan alrededor del mundo también tienen sus fans propios, siendo este el caso del chef Jamie Oliver, que ha probado a prepararlo utilizando un helado de vainilla con trocitos de crocante de almendras tostadas, empapado con café tostado y con un último toque de biscotti o amaretti.
¿Por qué lo hemos denominado postre-café?
Pues bien. Ocurre que la forma de ver esta bebida o postre está bastante dividida en la población. Hay quienes lo consideran postre y quienes lo consideran café. En Italia está más bien visto como un postre, pero es el resto del mundo el que lo considera una bebida. Independientemente de lo que sea, lo importante es que la combinación de sus ingredientes es espectacular y al mismo tiempo se trata de una preparación súper sencilla.
Receta de café affogato
Elaboración del café affogato
- Comenzaremos la preparación de este café siguiendo nuestros propios hábitos, es decir, debes preparar tu café tal y como lo haces cada día. En nuestro caso, hemos utilizado la cafetera de rosca italiana típica y un café molido natural. Aún así, como el mundo es tan extenso y cada uno tiene sus propias mañas, debes hacerlo tal y como tú lo prefieras.
- Cuando el café este listo, dejaremos que atempere 15 minutos. Ahora, solo nos quedará montar el café affogato, para lo cual, colocaremos dos bolas de helado de vainilla en una taza (o 1 bola, es que el dulce nos pierde).
- La cuchara de helado que estamos utilizando es algo pequeña, pero en el caso de que tú estés utilizando una mas grande, puedes añadir una bola simplemente, aunque esto irá en función de cada paladar.
- A continuación, regamos la bola de helado con café. La cantidad de café variará en función de nuestras preferencias. Ahora tan solo tendremos que servir.
- En algunas ocasiones se añade un chorrito pequeño de licor, como por ejemplo el Baileys, perfecto para esta elaboración, y también hay toppings que podemos incluir en la receta, ya sean almendras picadas o sirope de chocolate. Aún así, la versión básica resulta increíble. Un buen acompañante de este café es el biscotti de almendras clásico.
El café y el helado
El café era uno de los aromas principales de los helados a finales del siglo XVII, además del chocolate que, en ese momento, combinaba perfectamente con los huevos, el azúcar y la leche, haciendo de este postre uno de los más famosos.
El café affogato nace muchísimo después. Aunque no existe una fecha determinada, es en la década de los 50 cuando se extiende en Italia. Es entonces cuando la producción de helado se moderniza e industrialización. Es importante recordar que el helado se estuvo preparando con la nieve que se almacenaba durante el invierno en galerías subterráneas, hasta la Segunda Guerra Mundial.
Volviendo al origen del affogato, una de las versiones adjudica la creación del mismo a Angélico, un fraile franciscano que vivía en la región del Piamonte italiano, específicamente en la provincia de Cúneo. Éste se dedicaba a la preparación de licores, especialmente el de avellanas y que en la actualidad es conocido como licor de café o Frangélico.
Los que apoyan esta versión, mencionan que en una ocasión se le ocurrió mezclar un chorro de café espresso con helado de vainilla. Está descripción parece bastante acertada, pero lo que nos importa verdaderamente es que este café esté bien preparado y podamos compartir un buen momento en compañía de nuestros familiares y amigos.
Otras variantes de café helado
Como habrás podido comprobar, son más variedades las que existen además del café affogato, y es que hay una lista interminable de cafés que podemos consumir en verano. Uno de ellos es el café-tonic, que, debido a su nombre, parece una mezcla de café y tónica. Y así es, se mezcla una tónica con hielo, con café de filtro o un expresso, pudiendo regular las proporciones de cada bebida a nuestro gusto. Por norma general, este se sirve incorporando una tercera parte de café y otras dos de tónica, la mejor forma de hacer de esta bebida un refrescante ideal para cuando haga mucho calor.
Por otro lado, tenemos el ‘shakerato’, que es la versión más elegante de un café con hielo. Los hielos no se añaden en el momento en el que lo servimos, sino que se quedan en la coctelera en la cual añadiremos un café expresso bien largo. Se agita con energía hasta que no suenen los hielos, lo que querrá decir que ya se habrá formado la espuma que necesitamos. Como cabe pensar, si lo servimos en una copa de Martini ganará mucho más.
En realidad, no sé si esto podría considerarse receta, ya que tan solo tendremos que preparar un café expresso para poder hacer la bebida-postre en cuestión. Aunque también tenemos la posibilidad de hacer nuestro helado casero de vainilla, lo cual resultará un poco tedioso teniendo en cuenta las temperaturas que tenemos en verano.
Hemos trabajado 2 horas y 05 minutos para que disfrutes esta receta. ¿Cómo se calcula?
15 min. cocinando, 30 min. para hacer y editar las fotos, 45 min. para redactar y 35 min. para organizar y publicar todo en la web y en redes sociales.
😊 Sin contar lo que dedicamos a investigar cómo hacer la mejor receta, comprar los ingredientes, comerla (y repetirla si no ha salido de rechupete), leer vuestros comentarios y responder a las dudas.
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