Para 10 0,2€/pers. 285kcal/100g
Ingredientes
- 500 g de harina de trigo de fuerza
- 10 g de levadura fresca de panadería (o 3,5 g de levadura seca de panadería)
- 10 g de sal
- 400 ml de agua muy fría
- Aceite para engrasar
Después de explicar en formato novato, cómo hacer pan en casa de forma fácil, hoy subimos un poco el nivel de nuestros panes y nos animamos con la chapata. Un pan similar al que publiqué ayer, pan sin amasado (mucho más fácil), pero que se nos antojaba imposible hasta que nos enseñaron a hacerlo y, ya sabéis, nada como ver a otro preparar algo para comprender que la cosa no es para tanto.
Esta receta de pan chapata no necesita amasado. La verdad es que la masa es tan pegajosa y tiene un porcentaje de hidratación tan elevado que amasarlo es imposible. Por eso utilizamos un sistema de plegado que resulta mucho más cómodo y sencillo que el amasado común. Eso sí, es importante que leáis bien el proceso entero y las recomendaciones finales y, por supuesto, que las sigáis. Con ello el éxito está garantizado y tendréis en vuestro haber dos chapatas rústicas, de corteza crujiente y miga llena de alveolos, con mucho sabor.
Es pan que fermenta en frío, dentro de la nevera, durante 24 horas. Por ello hay que organizarse un poco. Sí lo queremos tener listo para la hora de comer el domingo, por poner un ejemplo, tendríamos que preparar la masa el sábado por la mañana. El domingo por la mañana nos quedaría rematar la masa y hornear.
Perfecta para rebanar y acompañar todo tipo de platos, para comer con mantequilla y mermelada o con tomate y un chorrito de aceite de oliva virgen extra. Dura un par de días en buen estado, envuelto en un trapo de algodón. Después de este tiempo, se puede rebanar y congelar para consumir cuando se necesite o apetezca.
¿Qué os parece? ¿Os animáis con este pan chapata sin amasado? Avisamos que está de rechupete y, de verdad os decimos, que nos quedamos cortos. Ya sabéis, si os ponéis al lío, compartid vuestras chapatas en redes sociales.
Receta de pan de chapata casero
Preparación de la masa del pan de chapata
- Antes de empezar con este pan es importante asegurarnos que tenemos agua muy fría disponible. Seguro que este no es problema si acostumbramos a tener agua en la nevera o hielo en el congelador, pero si no es el caso acordaros de meter una botella de agua en la nevera unas horas antes de empezar.
- También necesitamos un recipiente amplio con tapa, porque en él vamos a meter la masa y la vamos a guardar en la nevera. No queremos que le entren olores ni sabores extraños, así que la tapa es imprescindible.
- Pesamos todos los ingredientes antes de comenzar y preparamos el recipiente para que, una vez arranquemos, no tengamos que parar por ninguna causa. En un recipiente hondo y amplio colocamos la harina y la sal. Mezclamos bien para que la sal se distribuya por toda la harina.
- En otro recipiente mezclamos el agua y la levadura. Removemos y trabajamos con los dedos para que se diluya bien hasta homogeneizar. Creamos un hueco en en centro de la mezcla de harina y sal y vertemos la mezcla anterior en su interior.
- Con ayuda de una cuchara o las manos, bien limpias, removemos e integramos la harina poco a poco. La masa que obtenemos es muy pegajosa e hidratada. No se puede amasar porque se queda pegada a las manos.
Reposo y plegado de la masa de pan de chapata
- Trasladamos la masa al recipiente que tenemos preparado, tapamos y guardamos en la nevera durante 24 horas.
- Durante este tiempo la masa fermenta en frío, por eso necesita tantas horas, y crece hasta triplicar su volumen o incluso más. Por esto, lo mejor es empezar este pan por la mañana y terminarlo a la mañana siguiente, cuando tendremos tiempo para continuar el proceso sin prisas y hornearlo para la hora de la comida.
- A la mañana siguiente retiramos la masa de la nevera y la volcamos en una bandeja bien embadurnada de aceite para que no se pegue. Se puede usar el aceite que se quiera, pero a nosotros nos gusta el de oliva virgen extra porque algo de sabor le da al pan.
- Empezamos a plegar la masa, que es el equivalente al amasado. Lo hacemos con las manos humedecidas, es la única manera de que no se nos pegue. Con este sencillo truco es muy fácil conseguirlo, así que adelante y sin miedo.
- Introducimos las manos (como si fueran palas) debajo de la parte superior de la masa, la más alejada a nosotros. Levantamos ligeramente y la atraemos hacia nosotros, la dejamos caer sobre la mitad de la masa que no hemos levantado. Con ello la doblamos por la mitad.
- Giramos la bandeja 45º y repetimos la operación tres veces más, girando la bandeja después de cada pliegue.
- Cubrimos la masa con un trapo limpio y seco y dejamos reposar 45 minutos. Con ello la masa se relaja y la podemos plegar de nuevo. Repetimos los cuatro plegados siguiendo las indicaciones anteriores (manos humedecidas, colocadas como palas, girando la bandeja 45º, etc).
- Dejamos reposar la masa de nuevo bajo el trapo durante otros 45 minutos más. A continuación repetimos los cuatro plegados siguiendo las indicaciones anteriores (manos humedecidas, colocadas como palas, girando la bandeja 45º, etc) una última vez y dejamos que repose la masa también una última vez, 45 minutos, cubierta con un trapo.
Horneado y presentación final de las chapatas
- En este momento encendemos el horno a 250 ºC con calor arriba y abajo. Introducimos un bandeja de horno en la posición central del horno, en ella vamos a depositar las chapatas formadas.
- Espolvoreamos la superficie de trabajo con una cantidad generosa de harina y trasladamos la masa sobre ella. Lo hacemos con cuidado y las manos humedecidas. Al depositarla sobre la mesa procuramos darle forma rectangular pero sin deformarla demasiado.
- Espolvoreamos la masa con más harina y cortamos por la mitad, a lo largo. Si usamos una rasqueta humedecida resultará mucho más fácil y evitamos que se pegue la masa.
- Trasladamos las chapatas a una bandeja cubierta con papel vegetal. Usamos esta bandeja para deslizar el papel con las chapatas a la bandeja que tenemos en el horno bien caliente.
- Colocamos un recipiente con agua en la base del horno y programamos 15 minutos. Transcurrido este tiempo retiramos el recipiente con el agua y bajamos la temperatura del horno a 200º C. Programamos 30 minutos más hasta cocer bien las chapatas.
- Finalizado el tiempo, apagamos el horno, retiramos las chapatas y dejamos enfriar antes de consumir.
Consejos para un pan chapata sin amasado perfecto
- Aunque ya hemos ido dando consejos sobre la marcha según explicamos la receta, no está demás recordar varias cosas.
- El agua con que preparamos la masa inicial ha de estar muy fría.
- Es importante respetar los tiempos de levado. Para que no se nos pasen podemos usar el temporizador del móvil que nos avisará cuando sea necesario.
- Las manos han de estas mojadas cada vez que manipulemos la masa. De lo contrario se nos quedará pegada.
- El tercer y cuarto plegado cuestan un poco más que los dos primeros porque la masa ya la hemos estirado un par de veces antes. Esto es normal, plegamos igualmente y hasta donde podamos.
- Podemos usar una parte de harina integral, retirando la parte correspondiente de harina blanca.
- La levadura fresca se puede sustituir por levadura seca de panadero. La cantidad a utilizar es 1/3 de la indicada de levadura fresca.
Hemos trabajado 2 horas y 18 minutos para que disfrutes esta receta. ¿Cómo se calcula?
28 min. cocinando, 30 min. para hacer y editar las fotos, 45 min. para redactar y 35 min. para organizar y publicar todo en la web y en redes sociales.
😊 Sin contar lo que dedicamos a investigar cómo hacer la mejor receta, comprar los ingredientes, comerla (y repetirla si no ha salido de rechupete), leer vuestros comentarios y responder a las dudas.
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Llevo la intemerata de años haciendo pan. He probado un montón de recetas y, la verdad, he conseguido panes muy ricos. Pero esta receta es lo mejor que he probado porque el pan tiene el aspecto del buen pan, alveolos grandes, costra crujiente, un sabor con un ligero toque ácido y, además, es sencillísimo de hacer. Muchas gracias Alfonso.