Aunque no lo parezca, la Semana Santa está a la vuelta de la esquina. Que bien nos van a venir a todos unos días de descanso y desconexión, y así volver con las pilas cargadas. La Semana Santa tiene muchas cosas buenas, pero hay una que es nuestra favorita desde siempre, las torrijas. A día de hoy sigo preguntándome como es posible que estén tan deliciosas con lo sencillas que son de hacer.
Este magnífico postre es un clásico de estas fechas, y la gran mayoría hemos intentado hacer torrijas en casa aunque no siempre salen como deberían.
Hoy os traemos una serie de consejos y trucos que harán que vuestras torrijas queden siempre perfectas, lo que hará que se os acerquen los amigos, la familia y la pareja durante estas fechas para que los deleitéis con vuestras deliciosas torrijas. Eso sí, cuidado con pasarse que es un postre contundente y luego hay que bajarlo.
El pan para las torrijas
La base de unas torrijas perfectas es un buen pan. Si el pan es de buena calidad, las torrijas serán de buena calidad. A pesar de que las torrijas son una receta de aprovechamiento, no vale usar cualquier pan que nos sobre en casa. Lo ideal es que un pan de corteza fina, miga densa y poco alveolado.
Hoy en día venden panes especiales para hacer torrijas en casi todos los supermercados, aunque también podéis probar a hacerlo vosotros en casa con esta receta de pan de torrijas casero, y el resultado siempre será mejor.
En cuanto al grosor de las torrijas, lo ideal es que ronden los dos dedos de tamaño. Ni más, porque absorbe demasiada leche, ni menos, porque se quedan muy secas. Esta medida es la más adecuada.
La leche
Otro factor fundamental en la elaboración de torrijas es la leche. Nosotros os recomendamos usar leche entera o como mucho semidesnatada, son las que dan mejor sabor a estas torrijas.
Un factor fundamental es infusionar la leche. Este proceso consiste en calentar la leche con una serie de ingredientes hasta que esté a punto de hervir, y en ese momento se retira del fuego y se deja reposar. Lo ideal es infusionar la leche con canela en rama, un poco de azúcar y la piel de una naranja o un limón, siempre con cuidado de que no queden partes blancas, ya que lo pueden amargar todo.
Cuando tengas la leche infusionada, empapa las torrijas en ella y déjalas reposar durante 10 minutos para que cojan todo el sabor de la leche y queden perfectas.
La fritura
Ya tenemos las torrijas listas para pasar por la sartén, pero se nos plantea un gran dilema. ¿Aceite de oliva o vegetal? Cualquiera de las opciones son válidas y geniales. Mientras que el aceite de oliva le aporta un toque de sabor, el vegetal es mas suave, así que usad el que más os guste.
Lo importante es que el aceite esté bien caliente (170º el vegetal y 180º el de oliva) y que paséis por la sartén las torrijas un minuto por cada lado, con eso es suficiente. Hacedlas de dos en dos para evitar que el aceite se enfríe se golpe e ir cambiando el aceite cada 18 torrijas que hayáis frito y mantenerlo limpio de la rebaba que vaya soltando.
La presentación
Una vez fritas, y más si habéis infusionado la leche, las podéis servir sin más. Pero si os apetece, lo habitual es regarlas con algún tipo de sirope o bañarlas en azúcar y canela, aunque con cuidado para que no se vuelvan muy empalagosas.
Con estos consejos os aseguramos unas torrijas de escandalo con las que disfrutar como enanos. Os recomendamos ponerlos en práctica con nuestras mejores recetas de torrijas. Seguro que el resultado es de rechupete.
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Hoy he aprendido a hacer algo bueno y bastante rico, muy buena receta, gracias