Voy a hablarte de un ingrediente que todos conocemos y amamos: la cebolla. Una hortaliza que utilizamos en muchos platos en la cocina y que no siempre conservamos como deberíamos.
Esta maravilla culinaria, que en realidad es el bulbo subterráneo de la planta que lleva su mismo nombre, tiene sus raíces (literalmente) en Asia, donde se ha cultivado desde el año 6.000 a.C. Desde allí se extendió a todo el mundo.
Hoy en día, tenemos una increíble variedad de cebollas para elegir. Pueden ser grandes o pequeñas, redondas o alargadas, de color blanco, amarillo o morado… cada una con su propio sabor y textura únicos. Y lo mejor de todo es que la cebolla es increíblemente versátil en la cocina. Puedes comerla cruda en ensaladas, cocinarla para dar sabor a tus platos, o incluso asarla para un delicioso acompañamiento.
Por suerte están disponibles durante todo el año y a un precio muy asequible. Si además las conservas bien pueden durar mucho más tiempo del que imaginas. En este artículo te cuento algunos consejos para conservar mejor tus cebollas y que duren más.
¿Dónde y cómo guardar las cebollas?
1. Evita la humedad
Evita guardar las cebollas en bolsas de plástico cerradas. Las bolsas de plástico propician que la humedad actúe sobre las cebollas, provocando que se enmohezcan. En su lugar, opta por una malla o red que permita la circulación del aire. Incluso puedes utilizar una media para guardarlas.
2. Lugar oscuro y ventilado
Busca un lugar oscuro, bien ventilado y seco para guardar tus cebollas. Un cajón aislado o una parte del armario podrían servir si no dispones de una despensa. Obviamente, lo ideal es guardarlas en una buena despensa, alejada de otros alimentos.
3. Temperatura constante y baja
Trata de mantener una temperatura constante entre 4º C y 10º C. Las cebollas son sensibles a los cambios de temperatura, por lo que es importante evitar los extremos. Si hace frío, protege las cebollas con varias capas de papel de periódico o papel vegetal; si hace calor, guárdalas de inmediato.
4. Cebollas enteras y con piel
Conserva las cebollas enteras y con la piel. Al igual que las frutas, las cebollas se mantienen en mejor condición si las conservamos enteras y con la piel.
5. Alejadas de otros alimentos
Sobre todo, es importante no guardar las cebollas cerca de las patatas. Ambos alimentos desprenden etileno, un gas que acelera el deterioro de los alimentos cercanos. Por lo tanto, es recomendable guardar las cebollas y las patatas separadas entre sí, juntas, se estropearán el doble de rápido.
¿Se pueden guardar las cebollas en la nevera?
Por todos los consejos anteriores, ya habrás deducido que no es recomendable guardarlas en la nevera. El frío convierte el almidón en azúcar, lo que hace que las cebollas se pongan blandas y empiecen a pudrirse. Además, el olor de las cebollas se impregnaría en el resto de alimentos. Así que, mi recomendación es que mejor fuera de la nevera.
- Si no tienes más remedio que guardar las cebollas en la nevera, aquí te doy algunos consejos para que la conservación sea la mejor posible.
- Cubre el cajón de la nevera con papel absorbente y, además, envuelve las cebollas con papel absorbente. Doble capa de protección contra la humedad.
- Evita amontonarlas. Evitando que estén en contacto, el aire podrá circular entre ellas y no se estropearán.
¿Se pueden congelar las cebollas?
Hay una solución fantástica para tener cebollas siempre listas para cocinar y que no se estropeen. Atento que esta recomendación que te hago es súper útil.
- Pela y pica todas las cebollas que hayas comprado.
- Guarda el picado en varias bolsas de plástico o film transparente, extendiendo el contenido por toda la bolsa.
- Guárdalas en posición horizontal y con el picado de cebolla bien extendido.
- Ve sacando la cebolla que necesites cada vez que tengas que cocinar. Separa la cantidad de cebolla que necesites y vuelve a guardarla.
Más consejos
Si tienes unas cebollas y no sabes qué hacer con ellas, otra recomendación que te hago es preparar cebolla caramelizada. no sólo sirve para la elaboración de diversos tipos de postres sino también para acompañar otras verduras, para hacer tostas o aperitivos acompañando al queso de cabra o al foie e incluso a la morcilla. Además, la cebolla caramelizada es perfecta para equilibrar platos con toque salado. También sirve de guarnición para un guiso de carne o para un pescado.
Otra opción, es preparar una rica tortilla de cebolla, la tradicional sopa francesa de cebolla o unas cebollas rellenas al estilo asturiano. Y por supuesto, ya que vamos a trabajar con la cebolla, no dejes de echarle un ojo a los trucos para no llorar cortándola.
Esperamos que estos consejos te ayuden a conservar tus cebollas y a aprovechar al máximo este versátil ingrediente.
Categorías: Actualidad gastronómica Aprende a cocinar Ingredientes y alimentos