Nos acercamos a unas fechas con multitud de eventos, comidas especiales con la familia, con los amigos… y siempre nos gusta impresionar a los tuyos.
Las gambas y los langostinos son de esos mariscos, con los que puedes sorprender y que tanto por su coste como por su facilidad de cocción son muy agradecidos. Sin embargo, su pequeño tamaño a veces no ayuda a que su cocinado resulte sencillo. Pues necesitamos buscar eso punto donde quede dorado por fuera y bien hechito por dentro.
A tener en cuenta
Para hacerlo y no fallar en el intento, hay varias cosas que debemos tener en cuenta:
1. Escoge producto grande y de calidad
- Para conseguir sacar a este plato todo su esplendor, la primera regla es la calidad del producto. Se trata de un tipo de preparación donde el langostino es el protagonista y donde se aprecia perfectamente todo su sabor. Por eso es fundamental contar con ejemplares de la mejor calidad posible.
- Unos buenos langostinos, aunque sean congelados, un aceite de oliva virgen extra de calidad, sal gorda y limón son todo lo que se necesita para triunfar con ella.
- Aunque en muchas ocasiones hablamos de gambas, para referirnos a cualquiera de ellos, lo cierto es que las gambas son las más pequeñas de todos estos crustáceos, mientras que los langostinos o los gambones son los más grandes.
- En cualquier caso, es recomendable que, a la hora de ponerlas en una parrilla o barbacoa, lo ideal es que las escojas un poquito grandes, porque aun siendo de muy buena calidad, son muy delicadas y pueden estropearse.
2. Evita pelarlos
- Si los pelas, la presentación evidentemente será mucho más llamativa, pero al mismo tiempo la cáscara tanto de gambas como de langostinos los protege de una sobrecocción, y al mismo tiempo lograrás potenciar el sabor de estos.
- Un par de consejos, si decides cocinarlos con cáscara, empléala luego para hacer un rico caldo, o si prefieres sin cáscara, cómpralos ya pelados, te ahorrarás mucho tiempo y que se deshagan.
3. Marínalos en seco con sal, bicarbonato y azúcar
- El bicarbonato, ayuda a las gambas y langostinos a conservar su carne jugosita por dentro, pero al mismo tiempo potencia por fuera la reacción Maillard.
- La sal les saca la humedad y al mismo tiempo potencia los sabores.
- El azúcar, opcional, ayuda a caramelizar por fuera los alimentos.
4. Déjalos secar al menos una hora
Si has decidido pelarlos, sécalos con papel de cocina y mézclalos con los aderezos que hayas escogido. Al terminar, insértalos en las brochetas sobre bandejas donde las gambas no toquen la superficie. A partir de este momento, déjalos sobre una hora en la nevera, en su parte menos fría para extraer la humedad. Pasada la hora, sécalos de nuevo si fuese necesario antes de cocinarlos.
5. Precalienta la parrilla o plancha
Mientras calientas la parrilla como si de un horno se tratase, con una brocha pinta las gambas y langostinos con aceite de oliva virgen extra y ponlos en la parrilla… durante unos 5 minutos para que salgan doraditas por fuera y jugosas por dentro. Y no le des varias vueltas, con una por un lado y otra, será suficiente. Al plato y a disfrutar.
Son unos pequeños consejos que te ayudarán a mejorar el resultado final de tus langostinos, gambas o gambones.
Recuerda que tenemos algún consejo o truco más sobre la parrilla (si es al fuego) y sobre tu plancha si los vas a hacer en casa. Es una receta que no espera, debes consumirla recién hecha para disfrutar de toda la jugosidad de los langostinos. En poco más de 10 minutos tendremos un plato de marisco para chuparse los dedos, ya me contaréis.
Que tu barbacoa o plancha esté On fire!
- Si llevas sin utilizar tu barbacoa desde el año pasado es importante que te asegures de que está limpia. Lo mejor es que la limpies después de cada uso para que la parrilla no se impregne de olores. Cuando termines de cocinar con la parrilla aún caliente añade bastante sal y frótala con papel de periódico.
- Avivar la llama no siempre es fácil, pero en lo que a barbacoa se refiere, con un poco de práctica y paciencia basta. Te recomiendo que empieces a encender la brasa una hora antes (mínimo) de la hora a la que quieras comenzar a comer.
- La cantidad de carbón que tienes que poner dependerá proporcionalmente de la cantidad de carne que vayas a cocinar. No hay una regla exacta, pero añadir más carbón en mitad de la comida porque te has quedado corto hará que te demores más de la cuenta.
- Una barbacoa no puede ser perfecta si sus brasas no lo son. Las llamas deben desaparecer para que el calor quede repartido uniformemente.
- Encenderla no tiene complicación. Hazte con unas pastillas de encendido y papel y cuenta hasta diez las veces que hagan falta hasta que las parrillas estén en su punto justo. La impaciencia no hace la perfección, te lo aseguro.
- Cuando la mayor parte de las llamas se hayan apagado y el cabrón empiece a enrojecerse podrás pasar a la primera tanda de comida. Si una vez comenzada la barbacoa las llamas se vienen arriba no te preocupes, podrás rebajarlas añadiendo un poco de sal.
- Y si tu opción es a la plancha, recordad que tenemos la receta de langostinos a la plancha en el blog. Podéis ir directamente a ella.
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