Las patatas son como ese amigo que siempre está ahí, nunca falla y te saca de cualquier apuro en la cocina. Las usamos para todo: puré de patata, las patatas fritas, en guisos como las patatas riojanas, en ensaladas como la de pulpo y patata… Pero ¿alguna vez te has parado a pensar en la importancia de cocerlas correctamente? Parece una tontería, pero cocinar patatas a la perfección tiene su arte.
Lo primero que debes saber es que no todas las patatas son iguales. Hay muchas variedades, y no todas son adecuadas para cocer. Las patatas se dividen principalmente en dos grandes grupos según su textura: las harinosas y las cerosas.
- Patatas harinosas: Estas son las mejores para hacer puré o para platos en los que la patata se deshace fácilmente, como en sopas o guisos. Tienen más almidón y son más secas, por lo que no son la mejor opción si lo que quieres es queden enteras tras la cocción.
- Patatas cerosas: Son las mejores para cocer porque mantienen su forma y no se deshacen. Son ideales para ensaladas de patata o platos en los que necesitas que la patata tenga una textura más firme.
¿Con piel o sin piel?
Esta es la gran pregunta. La respuesta depende del uso que vayas a darles y de tus gustos personales. Cocer las patatas con piel ayuda a que mantengan mejor su forma y evita que se absorba demasiada agua, lo que puede dejarlas más insípidas. Además, la piel tiene un montón de nutrientes, así que es un plus si decides dejarlas así. Por otro lado, si las prefieres sin piel porque te parece más cómodo o estético, no hay problema. Solo ten cuidado de no cortarlas demasiado pequeñas para evitar que se deshagan.
Paso a paso para cocer patatas de forma perfecta
- Primero, seleccionamos las patatas adecuadas. Como hemos dicho, las cerosas son ideales si queremos que se mantengan enteras, mientras que las harinosas van mejor para puré o para hacer una receta en la que las vayamos a machacar.
- Las lavamos bien bajo el grifo, especialmente si vamos a cocerlas con piel. No queremos tierra en nuestro plato, así que fregamos bien con un cepillo si hace falta.
- Colocamos las patatas en una olla grande y las cubrimos completamente con agua fría. Esto es importante: siempre hay que empezar la cocción con agua fría. Si metemos las patatas en agua ya hirviendo, la parte exterior se cocinará más rápido que el interior, y eso hará que el centro quede duro mientras que la capa externa estará demasiado blanda.
- Añadimos sal al agua. Sí, sal al agua desde el principio. Así las patatas se irán sazonando mientras se cocinan y quedarán mucho más sabrosas. No te cortes con la sal, el agua debe estar bien salada, como si estuvieras cocinando pasta.
- Encendemos el fuego a temperatura alta hasta que el agua comience a hervir. Una vez que empezamos a hervir, bajamos el fuego a medio o bajo. Queremos que las patatas se cuezan suavemente, sin golpes de calor que puedan hacer que se rompan. El tiempo de cocción depende del tamaño de las patatas y de si están enteras o cortadas en trozos. De media, las patatas enteras tardan unos 20-25 minutos en cocer, mientras que los trozos más pequeños pueden estar listos en unos 15 minutos.
- Comprobamos el punto de cocción. El truco clásico: pinchamos las patatas con un tenedor o un cuchillo. Si se desliza fácilmente hasta el centro, están listas. Si hay resistencia, necesito más tiempo.
- Escurrimos las patatas una vez cocidas. Si las vas a usar en una ensalada o necesitas que se enfríen rápido, puedes enjuagarlas con agua fría para cortar la cocción. Si las vas a triturar para un puré o un plato en el que deben estar bien calientes, las dejamos enfriar un poco en la olla o en un colador.
Trucos extra para la cocción perfecta
- Si estás cocinando patatas para puré, añádeles un toque de leche o nata mientras las aplastas. Esto hará que queden muchas más cremosas. Eso sí, hazlo cuando las patatas aún estén calientes para que absorban bien los líquidos.
- Si las patatas que has cocido las vas a usar en una ensalada, es importante que estén completamente frías antes de mezclarlas con otros ingredientes. Si las mezclas calientes, podrían deshacerse o hacer que los demás ingredientes pierdan textura.
- Si quieres darles un toque diferente a las patatas cocidas, puedes añadir al agua de cocción algunas hierbas frescas como tomillo, laurel o romero. Les darán un sabor sutil, pero delicioso.
¿Qué hacemos si las hemos cocido demasiado?
Si has dejado las patatas en el fuego más tiempo del necesario y están demasiado blandas, no te preocupes. Siempre hay solución. En lugar de usarlas para una ensalada o un plato en el que deban mantenerse enteras, puedes optar por hacerlas puré o incluso preparar una rica crema de patata. ¡Aquí no se tira nada! Cocer patatas parece fácil, pero hacerlo bien tiene su ciencia. Desde elegir el tipo adecuado de patata hasta controlarlas durante la cocción, cada paso es importante para obtener el resultado perfecto. Las patatas bien cocidas pueden ser la base de muchos platos deliciosos, así que merece la pena prestarles atención.
¿El secreto final? No hay nada mejor que una patata cocida a la perfección, suave por dentro, pero con una textura firme que se deshace en la boca. Así que, la próxima vez que vayas a cocer patatas, sigue estos pasos y verás la diferencia. ¡A cocer se ha dicho!
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