Cocinar al horno. Errores que más cometes y cómo evitarlos

Cocinar al horno. Errores que más cometes y cómo evitarlos

Cocinar al horno puede parecer lo más fácil del mundo: metes la comida, programas el tiempo y, ¡listo! Pero luego, la realidad golpea duro cuando abres la puerta y te encuentras con un pollo seco como una piedra, un bizcocho que parece más una galleta gigante, o un asado que solo está crujiente por fuera y crudo por dentro. ¡Horror! Y lo peor de todo es que no entiendes qué ha podido salir mal, porque sigue todos los pasos, ¿Quieres saber por qué? ¡Sigue leyendo!

No te preocupes, no eres el único que ha metido la pata cocinando al horno. Es más, te diré que cometer errores en el horno es casi un rito de iniciación en la cocina. Pero la buena noticia es que la mayoría de esos errores son fáciles de evitar si sabes qué estás haciendo mal. Así que relájate, que vamos a hacer un repaso por los errores más comunes que cometemos cuando cocinamos al horno y, lo más importante, cómo solucionarlos para que la próxima vez seas el rey o la reina del horno.

Ya sabes que hay recetas que al horno están riquísimas como los hinojos al horno, una rica tarta de queso, un sabroso salmón al horno, las berenjenas rellenas de verduras o estas tres recetas de champiñones rellenos que quedan de rechupete. Sea como sea, conoce estos trucos para cocinar mucho mejor con el horno.

Cocinar al horno. Errores que más cometes y cómo evitarlos

Evita estos errores cocinando al horno

No precalentar el horno. Siempre hay que precalentar el horno.

Esto puede provocar que el horno tarde en alcanzar la temperatura adecuada, lo que puede provocar que los alimentos se cocinen de manera irregular. Algunas partes pueden quedar crudas mientras que otras se cocinan más rápido. O por ejemplo, en productos como pizzas o panes, una temperatura inicial alta ayuda a formar una corteza crujiente. Sin un horno precalentado, la corteza puede quedar blanda o poco dorada.

Abrir la puerta antes de tiempo

Otro error de principiante es abrir la puerta del horno cada dos por tres. ¡Ay, la curiosidad! Todos lo hemos hecho: abres la puerta para echar un vistazo a ver cómo va la cosa, pero no te das cuenta de que cada vez que lo haces, estás dejando escapar el calor, y eso es un problema. El horno necesita mantener una temperatura constante para que la cocción sea uniforme. Si lo abres constantemente, esa temperatura baja y tu comida tarda más en hacerse o, peor aún, se cuece de manera desigual. Así que, por mucho que te pique la curiosidad, déjalo cerrado. Usa la luz del horno y el cristal de la puerta para echar un vistazo sin abrir.

Cocinar al horno. Errores que más cometes y cómo evitarlos

No usar una rejilla adecuada

Parece un detalle tonto, pero la posición en la que colocas la rejilla dentro del horno puede marcar la diferencia. Si pones tu bandeja demasiado arriba, puede que la parte superior de tu comida se queme antes de que se cocine el interior. Si la pones demasiado abajo, puede que no se dore y se quede cruda. Por lo general, la parte media del horno es la zona ideal para una cocción uniforme, pero si estás asando algo y necesitas que se dore más, puedes mover la bandeja un poco más arriba en los últimos minutos. Y si haces pizzas o panes, poner la bandeja en la parte más baja ayuda a que la base quede bien crujiente.

Sobrecargar el horno

Y lo entiendo, sobre todo si cocinando para una fiesta o una comida familiar, y piensas: “Voy a meterlo todo de una vez, y así acabo antes”. Pero no, no funciona así. Cuando llenas demasiado el horno, el calor no circula bien entre las bandejas, y eso provoca que la cocción sea irregular. Además, la comida no se dorará igual y probablemente tengas que alargar los tiempos de cocción. Si tienes muchas cosas que cocinar, mejor hazlo en tandas o usa la función de convección (si tu horno la tiene), que ayuda a que el aire circule mejor.

No ajustar la temperatura según el tipo de receta

Y es que no todo se cocina a la misma temperatura. A veces cometemos el error de pensar que poner el horno a 200°C es la solución para todo. ¡Error! Cada alimento tiene su propio punto. Por ejemplo, para los bizcochos y las magdalenas, lo ideal es entre 160°C y 180°C. Si subes más la temperatura, corres el riesgo de que se quemen por fuera antes de que se hagan por dentro. En cambio, para un asado de carne o un pollo, una temperatura de 200°C a 220°C es perfecta para conseguir esa piel crujiente y un interior jugoso. Así que, ya sabes, ajusta siempre la temperatura al tipo de plato que estés preparando.

Cocinar al horno. Errores que más cometes y cómo evitarlos

Usar la bandeja del horno para todo

Uno de los errores que también nos cuesta aprender (a base de experiencias catastróficas) es usar la bandeja del horno para todo. Esa bandeja plana que viene con el horno está bien para algunas cosas, como pizzas o galletas, pero no para todo. Por ejemplo, para asar carnes o verduras, lo ideal es usar una bandeja con bordes altos o una rejilla dentro de una bandeja, para que los jugos de la carne caigan y no hagan que se cueza en lugar de asarse. Si usas la bandeja plana para asar, puedes acabar con un pollo que se ha cocido en su propio jugo y nada de esa piel doradita que tanto nos gusta.

No dejar reposar los alimentos antes de sacarlos del horno

Esto es especialmente importante con la carne. Cuando sacas un asado del horno, los jugos todavía están burbujeando en su interior. Si cortas la carne inmediatamente, esos jugos se escaparán y acabarás con un asado seco. Lo ideal es dejar reposar la carne unos 10-15 minutos antes de cortarla, para que los jugos se redistribuyan y quede más jugosa. En cuanto a bizcochos y panes, dejarlos enfriar un rato sobre una rejilla también es clave para que terminen de cocinarse sin humedecerse por dentro.

No usar papel de horno

Otro error, y este es fácil de cometer, es no usar papel de horno o engrasar bien la bandeja. No hay nada peor que preparar una tanda de galletas perfectas, solo para darte cuenta de que están pegadas a la bandeja como si las hubieras sellado con pegamento. Para evitar esto, siempre usa papel de horno o engrasa bien la bandeja o el molde antes de poner la masa. Créeme, te ahorrarás muchas frustraciones.

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No tener en cuenta la altitud

Esto es más raro, pero si vives en zonas de gran altitud, como en la montaña, la presión atmosférica puede afectar los tiempos de cocción y las temperaturas. A mayor altitud, el aire es más seco y el agua hierve a menor temperatura, lo que significa que puede que tengas que ajustar tanto los ingredientes como los tiempos de cocción. Para los bizcochos y la sartén, esto puede significar aumentar la cantidad de líquidos y reducir la de levadura, además de subir un poquito la temperatura del horno.

Todo es para que cocines mucho mejor…

Resumiendo, cocinar al horno puede ser todo un arte, pero como todo en la vida, la práctica hace al maestro. Evitar estos errores te ahorrará muchos disgustos y, sobre todo, te ayudará a conseguir platos perfectos. Así que la próxima vez que enciendas el horno, acuérdate de estos consejos, y verás cómo los resultados mejoran.

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Categorías: Recetario de cocina Recetas al horno

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