Para 10 0.4€/pers. kcal/100g
Ingredientes
- 150 g de avellanas tostadas y molidas
- 300 g de harina de repostería
- 200 g de azúcar
- La ralladura y el zumo de ½ limón
- 3 huevos
- 100 g de mantequilla
- 200 ml de leche
- 1 sobre de levadura química (16 g.)
- 1 cucharada de esencia de vainilla
- Mantequilla para engrasar el molde
- Un pellizco de sal
Este bizcocho de avellanas me lo preparo Eli, bueno en realidad fue un regalo para Jimena, que es una apasionada de las avellanas. Tanto le gustó que lo he preparado en casa ya 2 veces. Las avellanas hacen que la masa de este bizcocho tenga una densidad muy sabrosa con un granulado que recuerda al turrón. Además Eli nos ha regalado un montón de avellanas que ella misma ha recogido en los avellanos que tiene su madre Elisa en Ponteareas, con un tamaño pequeño pero que están llenas de sabor.
Además si estás cansada de esos bizcochos mazacotes, este postre de avellanas te aseguro que será muy esponjoso, de miga tierna y sabrosa, ideal para desayunar con energía. Incluso podrás adaptarlo a los gustos de tu casa con otros frutos secos, incluso mezclarlos. A menudo pienso que utilizamos poco la avellana en nuestra repostería, y en casa, os aseguro es uno de nuestros frutos secos preferidos, consiguen llenar de sabor cualquier dulce o postre.
Con los consejos que vais a leer en esta receta, conseguiréis que este bizcocho casero de avellanas quede esponjoso y con mucho sabor a avellanas. Este bizcocho es perfecto para mojar en leche, chocolate o café pues se empapa rápidamente en el líquido. Además, las avellanas le dan un sabor delicioso que combina muy bien con el chocolate.
Receta bizcocho casero de avellanas
Tostamos las avellanas
- Partimos las avellanas para retirar la cáscara dura que las recubre. Para ello, podemos usar un cascanueces o bien golpearlas cuidadosamente con un martillo o algún otro utensilio, colocando siempre una tabla de cortar debajo para no dañar la superficie donde estamos trabajando.
- Una vez tengamos todas las avellanas, deberemos colocarlas ya en la bandeja del horno e ir precalentándolo a unos 180º C. Es importante que los frutos secos no queden amontonados, sino bien esparcidos para que puedan tostarse todos por igual. En caso de que quieras tostar una cantidad importante de avellanas, te recomendamos que lo hagas por turnos y no todas a la vez.
Preparamos el relleno
- En el momento en que el horno haya alcanzado la temperatura deseada, ya podrás meter la bandeja y dejar tostar las avellanas durante unos 15 minutos aproximadamente. Pasado este tiempo, abre el horno y con mucho cuidado mueve un poco la bandeja para darles la vuelta y mételas otros 5 minutos en el horno.
- Las sacamos del horno y dejamos enfriar, una vez templadas podrás sacar la fina cáscara de color marrón que recubre las avellanas sin problema. Trituramos las avellanas en la picadora hasta que tenga una consistencia de harina, pero un poco más granulada.
- En un bol grande ponemos la leche (mejor que sea entera) y le añadimos el zumo del medio limón, removemos y esperamos unos cinco o diez minuto a que la leche se corte. Reservamos.
- Batimos los huevos con el azúcar hasta que salga una pequeña espuma y cuando ya estén los añadiremos la leche. Mezclamos la levadura con la harina y la echamos al bol anterior, volvemos a batir. Dejamos reposar 10 minutos.
- En el mismo bol echamos la ralladura de medio limón, la esencia de vainilla, un pellizco de sal y la mantequilla líquida. Batimos todo hasta que no queden grumos. Por último añadimos las avellanas y mezclamos con crema ayudados de unas varillas manuales o un tenedor.
- Vertemos la mezcla anterior en un recipiente engrasado con mantequilla.
Horneamos y resultado final
- El horno debemos encenderlo con tiempo suficiente para que alcance la temperatura idónea, unos 10 minutos dependiendo del horno y de la temperatura que se necesite, lo precalentaremos a 190º C. El tiempo de horneado lógicamente varía dependiendo del grosor y tamaño que nos dará el molde que usemos.
- Lo horneamos a 180º C durante unos 45 minutos con calor arriba y abajo, en la rejilla que esté a media altura para que el calor sea uniforme, así no se calentará en exceso la base. Si no tienes rejilla usa la bandeja. No debemos abrir el horno hasta que no esté bien subido y dorado el bizcocho.
- Si queréis, antes de hornearlo podéis espolvorear unas avellanas por encima del bizcocho, pero debéis tener cuidado de que no se quemen durante el horneado. Si acaso, tapad el molde con una hoja de papel de aluminio.
- Una vez fuera del horno tened la precaución de no quemaros. Dejad que el molde se temple un poco, sacudidlo con cuidado para ayudar a que se separe de las paredes, desmoldadlo y ponedlo sobre una rejilla a que se enfríe. Una vez esté totalmente frío el bizcocho podemos ponerlo sobre en un plato o bandeja y meterlo en una bolsa apta para alimentos, cuidando que quede bien cerrada para conservarlo por más días y que no se quede seco. Es perfecto para el desayuno o para llevarla al trabajo.
Hemos trabajado 2 horas y 50 minutos para que disfrutes esta receta. ¿Cómo se calcula?
60 min. cocinando, 30 min. para hacer y editar las fotos, 45 min. para redactar y 35 min. para organizar y publicar todo en la web y en redes sociales.
😊 Sin contar lo que dedicamos a investigar cómo hacer la mejor receta, comprar los ingredientes, comerla (y repetirla si no ha salido de rechupete), leer vuestros comentarios y responder a las dudas.
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Gracias por compartirlo, que rico!