Las burbujas que se beben tienen adeptos o detractores, o las amas o las odias. Existen miles de bebidas burbujeantes que no somos capaces de diferenciarlas. Desde la tónica, pasando por la gaseosa y el agua con gas, todas estas bebidas son realmente agua con burbujas. Pero, ¿sabes cuál es la diferencia entre ellas?
A priori, pueden parecer lo mismo y las utilizamos erróneamente unas por otras, pero la verdad es que existen diferencias, y es importante saber las diferencias entre ellas para saber combinarlas con otras bebidas a la perfección y no estropear algunas recetas, sobre todo en los cócteles.
Que no te dejan con cara de póker y aprende antes que nadie a diferenciar entre la tónica, la gaseosa, el agua con gas y la soda.
¿Qué son las burbujas?
Las burbujas de las bebidas con gas se producen por el ácido carbónico, una molécula inestable, que se descompone parcialmente en dióxido de carbono y agua, pero solo dentro de un recipiente bien cerrado. Al abrir la botella, el CO2 de las burbujas sale y se producen nuevas burbujas, hasta que llega alcanzar un nuevo equilibrio entre CO2 y ácido carbónico en el líquido. Todos hemos comprobado alguna vez que, si dejamos la botella abierta, nos quedamos sin gas cuando la mayor parte del ácido se haya descompuesto.
Agua con gas
El agua con gas, o agua mineral carbonatada, está de moda. Es agua natural a la que se le añade dióxido de carbono a presión para que genere burbujas. Al ser inestable, se descompone fácilmente en contacto con el agua y el dióxido de carbono, el cual sale en forma de burbujas cuando la bebida se despresuriza
En España no es tan común, pero en otros países de Europa y América es casi más común que el agua natural. Cada vez hay más personas que la toman durante las comidas o como si se tratara de un refresco en lugar de otras bebidas no tan saludables.
Se sirve sola o acompañada de una rodaja de limón.
Soda o sifón
La soda es la gran desconocida, es agua carbonatada de forma artificial como hemos visto con el agua con gas, pero a la que se le agrega sales de sodio o potasio, lo que hace que su sabor cambie y no sea tan dulce. Se caracteriza por ser más saciante de hambre y sed que el agua común. Y como no lleva azúcar, no aporta calorías.
El sifón tiene en su interior una bebida transparente e incolora, con anhídrido carbónico y bicarbonato sódico. Estos ingredientes consigue un agua carbonatada muy saludable, pues no deja de ser agua, lógicamente sin calorías.
Esta bebida se utiliza en diversos cócteles tan conocidos como el famoso mojito, el vermouth, o para la bebida italiana Spritz, incluso con whisky con hielo.
Tónica
La tónica o el agua tónica, es la compañera inseparable de los Gin Tonic. Se trata de agua carbonatada de forma artificial saborizada con quinina y azúcar. La quinina, responsable de ese sabor amargo, es una sustancia alcaloide vegetal blanca y amarga que se obtiene del quino y tiene propiedades antipiréticas y tonificantes, y se le añade azúcar para contrarrestar el amargor.
Se puede tomar sola, o combinada con bebidas alcohólicas, pero casi siempre la relacionamos con el Gin Tonic. Hoy en día encontramos infinidad de tónicas con diferentes sabores y colores.
Gaseosa
La gaseosa, novia del vino tinto y amante de la cerveza, es agua carbonatada artificialmente, pero a diferencia de la tónica no lleva quinina, pero sí que se le añade azúcar o algún edulcorante, por eso tiene ese sabor dulzón.
Se emplea tanto en bebidas como la famosa clara de cerveza, o para los refrescantes tintos de verano o la sangría, pero también para dar esponjosidad a masas como la tempura o la masa de las gambas a la gabardina.
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