La Champions como ensayo

Ancelotti se enfrenta a dos dilemas que partidos como el de esta noche otoñal en Sofia le permiten dilucidar. Uno, la extraordinaria plantilla del Madrid; otro, eso mismo, sólo que al revés. No se trata de volver al asunto de las santas rotaciones, sino el de configurar un equipo equilibrado . Este es el gran reto para el entrenador desde el comienzo de la temporada.

El crédito en la Liga ya ha vencido. Las derrotas en San Sebastián frente a la Real y en el Bernabéu ante el Atleti han agotado la cuota de despistes. La Champions, con partidos tan supuestamente cómodos como el de hoy, dan aire para buscar ese necesario equilibrio, de cara los encuentros contra los grandes (en Liga y Champions). El equilibrio está en el centro. Varane, que el sábado pasado volvió a mostrar lo mejor de su juego, fue condenadamente claro: « Los rivales nos llegan con demasiada facilidad ».

Las ocasiones de los castellonenses fueron constantes, por mucho que se admire la enorme capacidad de pegada del Madrid en una delantera excepcional. Es cierto, los rivales llegan con extrema facilidad al área blanca. No hay contención en la línea de centro. En Liga, Cristiano rompe la estadística , en Champions se comenzó con cinco rotundos goles, pero desde agosto se han encajado demasiados. Alguien tiene que llevar la labor de contención, y algunos delanteros, por ejemplo, Bale, sacrificarse un poco más por el equipo. Claro que es menos brillante destruir que crear, pero sin esa doble acción, un equipo queda desequilibrado.

Al Madrid le falta presionar más arriba y romper las combinaciones del rival en el medio campo, sino la defensa está vendida. Es posible que la capacidad goleadora del Madrid vaya a más, pero, de seguir así, será directamente proporcional a la de recibir tantos en contra. De ahí el doble dilema. De ahí, la oportunidad de ensayar en partidos como éste, posibles soluciones, se llamen Illarra u otras. Porque lo cierto es que, a partir de la salida del donostiarra frente al otrora «submarino amarillo», minuto 73, las acometidas del contrario se diluyeron en donde debían: en el centro.