Higuaín desea quitarse la espina de la Champions

La relación entre Higuaín y la Liga de Campeones es un continuo desamor. No hay química entre él y ella, tan veterana como orgullosa. Ha anotado únicamente siete goles en cuarenta y cuatro encuentros disputados. No consiguió ni un tanto en el trienio 2006-2009. En la edición 2009-10 logró estrenarse con dos dianas. Otras dos consiguió en la temporada 2010-11, ya con Mourinho al mando. En la Copa de Europa 2011-12 firmó tres dianas, su máxima cifra de aciertos en una campaña. En la presente Champions ha disfrutado de cinco partidos y no ha roto la puerta. El mal fario continental le persigue.

Hay un dato futbolístico. A Gonzalo le gusta el fútbol de pase largo y contragolpe, para aprovechar su zancada y su disparo al primer toque, sin parar el balón, y en la Copa de Europa no puede expresar esa rotundidad porque la mayoría de los equipos juegan a la defensiva, encerrados, sin dejar espacios.

Su desacierto en una eliminatoria frente al Olympique de Lyon en el Bernabéu marcó su oposición a este torneo. Los franceses eliminaron dos veces al Madrid. El argentino fue culpabilizado injustamente por ello. Ahora, Mourinho desea que el hijo del «Pipa» elimine ese gafe interior. La eliminatoria frente al Galatasaray debe ser su punto de inflexión. Marcar goles importantes puede recuperar la capacidad rematadora de Higuaín en un momento malo de su carrera. Y abrir esa espita de la Champions en busca de la Décima.