crítica de danza
El rito de desaparecer
Yinka Esi Graves presenta en el teatro Central su primera producción en solitario, 'The Disappearing Act'
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![Yinka Esi Graves en un momento de la obra en el teatro Central de Sevilla](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/queplan/2024/03/02/yinka-easy-central-RgguXeyebPNzx6aFWAmPKKP-1200x840@diario_abc.jpg)
Crítica de Danza
'The Disappearing Act'
- Concepto y dirección: Yinka Esi Graves
- Coreografía y baile: Yinka Esi Graves
- Dirección musical y guitarra: Raúl Cantizano
- Batería: Remi Graves
- Cante: Rosa Algeciras
- Diseño de iluminación: Carmen Mori
- Teatro Central Día: 2 de marzo de 2024.
Yinka Esi Graves tenía todos los componentes para no ser bailaora de flamenco. De padre jamaicano y madre de Ghana, nacida en Inglaterra y negra. Pero no se arredró y siguió su instinto y sobre todo su corazón. Se vino a España a estudiar ... flamenco y a reivindicar, de paso, sus raíces africanas, que en Sevilla encontró rápido, sólo hay que mirar las dos 'mulatas' que pintara Velázquez, una muestra de la población africana que habitaba en Sevilla allá por el siglo XVI.
Para explicar ese deseo de bucear en la descencia africana y sobre todo su invisibilidad, ha creado esta obra titulada 'The Disappearing Act', que tuvo una gestación, nunca mejor dicho, bastante curiosa. Se tenía que haber hecho en la Bienal de Flamenco del 2022, pero la bailaora había dado a luz a su primer hijo hacía pocos meses, y convirtió lo que iba a ser un estreno escénico, en una conferencia sobre su investigacion para este espectáculo. Lo hizo en la misma sala del teatro Central que ha bailado hoy.
'The Disappearing Act' está inspirado por una obra que cayó en manos de la coreógrafa, ' In the Wake: On Blackness and Being', de Christina Sharpe en la que la autora se interroga sobre las representaciones literarias, visuales, cinematográficas y cotidianas de la vida negra y presenta una forma de revisar históricamente la esclavitud. Pero Yinka Esi Graves quería hacerlo en tono flamenco, es decir, con un lenguaje en la que, alejada de los estereotipos, pudieran encontrarse las diferentes culturas que ella atesora, las propias y las elegidas.
En la obra hay tres partes, en las que propone un experimento en el que el camuflaje y la cripsis (el fenómeno de adaptación de los seres vivos), son los principales modos de desaparición, y explora las implicaciones de resistirse constantemente a la negación. Todo ello con su baile flamenco, música en directo, primero percutiva y luego de raíz flamenca, un texto sobre 'el acto de desaparecer' que dice en francés y un vídeo en directo que desde un móvil sujeto en el micrófono de pie, va proyectando algunos momentos del desarrollo de la pieza en la pantalla del fondo del escenario. Todo ello conforma un interesantísimo trabajo experimental, que en ocasiones se desenvuelve entre la danza y la performance.
La obra además, tiene además una inspiración plástica en la figura mulata que aparece en el único cuadro de Degas que retrata el mundo del circo: ''Miss La La en el Circo Fernando', «bienvenidos al mundo Lala, La Lala», dice Yinka Esi Graves en su primera intervención.
Para este viaje Yinka Esi Graves ha escogido a unos magníficos compañeros, como el director musical y guitarrista, Raúl Cantizano, que en la primera parte hace una fabulosa intervención utilizando la guitarra, situada en plano sobre un soporte a modo de címbalo, y tocando las cuerdas con un par de mazos. La partitura resultante es absolutamente fascinante.
Y llega el flamenco. Primero baila Yinka cantes de trilla con la estupenda voz de Rosa Algeciras, que canta hacia arriba con sonidos de mariana. Luego fandangos y finalmente una caña espectacular que cierra la obra y en donde la bailaora mete los pies a placer.
La percusión tiene papel destacado con la presencia de Remi Graves, hermano de la bailaora, que es quien inicia la pieza con fuertes sonidos, y quien la acompaña a lo largo del recorrido adaptándose a los diferentes ritmos y estéticas con agilidad.
La obra es personalísima, buscando su propia identidad y generando una coreografía que tiene gestos contemporáneos y estética flamenca en el zapateado, en las vueltas quebradas y en el braceo. Una obra íntima, reflexiva, de búsqueda y encuentro en la que Yinka Esi Graves consigue desarrollar un lenguaje propio para continuar si quiere por ese camino o quizás, nunca se sabe, explorar nuevos horizontes. Capacidad, iniciativa, curiosidad y cualidades tiene. Una obra que tendrá largo recorrido y no desaparecerá, pese a su título.
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