crítica de danza
El grito de las mujeres
Estreno nacional en el teatro Central de la obra de Jan Martens, 'Voice noise'
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Crítica de Danza
'Voice noise'
- Coreografía: Jan Martens
- Co-creación y representación: Elisha Mercelina, Steven Michel, Courtney May Robertson, Mamadou Wagué, Loeka Willems, Sue-Yeon Youn y/o Pierre Adrien Touret, Zora Westbroek
- Música: 13 canciones creadas/ interpretadas por mujeres disponible en www.grip.house
- Diseño de luces: Jan Fedinger
- Diseño de vestuario: Sofie Durnez
- Teatro Central. Estreno en España
- Día: 3 de mayo de 2024
El escenario está en penumbra. Los hombros abiertos y se ven todas las luces que cuelgan de las varas del peine. Los bailarines rodean un enorme cuadrado central que está sobre elevado y es ahí donde pensamos que va a transcurrir la acción cuando los seis intérpretes colocan seis micrófonos delante emitiendo ruiditos extraños que van in crescendo...,y comienza la acción de 'Voice noise' de Jan Martens.
El espectáculo está inspirado en el ensayo 'El género del sonido', de Anne Carson que escribe sobre cómo la voz de mujer, con sus sonidos agudos, fuertes gritos, o conversaciones sin sentido, ha sido considerada prescindible durante largo tiempo. «Las mujeres han sido acusadas de tener una voz demasiado estridente, desde la antigua Grecia hasta las políticas modernas como Margaret Thatcher, sin importar todo el entrenamiento vocal que hayan adquirido», escribe.
Por eso en esta obra titulada 'Voice noise', el coreógrafo belga Jan Martens quiere resaltar las voces femeninas poco conocidas, cantantes casi silenciadas a las que no se las consideraba, gracias a la cultura patriarcal, artistas a ser tenidas en cuenta.
En la obra, Martens ha elegido trece voces femeninas, voces muy diferentes, desde Ruby Elzy, que fue la primera 'Serena' de Porgy and Bess de Gershwin en 1935, a la música experimental de Cheri Knight; voces como la noruega Maja S.K. Ratkje que emite sonidos con su propia voz, al coro Coro Delle Mondine di Porporana cantando el 'Bella ciao', o la canadiense Tanya Tagaq, experta en canto gutural..., y así trece mujeres que conforman una banda sonora a la que se unen también los seis intérpretes, con sus gritos desaforados inspirados en el 'ololyga' que era un grito de purificación y liberación de prácticas rituales.
La habilidad de Martens es haber creado una obra donde a pesar de tener una banda sonora con canciones y voces tan diferentes, sólo con el nexo común de la voz femenina, el resultado es coherente y armonioso.
El espectáculo es una sucesión de coreografías individuales. Los intérpretes, diversos tanto en edad como en estética corporal, funcionan con una coreografía propia aunque estén bailando en grupos, pero no se tocan, no interactuan entre ellos, tan sólo una vez hay un baile coral, el resto del tiempo cada persona tiene un mundo independiente que uniéndose al resto, forma el mundo global de la pieza.
Por todo ello, la riqueza coreográfica es intensísima, porque al mismo tiempo estamos viendo seis coreografías diferentes, en las que además hay una intérpretación que exige fortaleza incluso de voz, al tener que hacer numerosos gritos, gestos, sonidos guturales que intensifican el dramatismo de la obra. Están juntos, pero sólos, hay una soledad colectiva que estremece.
Martens, fiel por su amor la geometría, dibuja en ese cuadrado central una coreografía llena de giros, cambios, variaciones, brazos que dibujan constantemente líneas sobre el aire, es un lenguaje coreográfico casi inclasificable, personal, intransferible.
'Voice noise' es una obra íntima, a veces hay que adivinar los cuerpos en medio de una oscuridad que nos va atrapando en medio de los gritos de las mujeres, por y para ser oídas. Hay varias escenas en angustioso silencio, bien situado en el desarrollo de la obra entre las voces femeninas de la banda sonora.
Los seis intérpretes son intensos, técnicamente magníficos e interpretativamente muy potentes. Cada uno tiene una personalidad definida, y sin embargo están estrechamente unidos por la coreografía que hace que el espectáculo tenga coherencia.
Muy potente esta creación de Jan Martens donde utiliza las voces femeninas para destacar la rebeldía y la necesidad de escuchar a la mujer, y hábil al usar el cuerpo y el movimiento como instrumento visual de hacerse presente en un mundo a veces espantosamente sordo.
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