critica de danza
Bailar sin reloj, sólo con tiempo
La compañía Ertza estrena en Sevilla su proyecto con bailarines de Mozambique titulado 'Otempodiz'
El tiempo que sólo se vive intensamente

Crítica de Danza
'Otempodiz'
- Autoría, dirección: Asier Zabaleta
- Día: 28 de octubre de 2023
Dice el bailarín y coreógrafo Asier Zabaleta que al llegar a una zona de costa de Mozambique leyó un letrero que decía: «ustedes tienen el reloj, nosotros el tiempo». Esto y mucho más se relata en los prolegómenos del espectáculo realizado a modo de ... documental realizado por Marian Gerrikabeitia que relata esta experiencia en un país que nos presenta con varios mensajes, como que la edad media de vida es de 58 años o el salario mínimo mensual, 66 euros.
El escritor Henning Mankell pasaba la mitad del año en Maputo, capital de Mozambique, donde financiaba y programaba el teatro nacional. Hace tiempo que la danza contemporánea mira hacia otros continentes, entre ellos mira y con mucha atención a Africa, más que por renovación, por inspiración. Asier Zabaleta iba en principio para un proyecto de una semana que se alargó hasta hoy y que al final cambió la vida de los bailarines mozambiqueños Deissane Machava y Fenias Nhumaio. Aunque a ambos les gustaba bailar desde siempre, confiesan que la vida se la ganaban haciendo un montón de trabajos, desde pintar a instalar antenas. Pero la danza nunca había entrado en su relato de vida, ni de futuro. Todo eso lo relatan en el documental que precedió al espectáculo de danza, y que nos dió las claves de lo difícil que es para la otra Humanidad poder bailar.
Asier Zabaleta ha trabajado con los dos bailarines desde el material que tenían a modo de improvisación. Después ha creado 'Otempodiz' desde su visión contemporánea, pero dejando que ambos bailarines compongan su propio relato. En este intercambio de estéticas el resultado es de una intensidad física y de energía formidable, porque los cuerpos de ambos intérpretes están hechos para este tipo de danza con saltos, movimientos giratorios en el que solo usan los brazos para equilibrar el cuerpo, y otras complicadas acrobacias. Hay en este dúo, humor, poesía, danza urbana, contemporánea y todo ello hilado sin que nada chirríe, no desde la maldita palabra fusión, sino desde la sintonía lo que al final convierte la coreografía en una fiesta.
La danza cambia vidas, y al menos las de Deissane Machava y Fenias Nhumaio ha dado un giro de 360 grados, con ya casi cien representaciones a sus espaldas por varios países del mundo, su universo de Maputo ha perdido las fronteras. Esperaré atenta el próximo proyecto de Asier Zabaleta, quien harto de no saber porqué bailaba, ha encontrado en otros lugares la frescura que necesita la inspiración, y espero que haya dejado en el reloj en casa.
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