Ruta del azahar en Sevilla: recorrido por los lugares que mejor huelen en la ciudad
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Llegada de la primavera a Sevilla con el azahar de los naranjos
En el esplendor primaveral de Sevilla, una experiencia que se repite cada año aguarda a los amantes de la naturaleza y la cultura, invitando así a los visitantes a sumergirse en una fragancia embriagadora y los paisajes pintorescos que caracterizan a esta ciudad. El azahar, derivado de la flor del naranjo amargo, es un símbolo emblemático de la primavera en Andalucía. Este delicado pétalo despliega su aroma dulce y embriagador durante los meses de marzo y abril, cubriendo las calles del centro con su perfume inconfundible. Los naranjos se visten de blanco con la llegada de las flores de azahar y es entonces cuando el aire, creando un ambiente que año tras año invita a disfrutar de la capital.
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La Puerta del Perdón de la Catedral de Sevilla en la calle Alemanes
Calle Alemanes
La primera parada de esta cautivadora ruta es a uno de los lugares más reconocidos y queridos por sevillanos y visitantes por igual: la transitada calle Alemanes. Situada en el corazón del casco antiguo de Sevilla, esta es un verdadero tesoro cultural y arquitectónico que invita a sumergirse en la esencia de la ciudad. Es encuentra estratégicamente ubicada entre la majestuosa Catedral de Sevilla, uno de los mayores templos góticos del mundo, haciendo que este enclave histórico la convierte en el punto de partida ideal para aquellos que desean explorar la belleza y la historia que ofrece la ciudad.
Pero lo más notable de la calle Alemanes durante la primavera es el aroma embriagador del azahar que impregna el aire. Los naranjos en flor, que bordean esta calle histórica, llenan el ambiente con su fragancia dulce y fresca, creando un entorno verdaderamente mágico que invita a los visitantes a sumergirse en la belleza de la temporada.
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Cruz de la Plaza de Santa Marta
Plaza de Santa Marta
A tan solo unos metros desde la primera localización, se encuentra uno de los rincones más encantadores de Sevilla, la plaza de Santa Marta. Este lugar impregnado de historia y encanto, ofrece a los visitantes una pausa tranquila y es que a pesar de estar ubicada en el corazón de Sevilla, es un remanso de paz en medio del bullicio de la ciudad. Para llegar a la plaza desde la calle Alemanes, los visitantes deben seguir un escondido callejón que se encuentra tras la estatua de San Juan Pablo II y el comienzo de la calle Mateos Gago.
Rodeada de pintorescos edificios de arquitectura andaluza, este enclave histórico respira el encanto de tiempos pasados y ofrece un escape perfecto para aquellos que desean sumergirse en la esencia de Sevilla. La historia de la plaza de Santa Marta se remonta al siglo XIV, cuando en este lugar se erigía el Hospital de Santa Marta, fundado en 1385, hoy en día, el antiguo hospital ha sido transformado en el Convento de la Encarnación. Los naranjos en flor y los bancos de piedra invitan a los transeúntes a detenerse y disfrutar de un momento de tranquilidad
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Calle Mateos Gago con la Giralda de fondo, llena de turistas extranjeros.
Calle Mateos Gago
Tras el disfrute sereno en la plaza de Santa Marta, y recorriendo de vuelta los pasos ya dados, la siguiente parada es la calle Mateos Gago. Esta vía histórica, engalanada por naranjos en flor y flanqueada por una gran variedad de bares, esta calle se convierte en el enclave perfecto para disfrutar de una tapa tradicional, pero también sirve como umbral hacia uno de los barrios más conocidos de la ciudad, el icónico Barrio de Santa Cruz.
La calle Mateos Gago, más allá de ser una simple entrada al animado barrio, ofrece a sus visitantes una experiencia multisensorial. Los perfumados naranjos que adornan sus márgenes impregnan el aire con el dulce aroma del azahar, creando una atmósfera envolvente que invita a pasear y deleitarse con el entorno. Además, desde esta arteria se pueden contemplar vistas imponentes de la majestuosa Giralda.
Además, esta calle emblemática alberga una serie de edificios de interés arquitectónico, añadiendo un toque de historia y belleza al paseo. Entre ellos se encuentran la Casa de las Conchas, obra de Aníbal González; los Baños de García Jofre, actualmente ocupados por el bar Giralda; la Iglesia de Santa Cruz, erigida en el solar de un antiguo corral de comedias; el Museo Bellver, situado en la confluencia con la calle Fabiola; y la Casa Salinas, destacada casa palacio del siglo XVI.
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Patio de Banderas, situado dentro de las murallas del Alcázar
Patio de Banderas
El patio de Banderas, una plaza pública ubicada en el pintoresco Barrio de Santa Cruz. Este tranquilo oasis se encuentra enclavado dentro de las majestuosas murallas del Alcázar de Sevilla, añadiendo una dosis extra de encanto histórico a su belleza natural.
Los naranjos que adornan el patio de Banderas fueron plantados en la plaza a mediados del siglo XIX, dotando al lugar de un entorno fresco y perfumado durante la primavera, cuando florece el azahar. En 1928, se erigió una fuente central, una obra maestra del artista José Díaz, que añade un toque de serenidad y elegancia al entorno.
Históricamente, esta plaza sirvió como punto de encuentro para aquellos que llegaban a caballo, razón por la cual siempre tuvo un suelo de tierra. Sin embargo, a principios del siglo XX se realizaron mejoras que transformaron la plaza en el escenario encantador que es hoy en día, se añadieron aceras de adoquines en los laterales y el centro se pavimentó con suelo de albero.
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Plaza de Doña Elvira
Situada en el famoso Barrio de Santa Cruz de Sevilla, esta plaza de Doña Elvira impregnada de historia y leyenda, es un punto de referencia emblemático que ha sido testigo de los cambios y transformaciones de la ciudad a lo largo de los siglos.
La plaza Doña Elvira surgió durante la reurbanización del barrio entre 1911 y 1918, bajo la dirección del arquitecto municipal Juan Talavera y Heredia. Sin embargo, su historia se remonta mucho más atrás en el tiempo. En el siglo XVII, este mismo lugar albergaba un afamado corral de comedias, un lugar de encuentro para los amantes del teatro de la época. Además, según la leyenda popular, aquí se encontraba la casa de Don Gonzalo de Ulloa, padre de Doña Elvira, personaje inmortalizado en la obra «Don Juan Tenorio» de Zorrilla, de quien la plaza recibe su nombre.
Aunque de dimensiones modestas y de planta cuadrada, la plaza Doña Elvira rebosa encanto y autenticidad. Sus edificios, de marcado sabor sevillano, enmarcan la plaza con su arquitectura característica, creando un hábitat pintoresco y acogedor, donde la historia se entrelaza con la vida cotidiana y el aroma del azahar impregna el ambiente.
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Veladores de la Plazuela de Santa Ana
Plazuela de Santa Ana
Cruzando el Guadalquivir hacia las localizaciones en Triana, se encuentra la sexta parada, la emblemática plazuela de Santa Ana. Se encuentra entre las calles Pelay Correa y Rodrigo de Triana. Este enclave es el hogar de la popularmente conocida como Catedral de Triana, cuya principal fachada se erige majestuosa en esta plaza, siendo la primera manifestación de la arquitectura gótica hispalense, mientras que esta plazuela tan conocida es considerada la plaza mayor del barrio.
Pero la belleza de la plazuela no se limita a su arquitectura imponente y a su importancia cultural; también está impregnada de diferentes olores, desde el de las típicas tapas de los bares que en ella se encuentran, hasta el aroma de la primavera, que además se ve intensificado por sus pequeñas dimensiones y la gran cantidad de arboles que pose. Esta combinación de historia, arquitectura y aroma del azahar convierte a la Plazuela de Santa Ana en un destino imprescindible.
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La calle San Jacinto es una de las vías principales del barrio de Triana
Calle San Jacinto
Dentro de los rincones más perfumados de Sevilla, la calle San Jacinto en el histórico barrio de Triana emerge como una experiencia sensorial única. Esta vía, enclavada en el corazón del distrito homónimo, no solo es una arteria urbana, sino un verdadero viaje a través de los aromas y tradiciones sevillanas.
Con una extensión de 650 metros, la calle San Jacinto se despliega majestuosamente desde la emblemática plaza del Altozano, al finalizar el puente de Triana, hasta la plaza de San Martín de Porres, donde convergen varias importantes arterias urbanas de la zona. Esta vía de dirección es mucho más que un simple corredor; es el alma pulsante de Triana, impregnada de historia, cultura y, por supuesto, aromas irresistibles.
El aroma del azahar se entrelaza con los sabores de la tradición culinaria sevillana en cada esquina de la calle San Jacinto, esa misma tradición que queda reflejada en estas viviendas, de estilo andaluz, con fachadas encaladas y adornos de azulejos, reflejan la arquitectura típica de la región y se funden armoniosamente con el entorno.
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Naranjas en el suelo en el entorno San Gonzalo
Plaza de San Gonzalo
Lo que hace que la plaza de San Gonzalo sea especialmente notable es que no es la única en la zona que está decorada con naranjos; de hecho, todas las calles colindantes están bordeadas por estos árboles de cítricos, creando una atmósfera única que envuelve a todo el vecindario en un dulce aroma durante los meses de marzo y abril. Los naranjos, con sus flores blancas y fragantes, son una parte integral del paisaje urbano de Sevilla.
Los naranjos, con sus flores blancas y fragantes, son una parte integral del paisaje urbano de Sevilla. En la plaza de San Gonzalo, su presencia es aún más prominente, ya que los árboles enmarcan el espacio público y proporcionan un telón de fondo natural. Invitando a los transeúntes a detenerse y disfrutar de la belleza efímera de la primavera en Sevilla. Ya sea paseando tranquilamente o sentándose en un banco bajo la sombra de un naranjo, esta plaza ofrece un respiro tranquilo y revitalizante en medio del bullicio de la ciudad.
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Flor de azahar
Calle Canalejas
Habrá que cruzar de nuevo el Guadalquivir para continuar explorando los encantos cítricos de la región, y descubrir nuevos rincones perfumados que esperan al otro lado. La travesía continúa ahora hacia la calle Canalejas, una vía en el corazón de Sevilla, donde los aromas del azahar llenan el aire y embriagan los sentidos.
Aunque quizás menos concurrida que otras calles del centro, esta es la entradas al centro desde la zona de plaza de Armas que mejor huele de la ciudad, gracias a su ambiente distendido y sus aromas embriagadores la convierten en el lugar perfecto para disfrutar de la belleza natural que ofrece Sevilla en primavera.
A pesar de parecer una calle poco destacable, la realidad es que es un tesoro oculto que no se puede pasar por alto si se busca experimentar el aroma del azahar en su máximo esplendor. Esta vía está salpicada de numerosos naranjos, cuyas flores blancas tiñen los cielos y también los suelos.
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Naranjos de la Plaza de la Concordia
Plaza de la Concordia y Plaza de la Gavidia
Estos dos enclaves, unidos por su cercanía y similitud estructural, se erigen como un punto de encuentro vibrante y pintoresco en el corazón de la ciudad. La plaza de la Concordia y la plaza de Gavidia, a pesar de su origen independiente, se fusionan en un solo espacio que invita a los visitantes a explorar y disfrutar de su belleza singular. Con su diseño similar y su proximidad geográfica, estas plazas ofrecen una experiencia unificada que refleja la diversidad y el espíritu acogedor de Sevilla.
Sin embargo, a día de hoy, estas localizaciones se encuentran en obras, ya que se está construyendo un hotel en la zona. A pesar de esto, el encanto y el aroma del azahar continúan presentes en el entorno, convirtiendo estos dos enclaves en una parada obligada durante estos meses de marzo y abril. Aunque las obras pueden requerir rodear la plaza, el aroma del azahar sigue, recordándonos la belleza efímera y la renovación constante de la primavera
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Fachada del Museo de Bellas artes y plaza del Museo
Plaza del Museo
La emblemática plaza del Museo, es un espacio público abierto en 1846 y situado en el centro histórico de la ciudad de Sevilla, recibe su nombre por el Museo de Bellas Artes, una joya cultural que enriquece el patrimonio de la ciudad. La historia de la plaza del Museo se remonta al siglo XIII, cuando el solar que ocupa actualmente formaba parte del antiguo convento de la Merced. Tras la desamortización del convento en 1838, se instaló en sus terrenos el Museo Provincial de Pintura, dando inicio a una nueva etapa en la vida de este espacio histórico.
Hoy en día, la plaza del Museo es un punto verde en el corazón de Sevilla. Destaca por la presencia de dos grandes Ficus, en la zona más próxima a la calle Alfonso XII, así como por un solitario magnolio en el extremo opuesto. La vegetación se complementa con jacarandas, palmeras y lo más llamativo para el olfato, los naranjos, creando un entorno sereno que invita al descanso y la contemplación.
Además de su exuberante vegetación, la plaza del Museo es un lugar donde se respira historia y cultura. El Museo de Bellas Artes, que preside la plaza, alberga una colección impresionante de obras maestras de la pintura española. Un lugar donde la historia se entrelaza con la naturaleza y el arte invita a perderse entre sus árboles centenarios y a sumergirse en la belleza y la riqueza cultural que ofrece esta ciudad milenaria.
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Calle del centro de Sevilla
Calle Virgen de los Buenos Libros
La pintoresca calle Virgen de los Buenos Libros, una vía que se encuentra cerca de la plaza del Duque de la Victoria y que es conocida por su ambiente residencial y acogedor. A pesar de su tamaño modesto, esta calle encierra una atmósfera encantadora que no pasa desapercibida, aunque pequeña en longitud, se destaca por su singularidad, ya que su extensión apenas ocupa lo mismo que la fachada del Colegio Sagrado Corazón, pero no por ello carece de encanto, más bien al contrario. Convirtiéndola en una parada obligatoria para aquellos que desean explorar los rincones más auténticos y acogedores de Sevilla.
La zona residencial que rodea la calle es famosa por su abundancia de naranjos. Las aceras están bordeadas por estos árboles cítricos, creando un hábitat único y embriagador que impregna el aire con el dulce aroma del azahar durante la temporada de primavera. Es una concentración de fragancia que deleita los sentidos.
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Plaza repleta de naranjos
Plaza de Doña Teresa Enriquez
Entre las calles San Vicente y Miguel Cid, se abre paso la plaza de Doña Teresa Enríquez. Este ensanche del entramado urbano rinde homenaje a una figura femenina que ha dejado su huella en la historia, aunque su nombre no sea tan conocido como el de otros personajes ilustres de la ciudad. Teresa Enríquez, nacida en Valladolid en 1450, era prima hermana de Fernando El Católico y tía de importantes figuras religiosas como San Francisco de Borja y San Juan de Ribera. Aunque su nombre no resuene tanto en los anales históricos, este lugar lleva su nombre en honor a su legado.
A diferencia de otras plazas más concurridas y turísticas de Sevilla, la Plaza de Doña Teresa Enríquez conserva un encanto especial y una tranquilidad que invita al paseo y a la contemplación. Está dominada por la imponente fachada malva de la iglesia de San Vicente. Por otro lado, las hileras de naranjos que flanquean el monumento central de la plaza añaden un toque de frescura y fragancia cítrica al ambiente.
En el centro de la plaza, se encuentra la reproducción de una cruz monumental de mármol, conocida como la Cruz de San Vicente, que hace referencia al antiguo cementerio parroquial de la zona. Siendo el enclave perfecto que merece ser descubierto por aquellos que desean sumergirse en la auténtica esencia de Sevilla.
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El azahar casi florece en sevilla
Plaza de San Martín
La plaza de San Martín se erige como un testigo silencioso del pasado tumultuoso de la ciudad. Formada por la confluencia de las calles Lerena, Morgado, Cervantes, Quevedo, Viriato y Saavedras, esta plaza lleva el nombre de la iglesia que preside su frente norte. Este espacio, que en época romana marcaba el extremo noroeste de la ciudad. Es un lugar donde la historia se entrelaza con el presente, recordando los tiempos pasados a través de sus estructuras y sobre todo por el olor tan característico de Sevillaa.
Entre los edificios que rodean esta pequeña plaza destaca la parroquia del mismo nombre, cuya presencia domina el paisaje urbano. Además, se alza una casa de dos plantas de estilo dieciochesco en la parte este de la plaza, añadiendo un toque de elegancia y encanto histórico al entorno. La Iglesia de San Martín de Sevilla, ubicada en esta lugar, es uno de los templos más antiguos de la ciudad y alberga la sede de la Hermandad de la Lanzada.
Sin duda alguna Sevilla ofrece un viaje sensorial único a través de sus calles y plazas perfumadas de azahar, donde el aroma de esta flor emblemática llena el aire y encanta a todos los que tienen el privilegio de pasear por sus encantadoras enclaves. Convirtiéndose esto en la excusa perfecta para recorrer la ciudad y Triana, mientras se disfruta de la fragancia.
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