Crónica
Manuel Carrasco oposita a la eternidad desde su Sevilla
La lluvia no impidió que el cantautor onubense brindara un épico concierto que hizo vibrar a más de 70.000 personas en Sevilla
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Manuel Carrasco lo ha vuelto a hacer. Ni los truenos, ni los relámpagos, ni la lluvia que arreció en la previa y durante la primera media hora de concierto fueron óbice para que el artista onubense escribiese en la noche del viernes 2 de junio una nueva página en la historia de la ciudad de Sevilla y de la música en nuestro país.
Y la rubricó con letras bañadas con el mejor oro. Si hace justo 12 meses registró en el mismo recinto, el Estadio de la Cartuja, la mayor cifra de espectadores que un artista ha reunido en un concierto en España (74.000), este año ha doblado la apuesta y va a reunir a más de 140.000 entre su brillantísima cita de anoche y el que brindará este sábado a partir de las 22.00 horas.
Pero más allá de los récords cuantitativos, el verdadero logro que desde ya y para la eternidad forma parte de la memoria colectiva musical es la sentimental (y casi irracional) relación establecida entre el cantautor y la capital hispalense. Pura pasión, puro frenesí emocional que se sobrepone a olas de calor, tormentas inesperadas y lo que se ponga por delante.
Que el concierto de anoche era más que especial era una obviedad desde mucho antes de que se desmayaran las luces de las gradas a eso de las diez y veinte y quedara establecida oficialmente la histeria colectiva en la Cartuja. Se respiraba en el ambiente en los días previos y en los aledaños durante todo el día.
En lo estrictamente musical, Manuel Carrasco facturó un épico concierto, el mejor concierto de su vida, según él mismo reconoció en el epílogo del concierto, el primero de su nueva gira, 'superando los contratiempos que el temporal ofrecía a base de talento y profesionalidad. Arrancó con 'Corazón y flecha', el tema que da nombre a su último disco y al tour, que interpretó con un efectista lanzamiento de una flecha al infinito, al modo del arquero que alcanzó el pebetero olímpico en el 92, acompañado, además, por fuegos artificiales. Apoteosis inicial.
De un plumazo el artista había conseguido que todo el mundo olvidase el aguacero el estadio y que se seguía alimentando desde el cielo. Le siguieron 'Tambores de guerra' (no exenta de importantes problemas de sonido) y el himno 'Vivamos el momento', coreado como si no hubiese un mañana.
En el repertorio no faltaron 'Uno x uno', 'Eres', 'Qué bonito es querer' y 'Mujer valiente' (dedicada a la joven Elena Huelva, fallecida de cáncer el pasado 3 de enero). Las cuatro acogidas con entusiasmo en grado sumo, no le fueron a la zaga un sinfín de éxitos del cantante que en ningún momento quitó el pie del acelerador. Y por supuesto 'Hay amores que duran toda la vida', el tema dedicado a Sevilla que compuso el año pasado y estrenó en el mismo escenario de anoche en el concierto que supuso el apoteósico cierre de su gira «Hay que vivir el momento». El andaluz no dejó de regalar piropos a la ciudad durante todo el concierto.
Letras dedicadas a Sevilla
Especial mención merece en este sentido su tanda de sevillanas con letras de El Pali, Los Marismeños y Manuel Pareja Obregón, para rematar con una propia estrenada en 2019. Con las cuatro puso a bailar al público, a los que propuso conseguir el récord de personas bailando sevillanas. No fueron las únicas letras ajenas que interpretó el de Isla Cristina. Versionó con sumo gusto la deliciosa 'Agua' (Jarabe de Palo) y 'Volando voy' (Kiko Veneno).
Mientras observaba atónito todo lo que estaba teniendo lugar en el mastodóntico recinto de la Cartuja, repleto hasta la bandera, pensé que lo que han creado Manuel Carrasco y Sevilla, Sevilla y Manuel Carrasco, tanto monta, nada tiene que envidiar a otros idilios especiales de la misma índole, quiero decir entre un artista y una ciudad en la que no ha nacido, que han trufado cada cierto tiempo la historia de la música. Frank Sinatra y Nueva York, Freddie Mercury y Londres, y otros más cercanos como el de Alejandro Sanz y Madrid, son algunos ejemplos de lo mencionado. Una exquisita y exclusiva lista de la que los protagonistas de anoche forman parte por méritos propios. El estoicismo con que público y artista afrontaron las inclemencias climatológicas es una muestra irrefutable de ello.
No obstante, ha sido un largo camino para llegar hasta aquí, aunque siempre en línea recta. Como el propio cantautor reconocía en los días previos, su romance con Sevilla no fue un flechazo, ya que tardó casi diez años en tocar en la capital hispalense. Fue en 2012, en el Teatro Lope de Vega, donde reunió a 700 personas. Anoche metió en el Estadio de la Cartuja a más de 70.000 personas enamoradas de un artista con el que sienten una conexión que trasciende de lo meramente musical para alcanzar las profundidades más íntimas del alma. Esta noche, una nueva página se escribirá en La Cartuja.
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