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crítica de música

Camarena, cantar con el corazón

El tenor mexicano ha regresado al Teatro de la Maestranza con un recital acompañado del pianista Ángel Rodríguez

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El tenor Javier Camarena ha vuelto a triunfar en el Maestranza ABC

Carlos Tarín

Sevilla

Recital lírico de Javier Camarena

  • Programa: Selección de canciones de Tosti.
  • Intérpretes: Javier Camarena (tenor) y Ángel Rodríguez (piano).
  • Lugar: Teatro de la Maestranza.
  • Fecha: 04/02/2024.

Volvía el tenor mexicano a Sevilla con un programa que buscaba la originalidad a la vez que rendía homenaje a un compositor por el que Camarena siempre ha sido admiración y nunca ha dejado de sentir la emoción al escucharlo: Francesco Paolo Tosti. Quiso poner de relieve que esa pasión la compartía con la mayor parte de los tenores que en el mundo del canto han sido, con especial énfasis en la figura providencial de Caruso; sin embargo, él mismo reconocía que no es habitual dedicarle un programa íntegramente a su figura. La música de Tosti forma parte de los programas habituales de tenores, tanto en los abanicos más amplios, como los que se puedan dedicar a la canción napolitana; a lo sumo, se puede incluir en un programa de arias y desde luego en las propinas: ¿por qué?

La carrera de Tosti transitó desde su Ortona natal, humilde municipio de los Abruzzos, hasta ser profesor de la realeza británica, a la vez que erigirse en el mayor compositor de canciones de toda Inglaterra, con más de 500: el disco del propio Camarena dedicado íntegramente a su figura consta de 21 de estas canciones; un disco normal está en torno a las 13 ó 14 como mucho. ¿Cuántas discos salen con 500? Y cada a nueva entrega subía su precio, hasta alcanzar sumas inimaginables para la época. Esto nos obliga a pensar, sin siquiera oír las canciones, en un sistema depurado de composición, sobre una base abierta pero similar, que le garantizara el éxito. Particularmente siempre nos ha llamado la atención el recurso más evidente, que es el cambio más o menos continuado de mayor a menor o viceversa, tanto en acordes como en tonalidad; dicho para entendernos, esos cambios triste-alegre o viceversa que provocan oposiciones tremendas e inmediatas, por pura yuxtaposición, en sus composiciones. Estas se hubiesen evidenciado más de haber podido contar con sobretítulos para seguir los textos. Parte de este éxito no sólo provenía de ese olfato natural napolitano por la melodía emotiva, sino también por manejar un ámbito vocal reducido, de forma que fuese posible cantarlo sin necesidad de requerir notas muy agudas o graves, ni movimientos cromáticos que desestabilizasen la afinación, ni saltos interválicos arriesgados (casi todo son grados conjuntos) o acompañamientos pianísticos que excedieran la formación musical de los compradores de estas partituras… y la limitación para cantantes profesionales que quisieran ofrecer a los espectadores más de lo que estos podrían cantar y tocar.

Lo decíamos hace poco del magnífico recital de Vivica Genaux: se equivocó en la forma de empezar. Camarena optó por una entrada a media voz sin haber calentado lo suficiente (el camerino no es igual que el recital) y ya comenzó a evidenciar su carencia en pasajes de poco volumen y en la zona media-baja. Tal vez lo hizo por comenzar con el conjunto de 'Quattro canzoni d'Amaranta', sobre textos de su amigo Gabriele D'Annunzio, en la que fue su última colaboración con él después de 15 años. Por cierto, como todo grupo de canciones, se suele aplaudir al final, y así ocurrió con la primera canción, que terminaba casi tan suavemente como había comenzado; pero la segunda, 'L'alba separa dalla luce l'ombra', se sustentaba en un 'crescendo' notable que hacía temer que terminaría en aplauso, y terminó; y de ahí no paró ya hasta el final del recital (tampoco se hizo silencio en las tres 'Mélodies' que abrían la segunda parte).

'Malìa' concentra toda la esencia de la canción napolitana, no sólo por la intensa melodía, sino por ese empuje que nos transporta a través de ella sin que tengamos que poner los pies en el suelo; no por casualidad Tito Schipa confesaba no poder oírla o cantarla sin que sus ojos se llenasen de lágrimas. Desde luego, para levantar un recital como este hay que ponerle mucho corazón, y a Camarena le sobra, pero es que esta canción lo llevaba a la cima de la expresividad en sus tres minutos de duración, aunque finalmente terminase sobre 'morir', acaso una nota todavía demasiado baja para su plenitud.

Pueden imaginar que 'Sogno' requiere toda la delicadeza del mundo, de una atmósfera que nos envuelve y atrapa, y así la cantó Camarena y suponemos que por esta y otras versiones oídas debe ser imposible cantarla entre una 'p' (suave), dos (más suave) y desde luego tres, sin recurrir al falsete.

Tosti escribió seis 'Mélodies', de las que Camarena seleccionó tres para abrir la segunda parte del programa. Como casi siempre, este breve receso junto a lo cantado anteriormente suele obrar milagros, y ya desde aquí oíamos al tenor dueño completo de su voz y tan entregado como siempre. A la 'cuota' francesa siguió la inglesa con 'Because', seguidas ambas de las joyas más apreciadas del repertorio, empezando por 'Vorrei morire!', que el cantante reconocía no poder cantar sin emocionarse. La verdad es que su nivel de expresividad mostraba una agitación interior y un canto palpitante y hermoso.

'A vucchella' es una fresca y ligera canción de amor napolitana que popularizó Enrico Caruso y que Camarena mantuvo en ese amor despreocupado y gentil, acaso algo más lenta de lo que suele. 'April' trajo lo nunca visto: sobre el final el tenor debe emitir un 'Si' sobreagudo, que el cantante mejicano dio y mantuvo; pero el respetable, ávido de estos agudos que no llegaban, creyó que había terminado la canción y aplaudió enfebrecido. El cantante lo explicó, retrocedió ligeramente para volver a cantar esa nota y todavía un espontáneo intentó aplaudir otra vez; sin enfadarse, sino gesticulando desenfadadamente volvió a frenar la situación sin dejar de cantar. Esperemos que por lo menos muchos de ellos comprasen el disco para enterarse de cómo iba la canción y dónde estaba el agudo… que no había que aplaudir hasta que no terminara la canción.

Cambió la canción final por otra que sí tiene un agudo para aplaudir: 'Chitarrata abruzzese', que a un ritmo grácil ternario, como de guitarra, se alcanza un Do sobreagudo hacia el final de la canción, como corresponde al término de un programa. Aún vendrían dos propinas, pero ante la insistencia del público y del hecho de que era la última actuación de esta gira por España nos regaló dos espléndidas versiones de canciones mejicanas: 'Malagueña salerosa' de Elpidio Ramírez y Pedro Galindo y 'Júrame' de María Grever. En la primera se quedó suspendido durante un tiempo casi infinito de la 'i' en 'y decirte', y al volver sobre ella la subió y bajó, aunque esta vez sin sostenerla tanto. Y la segunda puede que fuese la más sentida de todo el recital.

Un pianista excepcional

No podemos olvidar a Alejandro Rodríguez, un pianista de excepción, que entiende perfectamente cómo se acompaña, con un dominio tanto del teclado como de los pedales, de secundar al cantante en cada quiebro e intención, de una gran definición en su acompañamiento, evitando el acúmulo de armónicos de otros colegas 'generosos' en el uso de los pedales, etc. Se nota además que 13 años junto a Camarena los transforma en uno solo.

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