¡Que pase el desgraciado!

Sobre el documental del crimen, 'Las cintas de Rosa Peral', que ya decía que era de parte, los que no lo sabían eran algunos de los que participaron casi dando coartada de neutralidad. Y se han quejado. Carlos Quílez, no. Que les dijeron que iba a ser una especie de 'Crims' (lo de Carles Porta) y han visto que no. Que se blanquea a Rosa Peral. Que quien no sepa de qué va esta historia puede tener una idea equivocada. Es verdad que a muchos, incluso fuera de Cataluña, nos puede parecer que quién no va a saber de qué palo (o hacha) va la señora Rosa (es que me fascina que el fiscal en el juicio y hablando en español siempre hable de la señora Rosa o del señor Albert, el otro condenado), pero supongo que hay vírgenes de la historia. Que no leen periódicos, que no ven la tele. Pese a que el 'Crims' de Carles Porta ha sido uno de los acontecimientos audiovisuales de los últimos años. Y no por eso que decía Diana Vreeland de que había que darle al público aquello que todavía no sabía que quería, porque la gente siempre quiere crímenes. Al menos a distancia.

Y más si dentro hay un gran personaje como Rosa Peral. Gran personaje, como lo son los 'Maleantes' de Patrick Radden Keefe. Y como el autor ha contado, a la gente a la que entrevista para sus reportajes nunca le dice que la va a dejar muy bien para luego publicar algo que no le sea favorable. En todo caso, con el revival del caso de la Guardia Urbana, traer lo que Carles Porta contó a Jordi Wild. Tuvo Rosa Peral una trifulca en la cárcel con Angie, conocida como «la autora del crimen perfecto» y le soltó: «Tú cállate, que sólo tienes un 'Crims' y yo tengo cuatro». Pedigrí de 'true crime'.

Por otro lado, ha vuelto GHVIP con Marta Flich de presentadora. En la parte sénior, están Karina y la peruana Laura Bozzo, que no llevaba una hora cuando se quiso ir. Fue al enterarse de que tenía que dormir en una cueva con letrina, aunque consiguió no hacerlo. Tampoco le gustó que en la casa solo hubiera un baño. Que esas cosas se dicen antes. Mujer, eso es público y notorio desde el primer GH. Tampoco debe de saber que hay cámaras por todos lados (salvo en el baño) porque se cambió y nos enseñó las tetas. Aunque mejor fue cuando dijo a Zeus Tous que tenía los ojos de su madre (Sara Montiel, que lo adoptó). Nada más llegar dijo que había regresado «la momia». Aunque mi expresión favorita suya, de sus programas, es: «¡Que pase el desgraciado!». Que es lo que Rosa Peral debía de pensar cada vez que se ennoviaba.