First Dates
La sonrojante pillada de una soltera a su cita al descubrir que intentó ligar con su amiga: «Ya me puedo ir»
Cuando Álvaro escuchó «¿conoces a una tal Mónica?» de la boca de María, quiso que la tierra se lo tragara
Una soltera se viene abajo al contar su historia, conmoviendo a Carlos Sobera: «Estás muy sola, y eso no puede ser»
Álvaro y María, dos jóvenes sevillanos con un punto en común
María tiene solo 21 años, pero según ella, ya está 'curtida' en el amor después de cortar una relación tóxica de seis años. Asegura ser celosa, aunque con motivos: revisándole el móvil a su novio se encontró con una foto de los pechos de su amiga. Este martes 4 de julio, la joven se encontró en 'First Dates' con Álvaro (22), un chico que no se ha portado bien en la vida, pero que dice haber aprendido de sus errores. Una cita donde quedó demostrado una vez más que al inventor del famoso «el mundo es un pañuelo» no le faltaba razón.
Un «me suena tu cara» de María a Álvaro encendió las alarmas, aunque en un principio lo relacionaron con el hecho de ser los dos de Sevilla. Eso sí, ella dejó claro que sus amistades son muy diferentes al estilo que maneja él. En la forma de vestir encontraron el primer punto discordante. Álvaro es tirando a pijito y a María le va mas el rollo 'Bratz'.
Por eso la mayor parte del tiempo intentó hacerse la dura… Con poco éxito, pues se pasó toda la cena a carcajada limpia con cada comentario que salía de la boca su cita. Y que la hagan reír, como ella misma admitió, es lo principal que busca en una pareja.
Una conocida en común
Pero María no se podía quitar de la cabeza el runrún de conocer a Álvaro de antes. Hasta que por fin se le encendió la bombilla cuando el joven explicó que trabaja promocionando aplicaciones en Instagram e imitó la voz que suele poner en sus anuncios. «¿Conoces a una tal Mónica? Es mi amiga», soltó la estudiante de enfermería.
En ese momento la cara de él mutó la expresión a una de 'tierra trágame'. «Ya está, ya me puedo ir», dijo medio en serio, medio en broma. Resulta que María conocía al chaval una noche de discoteca porque intentó ligar con su amiga. Álvaro le mandaba los vídeos de sus publicidades y las dos se hartaban de reír con ellos. Pero la cosa no fue a más, zanjó él. En cuanto se enteró que la chica tenía novio, se retiró.
La cena de Álvaro y María
María y Álvaro se habían gustado más de lo que estaban dispuestos a reconocer, a pesar de los recuerdos entre ellos que podrían haberlos distanciado ¿Estaban más cerca del no que del sí? Sus risas indicaban lo contrario.
En la decisión final, Álvaro admitió abiertamente que María le había transmitido buenas energías y que sintió química, por eso le pidió una segunda cita. Ella dio una respuesta más ambigua. No obstante, fue incapaz de darle una negativa rotunda, decantándose por aceptar seguir conociéndolo, pero «en la discoteca» y «de colegueo».
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