First Dates
Una soltera, muy tajante, le pone una condición inexorable a su cita: «Te arranco la cabeza de cuajo»
En sus 47 años de vida Rosa no ha tenido suerte con los hombres. Deseosa de que su 'karma' cambiase, acudió al restaurante del amor, donde conoció a Ricardo
Dos solteros dan rienda suelta a su pasión y 'calientan' 'First Dates': «Se le ha subido todo»
Rosa (47) está soltera porque, según ella, «no llega a terminar de cuadrar con los chicos». Pero su suerte cambió al acudir al restaurante de 'First Dates' este viernes 20 de septiembre. El karma por fin actuó a su favor: ella es una persona muy mística, algo que le viene de la familia de su madre. Su abuela, aseguró, era médium y tenía experiencias paranormales.
Tras comentar esa parte tan característica de su personalidad, Rosa perfiló a su pareja ideal. Aunque no fue muy exigente, pues no buscaba un perfil concreto. Le bastaba con que fuese «leal y buena persona».
Si la soltera se mostraba nerviosa, su cita, Ricardo (48) llegó al programa de citas de Cuatro mucho más estoico. Y es que este profesor de spinning considera que se encuentra en una de sus mejores etapas, que se está conociendo a sí mismo y que se siente más joven que hace 20 años.
La primera impresión fue muy positiva, y ambos se sentaron en la mesa con expectativas de conocerse. Charlando sobre sus vidas y sus sueños por cumplir, Ricardo le contó a su pretendienta que aspira a abrir su propio centro de ciclo indoor. Por su planta, el soltero dio por hecho que Rosa era una mujer deportista. Sin embargo, se equivocó por completo. «Me daba la impresión de que sí que practicaba deporte por el físico que tiene, debe ser genética, pero físicamente está muy bien, aunque no haga deporte», comentaba con cierto asombro ante las cámaras.
Rosa quiere seguir conociendo a Ricardo, pero «poco a poco»
Cuando se sintió lo suficientemente cómoda con Ricardo, Rosa se sinceró sobre su problema con las relaciones. Tras varios engaños ha llegado a colocarse una coraza para evitar más desilusiones. Por eso tiene claro lo que no aguantaría jamás, y así se lo hizo saber de una manera muy tajante. «Lo que me revienta, me mata, lo que te arranco la cabeza de cuajo es que me mientas ¿qué sacas engañando?». Ricardo no solo entendió el punto de vista de Rosa, sino que lo compartía.
A esas alturas de la velada, la conexión entre los dos comensales era palpable. Tanto es así que Ricardo tuvo el tacto suficiente para lograr que ella fuera calmando los nervios y se abriera poco a poco. Rosa también lo percibió y así lo expresó ante las cámaras. «La velita bien poco me ha ayudado, lo que más me ha ayudado ha sido Ricardo, me ha dado el empujón».
Al llegar la decisión final tanto Rosa como Ricardo ya habían llegado a una clara conclusión. «A mí sí me gustaría, me lo he pasado muy bien, me he divertido mucho, es una persona con la que te ríes un montón. Es más, me toca invitarla a mí porque me ha invitado ella esta noche», respondía él a la pregunta de si quería tener una segunda cita.
Ella también daba un 'sí', aunque con una pequeña aclaración: la cosa tenía que ir «muy poco a poco». «No soy como las de ahora, soy de las de años atrás, muy poquito a poco, pero con paso firme. Eso es lo que soy, es raro, hoy en día no las hay como yo», zanjaba.
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