La revelación de Tamara Falcó que ha dejado totalmente alucinado a Joaquín: «No me lo puedo creer»

Joaquín Sánchez sigue buscando su vocación en la segunda temporada de 'Joaquín, el novato'. Tras aprender de Ana Obregón y de Roberto Leal, el ex futbolista del Betis recibió este jueves 28 de septiembre «a la mujer del momento», Tamara Falcó. Lo primero que quiso averiguar el andaluz es si la marquesa de Griñón se ha llegado a casar. «Estoy megacasada, ha sido difícil, pero hemos llegado», aseguró ella.

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Entonces, Joaquín pidió examinar de cerca el 'anillaco', preguntándole en broma si era el verdadero o por el contrario lo tiene en el banco a buen recaudo.

La colaboradora de 'El Hormiguero' lo sorprendió con su respuesta. «Este es el que es. Lo cierto es que el otro día se me cayó y me he puesto este mientras tanto. No sé donde está»», confesó, provocando un ataque de risa de incredulidad en el presentador de 'Joaquín, el novato'.

«Yo pensaba que iba a dar el pego y hemos empezado con el anillo. Pues nada», espetaba ella, visiblemente avergonzada.

El bético no se podía creer que hubiese perdido la alianza, a lo que la invitada pidió que se callara, pensando que «igual nadie se da cuenta».

Joaquín se llevaba las manos a la cabeza, pero Tamara Falcó se justificaba explicando que le estaba un poco grande y le quitaba hierro al asunto, segura de que acabaría encontrándolo.

La hija de Isabel Preysler contó todos los detalles sobre su enlace con Íñigo Onieva, como el «milagro» de poder lucir el vestido de novia confeccionado por Wes Gordon. También aclaró que «nada que ver» el diseño con el que llevó la reina Letizia en su boda, como tanto se ha comentado. «Estaba basado en un vestido negro que apareció en la colección de Wes en la pasarela», aseguró.

Eso sí, el gran día de la aristócrata no estuvo exento de sobresaltos. Además de la infidelidad de su prometido, de la renuncia de las diseñadoras del vestido a dos meses de la boda, del robo de las joyas de algunas invitadas y de la sotana en llamas del sacerdote durante la ceremonia la lista de percances guardaba algún secreto que destapó en su charla con Joaquín. «Cuatro días antes de la boda, se quemó el camión de mensajería que llevaba mis zapatos», algo de lo que no se enteró la prensa.

Lejos de pensar en señales para detener la unión, Tamara Falcó se creció. «Cuanto más esfuerzo me cuesta algo, más me esmero. No es que casarme fuera un reto, pero sí que supuso un poco un reto porque iban pasando cosas»