'First Dates' deja helado a un soltero al presentarle a un hombre en su cita: «¿Yo con un tío?»
Pilar llegó al restaurante de Cuatro acompañada de su sobrino, a quien conoció su pretendiente, Andrés, nada más llegar. Una situación que generó un gran malentendido
Una soltera dice 'hasta aquí' a su cita por la 'fantasmada' sexual que se marca: «No te tires faroles»

Pilar (74) lleva siete años soltera, y aunque afirma no haberlo necesitado en este tiempo, ahora con sus hijas haciendo su vida quiere acabar con su soledad. Con ese objetivo, acudió a 'First Dates' este miércoles 29 de mayo buscando «un tipo simpático y divertido, que fuera a misa, muy aseado, que se lave los dientes, bien arreglado». Sin embargo, no apareció sola en el restaurante de citas. Lo hizo con su sobrino preferido, Alfonso. Y si bien el hombre la acompañó para ayudarla a encontrar el amor, su presencia a punto estuvo de arruinarle la velada a su tía.
Andrés (70), volvía a 'First Dates', donde iba a conocer a Pilar. Pero cuando entró en el local su cita ya estaba esperándolo en la mesa. En su lugar lo recibió Alfonso. El soltero se acabó creyendo lo que no era y se quedó en un primer momento sin palabras. De la sorpresa pasó al pánico. «Me parece que nos hemos equivocado. Aquí ha habido un cambio de papeles, que es fácil que os equivoquéis, pero es un tío. ¿Yo con un tío?», se quejó ante las cámaras. «Me tienes helado. No sé quién eres. ¿Tú esperabas encontrarte un tío aquí?», continuó intentando entender la situación dirigiéndose a Alfonso.
Alfonso continúa vacilando a Andrés
El sobrino de Pilar, en lugar de aclarar el malentendido, siguió vacilando al soltero afirmando que «me van los dos palos». Andrés no daba crédito y se echó las manos a la cabeza, pensando que «menos mal que no me ha pedido un beso».

Por petición de Carlos Sobera viendo la cara de desconcierto de Andrés, por fin explicó que realmente no era su cita. «Si las cosas fueran bien, podría llegar a ser tu 'sobrinastro'», aclaró.
Al conocer a Pilar, Andrés pensó que la perfección no existe, pero que ella la rozaba. La soltera, por su parte, sintió que la cita había sido de 10. Pero encontró un gran defecto insalvable en su cita: fumaba. Y ya avisó durante la velada que «si un hombre que fume intenta besarle, le hago la cobra». Tanto le gustó la mujer que prometió intentar dejar el tabaco si le daba una segunda oportunidad.
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