Alfredo Landa sin Garci en Polonia
'El atraco', que ha estrenado Netflix, tiene un protagonista que podría hacerse amigo del Germán Areta de 'El crack'
Reporteros sin guerra y tertulianos con sillón
![El protagonista de 'El atraco'](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/play/2024/10/28/german-aretaa-kVuH-U6032684746795AD-1200x840@diario_abc.jpg)
«Baretta, dame el mechero o te quemo los huevos», le suelta 'El crack' de Alfredo Landa al ladronzuelo que ha tenido la mala suerte de elegir el bar donde Germán Areta cena con 'Supergarcía' de fondo para dar un palo con el ... que sufragar un chute. Es 1981 y José Luis Garci se inventa un personaje a medio camino entre el ayer y el futuro, un tipo sacado de lo más profundo del cine negro pero enraizado en esos márgenes que dejaba la Transición donde los métodos del viejo régimen chocaban con los excesos de la nueva libertad.
En 'El atraco' -recién estrenada en Netflix- también hay un policía retirado y hosco que no comprende el nuevo orden pero sí sabe desentrañar el alma humana; una Transición con tantas promesas como problemas y unas élites que están deseando ganar dinero sin mancharse.
![Alfredo Landa es Germán Areta en 'El crack', de Garci](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/play/2024/10/28/german-areta-kbJC-U60326843118360-624x385@diario_abc.jpg)
Estamos a principios de los 90, en Polonia. Otro régimen, mismos personajes. El partido comunista se diluye entre la espada del sindicato Solidaridad y la pared de la Iglesia católica. Llegan las privatizaciones, el cierre de empresas improductivas, el hambre, la delincuencia, las crestas, las chaquetas de cuero, los grafitis (que allí no son símbolos de izquierda como en aquella España sino contra la autoridad, en una 'contracultura' hoy ya asimilada y domeñada). Y hay, claro, un atraco. O una carnicería (es la primera escena, no teman el 'spoiler') en un banco. Nadie sabe qué ha pasado ni por qué. Y en esa incertidumbre el Ministerio de Interior busca un señor Lobo, un solucionador de problemas que encuentre a los autores. Pero aquí no está Tarantino y todo es más sucio, más real, más comunista.
El tipo tiene más barriga que ahorros y menos ganas de hablar que de contentar a sus jefes. Pero como Germán Areta, solo quiere hacer bien su trabajo, que es lo único que se le da bien. El pasado como policía del personaje de Alfredo Landa no lo conocemos, pero lo intuimos. El de Tadeusz se nos desliza: mal marido, peor padre; buen torturador, mejor cazador de desertores. Al igual que en la de Garci, la ideología sobrevuela en 'El atraco' pero no ensucia nada. Todo es más bien un homenaje a Fincher cuando dice que nada llega más al espectador que ver a un profesional hacer bien su trabajo, sea sicario, policía o dentista. No hay más, no hay moraleja. Solo una buena historia, un personaje rocoso y la sensación de que esta noche las plataformas no nos roban tiempo.
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