Hughes
Lenguaje tertuliano: te lo compro
Cuando dos personas o dos tertulianos dialogan o incluso discuten sobre algún tema, surge esta figura retórica y persuasiva si uno de los dos quiere admitir algún punto de vista del otro
![Elisa Beni y María Claver, en 'La sexta noche' el pasado sábado 7 de agosto](https://s3.abcstatics.com/media/play/2021/08/20/tertulianas-sexta-k8uB--1248x698@abc.jpg)
Una expresión habitual en el lenguaje tertuliano ( el 'tertulianés' acuñado por Antonio Burgos ) es 'te lo compro'.
Cuando dos personas o dos tertulianos dialogan o incluso discuten sobre algún tema, surge esta figura retórica y persuasiva del 'te lo compro' si uno de los ... dos quiere admitir algún punto de vista del otro. Esto se hace para, a continuación, inmediatamente, proseguir con más fuerza sin detenerse más en las objeciones, que parecen tan ridículas que se asumen sin regatear. Es como decir 'para ti la perra chica' porque interesa la grande. Pon tú el precio, que te lo compro.
Con el 'te lo compro' se abandona el lastre de una pequeña posición en la que estamos encallados para ir al triunfo final: tener razón, que es una de las cosas más asombrosas y admirables de los tertulianos, esas ganas de tener razón a las 9 de la mañana.
Cuando esto se dice, la petulancia del que lo dice es máxima. Fíjense. A menudo suele tener una sonrisa y un tono indulgente, como si el otro fuera un ingenuo completo, un infeliz.
Durante un tiempo se ha estado diciendo conceder: 'Te lo concedo', que se parecía mucho a una limosnita; ahora la prepotencia del que tiene razón adopta un aspecto subastero, adquisitivo, fachendoso, hortera. Al pobre argumentador que aporta sus razones se le ‘compra’ el argumento como al vendedor ambulante que se nos acerca en una terraza con unos mecheros y unas pulseritas.
Así se está tratando al otro en la cima de la persuasión socrática. ¿Se imaginan a Socrates así?:
—Está bien, Simmias, te lo compro.
Esto ni siquiera es dar la razón, ni es necesariamente coincidir. Es como si dijéramos: anda, no seas paliza, deja aquí la baratija y cállate; tu argumento no merece ni el esfuerzo de mi refutación.
En la dialéctica del consenso (enloquecedora y necesitada de renovación), ese 'te lo compro' juega un papel creciente. Además de un airecillo de dinamismo indispensable, da un tonito de mercadillo, de regateo argumentativo, fomentando la ilusión liberal del mercado de ideas en competencia perfecta.
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