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Masterchef

«El Pollito» se zampa a «El Gallo» en «Masterchef»

El pique entre el abogado madrileño Andy y el entrenador coruñés Iván, rivales desde la gala uno, vivió un nuevo episodio en una prueba de eliminación en la que resultó eliminado Carlos, que solo ha durado cuatro platos en el programa

Vídeo: «Un revuelto de cosas mal ejecutadas» pone a Carlos fuera de «Masterchef» RTVE

R. Ventureira

En un lado del ring, «El Pollito» Andy, abogado madrileño que tiene como icono generacional a Tamara Falcó . En el otro, «El Gallo» Iván, entrenador personal coruñés. Llevan picados desde la gala uno. Vamos por la ocho y la cosa, claro, va a más. Les tocó esquivar la expulsión en la prueba de eliminación y se lo tomaron como si estuviesen cocinando en la boda del Sha de Persia. Ganó «El Pollito», pero aún queda mucho carne que cortar en los fogones del «talent show» culinario de RTVE. Por cierto, también hay un «Pavo Real» en estas televisivas cocinas: así se refirió ayer Iván a José Mari , el aspirante mallorquín, que sigue pavoneándose luciendo en el delantal el pin de inmunidad.

En el corral de «Masterchef» hay, en definitiva, demasiada testosterona. Mientras ellos se miden, hay una mujer a la que, a la chita callando, se le está poniendo cara de ganadora, la señora Juana . Todo ello ocurrió en el día en que Carlos , el gaditano, se fue por donde acababa de llegar: tras cuatro platos, el jurado le señaló la puerta de salida.

Cordero internacional

En la prueba con la que se abrió boca en la noche de ayer cada aspirante tuvo que cocinar cordero al estilo de un país que le correspondió al azar. Controlando los fogones estuvieron dos ilustres aspirantes de «MasterChef Celebrity 3» : Antonia Dell'Atte y Carmen Lomana .

Aunque la cosa iba de corderos, volvió a hablarse de pollos y gallos. Y algún otro pudo ponerse como un pavo real (pero no lo hizo). «Iván es guapo, simpático y sensible» , elogiaron, al alimón, Antonia Dell'Atte y Carmen Lomana . El coruñés tuvo que aclararles que tiene novia (para los cotillas, de nombre Sandra ). En todo caso, el muchacho tiene defectos. Para Andy , algunos de ellos son que es «aburrido», y un tanto subidito («parece un toro cuando mira así a los jueces»). Para el arriba firmante, lo peor de Iván es que dice «lo siguiente». «Tierno no, lo siguiente», dijo de su plato. Tendría que esta penado por ley –o por ordenanza municipal– decir «lo siguiente». Y la serie que puso de moda esa expresión, prohibida.

Antonia y Carmen le preguntaron Iván el motivo de su pique con Andy: «'El Pollito' [así apoda, ya saben, al abogado madrileño] quiere ser como 'El Gallo'. Le cuesta reconocer que hay un humor que él ni siquiera tiene», despachó, mientras no dejaba de cocinar, el gallego.

Los tres chefs se ausentaron durante el cocinado y reaparecieron para hacer la cata a ciegas. A Carlos –el último en llegar a la pugna– le tocó hacer el cordero a la española y se la pegó, lo que le vino bien porque se había inflado mucho: «Yo voy a ganar Masterchef 8», había anunciado poco antes el gaditano, incorporado por un atajo en la anterior gala , la séptima. Teresa tenía que cocinarlo al estilo marroquí: le quedó «ñoño». José Mari pensó a la francesa y acertó. Ana presentó el cordero en hamburguesa, porque el país a honrar era Estados Unidos: las patatas estaban crudas y eso –en la tierra de Trump y aquí– es pecado mortal. Andy cocinó un risotto con cordero que le salió «tontón», y tendría que haberle salido italiano. La India era el punto de partida de Michael , que dejó crudo el cordero. Luna viajó a Tailandia, y lo hizo sin mucha fortuna. Juana triunfó con una pieza a la mexicana «muy bien guisada». A Alberto le correspondió China e hizo «una cosa tontona e insípida»: «Cuando no sabes hacer una cosa sale así», confesó ante la cámara. La antítesis de la cocina japonesa presentó Iván : «No huele a Japón por ningún lado», juzgó Samantha .

Ganó México lindo, o sea, Juana , que cada día que pasa da un paso adelante... o tres. Fueron elogiadas las propuestas de José Mari , segundo mejor, y Teresa , que completó el hipotético podio en esa prueba inicial.

A las órdenes de dos niños

En la prueba de exteriores, los aspirantes y los chefs se desplazaron a una de las cuatro casas que la Fundación Infantil Ronald McDonald –con la que colaboran Pepe Rodríguez y Samantha Vallejo-Nágera – tiene en España, la adscrita al Hospital Universitario Niño Jesús de Madrid . Al describir la labor de esta organización con los niños enfermos acogidos y sus familias hubo lágrimas de emoción del chef Rodríguez y de alguno de los aspirantes. No es para menos.

Los concursantes tenían 48 invitados sentados en las mesas, pero además se les pidió que elaboraren 150 aperitivos solidarios , para los que tuvieron que captar comensales en pleno Retiro de Madrid dispuestos a pagar un dinero con destino a la fundación.

Como capitanes ejercieron dos niños que en su día participaron en «MasterChef Junior» . Albert , 10 años, lideró el equipo azul, formado por Juana , Teresa , Luna , Ana y Alberto . Patata brava rellena de cerdo ibérico (aperitivo), gazpacho verde con cisquillas y liebre de caza con boloñesa eran sus retos culinarios.

Vega , a sus 8 añitos, lideró el equipo rojo ( Iván , José Mari, Andy, Michael y Carlos ), que tenía que cocinar brioche de rabo de toro (aperitivo), lenguado frito y el postre («frescor andalusí», qué bonito título).

El chef Dani García , que diseñó los cuatro platos, supervisó los fogones. Los dos equipos pasaron el corte, a juicio de los otros tres chefs, los que manejan los fogones del programa. Triunfó el azul, con una Ana brillante cocinando el aperitivo, lo que le valió el premio a la mejor de la prueba.

En el equipo rival, el rojo, fue criticada la labor de Iván y de Andy . Ninguno de los dos estuvo de acuerdo con el severo juicio que les aplicaron los chefs. Sobre todo mostró su desacuerdo el madrileño, que una vez más volvió a querer venderse como si tuviese tres estrellas Michelin en el currículo: «Eres un sinvergüenza, eres un caradura», le dijo Samantha entre risas –para suavizar– al abogado. Muchos en ese momento nos acordamos de que en programas anteriores fue apodado como «el pequeño Nicolás de Masterchef» .

La hora de la verdad

Así que Iván , José Mari , Andy , Michael y Carlos se vistieron los mandilones negros. Samantha Vallejo-Nágera preparó una caja misteriosa con 27 alimentos relacionados con el café, como azúcar de café, bebida energética de café, bombones de café, café liofilizado, capuccino en pasta, extracto líquido de café, whisky de café, yogur de café o licor de café... Los aspirantes disponían 75 minutos para hacer un plato, dulce o salado, con el café como protagonista.

Al haber sido la mejor de la prueba de exteriores, le correspondió a Ana repartir los platos. Los dulces se los dio a Iván y Carlos. Los salados, a Michael, José Mari y Andy, que se sintió muy perjudicado porque cree que la muchacha, consciente de su buena mano con el dulce, lo hizo para perjudicarle.

El jurado les recordó lo que es el «foodpairing» –combinar ingredientes analizando los aromas presentes en cada producto– y el chef Andrea Tumbarello se pasó por los fogones para presentar una pasta que tenía al café como uno de sus ingredientes.

El café le sienta mal a José Mari , que por una malformación congénita ha sido dos veces operado del corazón. Pero arriesgó y no quiso gastar el pin de la inmunidad que se ganó en una noche anterior para librarse de la eliminación sin cocinar. Hizo una lasaña de carne con bechamel de café descafeinado que le valió un aprobado raspado.

Michael se la jugó con un pollo de corral al café, y salió airoso.

Iván pensó en su novia «supercafetera» a la hora de realizar su propuesta, una mousse de café que estaba rica y que le valió el segundo lugar en la prueba de eliminación. El primero fue para Andy . «Estoy muy orgulloso de mi plato. Porque hacer un plato salado con café es muy difícil», analizó el madrileño nada más levantar las manos una vez finalizado el tiempo concedido. Con una presa ibérica elaboró una «nespresa ibérica». «Me gusta», elogió Jordi . «La salsa está espectacular», añadió Samantha . Fue elegido como el mejor.

Los aspirantes podían recurrir a la ayuda de alguno de los concursantes de la galería: solo durante quince minutos y a cambio de un cuarto de hora menos para el cocinado. El único que lo hizo fue Carlos, quien convocó a Luna para hacer un postre que ya habían realizado en una «master-class» y que tenía como base una tarta de queso. Le dieron hasta en el carné de identidad por una propuesta que era «un amasijo». «Tienes cuatro elaboraciones en tu plato. Una masa de galleta que está mala. Una tarta de queso que no sabe a queso. Un merengue que no es merengue. Y un sifón que está mal», juzgó Samantha . La suerte estaba echada incluso antes de la reunión del jurado. Se sabía que Carlos se iría por donde acababa de llegar. Y así fue. Solo cuatro pruebas después, le mostraron la puerta de salida de «Masterchef».

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