El «¡Estefaníííía!» de «La isla de las tentaciones», historia de la televisión
A Mónica Naranjo le va a bastar con una sola frase: «Tengo más imágenes para ti»
![Christofer, en La isla de las tentaciones](https://s1.abcstatics.com/media/play/2020/01/24/cris-kMG--1200x630@abc.jpg)
Como si fuera un gol, un grito desgarrador se oyó el jueves en muchos lugares de España: «¡Estefaníííía!» . El «Jo, tía» de Nube ya tenía sucesor. Apuntaba maneras «La Isla de las Tentaciones» y ya es historia de la televisión . No hace falta mucho para eso, es verdad. A Mónica Naranjo le va a bastar con una sola frase: «Tengo más imágenes para ti». La dice muy seria y luego pone cara de estar viendo un accidente mientras ellos se enfrentan a los vídeos de ellas.
Es cruel decirlo, es casi sádico, pero es lo mejor de todo. Ver cómo llegan temblando a la penitencia , cómo se abrazan con la solidaridad de un equipo ante la tanda de penaltis. Por eso el jueves, cuando la debacle ya era general, Christofer soltó una sonrisilla de satisfacción: «Es que vosotros lo veis muy fácil... y no es tan fácil». Se refería a la cornamenta. No tanto a llevarla, como al tormento terrible de ir sintiéndola nacer.
Christofer es un santo varón con diccionario propio. A Fani la tenía en un «padastal» y se le ha caído; y al seductor de su novia le está cogiendo «ritia». Vio la prueba del delito, se supo cornúpeta y salió de toriles corriendo hacia la playa mientras José, padre de todos, le llamaba: «Christofer, ven, ¡que aun hay mas!». Hubo en España entonces un movimiento de solidaridad y muchos decidieron echar a correr gritando Estefanía, creando una especie de Forrest Gump colectivo. Todos somos Christofer. Y tampoco vamos a negarlo, también somos un poquito Fani, autora de genialidades como «Tú eres de pim, pam, lacasitos».
Ella tiene un concepto de los cuernos así como de sabiduría oriental . La actitud no es ni que sí, ni que no, es «que fluya». Es como un Kung Fu de la infidelidad. Todo es fluir. «Lo que tenga que pasar, pasará, y lo que no tenga que pasar, no pasará. No quiero provocarlo». Tampoco evitarlo. «Ya irá fluyendo». Así que no se está enrollando con Rubén, se está fundiendo con el universo. Técnicamente es como un monje shaolín y claro, influye a las amigas: «Nos vamos a ir dejando llevar y lo que surja, surgirá», decía Andrea mientras se restregaba en la piscina como Elizabeth Berkeley en «Showgirls».
Las cosas surgen, acontece el cuerno como una seta en el tao, y el universo es un devenir. «No hay momento para un beso, un beso surge hasta meando».
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