Hazte premium Hazte premium

De aquellos polvos vienen estos lodos: los antecedentes de «La isla de las tentaciones»

El programa de Mediaset ha revolucionado la televisión española, pero no es el primer formato en poner a prueba el amor y la fidelidad de varias parejas sentimentales en un lugar paradisíaco

La isla de las tentaciones: así ha sido el reencuentro después de 6 meses

Una concursante de «Temptation Island», la versión estadounidense de «La isla de las tentaciones», que regresó el año pasado después de más de 15 años sin estar en antena USA Network

Óscar Rus

Si hay un programa de culto que Antena 3 atesora en su trayectoria durante las últimas tres décadas, ese es «Confianza ciega», aquel programa que emitió en 2002 –cuando el término reality show estaba en alza– y presentó una Francine Gálvez procedente de «Mamma mía» (Telemadrid), otro título que también marcaría la siguiente década televisiva en nuestro país. La negativa crítica de «Confianza ciega» en las páginas de «ABC» resumía el quid : «El calentón de Antena 3» .

Como fidedigna traducción de la primitiva y holandesa «Blind Vertrouwen» (aunque con la mirada puesta en la posterior y estadounidense «Temptation Island» de FOX), «Confianza ciega» lanzaba al ruedo en El Algarve (Portugal) a varias parejas sentimentales y anónimas, que eran separadas durante dos semanas en dos casas: la azul, para ellos; la amarilla, para ellas. Y entonces aparecían los «tentadores» del sexo (opuesto) para poner a prueba dichos noviazgos. «Seducción», «tentación», «amor», «celos», «fidelidad», «duda»... eran los nombres propios de los créditos de apertura, más propios de una telenovela, aunque aquí las entregas se redujeron a solo doce.

¿Les suena? La premisa es idéntica a la de «La isla de las tentaciones», el formato estrella de Mediaset y Cuarzo, que finalizó este martes en Cuatro por todo lo alto y esta noche regresa con el rótulo «Seis meses después...», aunque sólo hayan pasado dos días.

Aún así, acorde a los inocentes tiempos que corrían en los 2000, a los concursantes se les mostraba los vídeos manipulados y eran ellos quienes decidían creerse o no las jugarretas de los guionistas/productores, que también salían (un giro muy metatelevisivo que replicaría más tarde «El show de Cándido», en laSexta). De hecho, hubo dos parejas que abandonaron el concurso para así lavar los trapos sucios fuera de cámaras.

Si en 2020, el desenlace de «La isla de las tentaciones» ha contado, según dicta el manual del buen «culebrón», con varias rupturas e incluso una propuesta de matrimonio; en 2002 también hubo una de cal –Nube y Rafa rompieron, pues ambos cayeron en la tentación– y otra de arena: una pareja no rompió... he ahí el premio.

El resurgimiento del formato

Han pasado 18 años, pero no es de extrañar la resurrección española del formato como «La isla de las tentaciones». De hecho, aunque «Temptation Island» , de FOX, duró apenas tres temporadas (solo tuvo éxito la primera), el programa fue rescatado el año pasado por el canal de pago USA Network («Mr. Robot») debido, en parte, al furor transoceánico de «Love Island» , propuesta del canal británico ITV2, que ya lleva cinco temporadas en antena desde 2015 –una por verano– y actualmente está emitiendo una sexta con giro invernal; también se trata de un «remake» que el mismo canal emitió en 2005 y 2006, aunque protagonizado entonces por famoseo patrio.

Hasta la neoyorquina Lena Dunham , creadora y protagonista de la serie de HBO «Girls», escribió en 2019 una carta de obsesión por «Love Island» que publicó «The Guardian» , donde explicaba por qué su visionado había sido una experiencia terapéutica. ¿Su mecánica?: Cinco hombres y cinco mujeres solteros y anónimos aterrizan en la localidad de San Lorenzo de Cardessar (Mallorca) y les emparejan, desparejan y reemparejan a lo largo del concurso, que también organiza pruebas físicas a lo «Supervivientes». ¿El premio? Amor, amistad y dinero: 50.000 libras esterlinas .

Aquí sí hay expulsión y puede estar motivada por la propia soltería del concursante o la poca simpatía que genere la pareja entre los espectadores votantes o entre sus propios compañeros. O pueden simplemente abandonar, tal y como hizo Christopher en «La isla de las tentaciones».

Al igual que la adaptación de Mediaset, los concursantes británicos comparten varios requisitos: juventud, belleza... y poca ropa. Pero aquí, su casita en la playa dispone de mensajería instantánea e incluso una habitación «secreta» para retozar digital y presencialmente con el vecino de enfrente. O sea, también juega la baza de la (in)fidelidad.

Es tal el éxito de «Love Island», que tiene un debate en formato «podcast» y hasta « The Guardian» propuso ampliar el rango de edad de sus «isleños» ..., aunque esto ya lo hizo sin éxito «Mujeres y hombres y viceversa», añadiéndole el subtítulo «Oro» . Chile es otro de los países donde ha causado furor este género con títulos como «Amor a prueba», «¿Volverías con tu ex?» y «Doble tentación», donde han participado sospechosos habituales como Oriana Marzoli y Tony Spina .

Aún así, la baza de la infidelidad suele ser una de las tramas recurrentes de los «reality shows» españoles más recientes. A formatos de la factoría Mediaset como «Supervivientes» y «Gran Hermano VIP» suelen acudir concursantes con parejas en el exterior para después protagonizar «affaires» y triángulos amorosos delante de las cámaras. Está por ver si Mediaset renueva «La isla de las tentaciones» por un segundo curso después del inesperado éxito de su primer año.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación