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Masterchef

La cocina de vanguardia acaba con la abuela de «Masterchef»

A sus 74 años, la segoviana Juani claudica ante la velocidad de crucero que ha tomado el concurso en su tramo final y acaba eliminada tras ser incapaz de realizar un complicado postre

Juani, la concursante más veterana, llora tras su eliminación RTVE

R. Ventureira

«Me voy muy contenta, porque para mí 'Masterchef' ha sido como una segunda juventud», dijo la segoviana Juani , la abuela del programa, antes de entregar su mandilón. La velocidad de crucero que ha alcanzado el concurso en su recta final ha podido con ella, a sus 74. Para aguantar ese ritmo a esa edad hay que ser Mick Jagger , que anda por los 76 y sigue dando botes.

Fue un postre con forma de rosa el que puso punto final a la aventura de la segoviana. No tenía espinas, pero se pinchó. Y se desinfló. «Tantas elaboraciones me han superado», reconoció. Se fue entre rosas, risas y llantos. «Se va a notar la ausencia de nuestra abuelita», lamentó Luna , y asintieron los otros cinco que quedan.

Juani sufre y Ana triunfa

Como si fuese una premonición, la noche había empezado mal para Juani , que se vio desbordada ya en el primer reto. Tras los reiterados problemas que se han dado en esta octava edición a la hora de sacar los cocinados a tiempo en la prueba de exteriores, el jurado quiso echar sal en esa herida y, en el primer reto de la noche, sometió a los siete aspirantes a «una prueba de presión». El examen consistió en hacer varias elaboraciones a la vez .

Los aspirantes se convirtieron en el hombre orquesta y tuvieron que atender las solicitudes que el jurado y el invitado, el humorista Florentino Fernández , hicieron a través de una tableta mientras aguardaban recostados en los sofás. Al fondo, en una tele, se reproducía una película. Se trataba de emular el clásico peli+sofá+manta, pero sin manta y en el estudio de «Masterchef».

Los «recostados» fueron pidiendo de todo un poco. Lo primero, unas simples palomitas; el barcelonés Alberto se despistó y las entregó fuera de tiempo. Después, a Florentino le apeteció un «steak tartar»; todos sirvieron uno con defectos, exceso de picante sobre todo, excepto el mallorquín de cuna barcelonesa José Mari . Después les apeteció un hummus con crudités de verduras, y ahí triunfó de nuevo José Mari , pero también lo hizo Ana . Para seguir, a Jordi le apeteció un ceviche de lubina, y los siete aspirantes se pusieron manos a la obra; el mallorquín, de nuevo, y el madrileño Andy fueron los mejores. Hubo un plato, el guacamole con totopos, que solo lograron presentar tres, y el mejor del trío fue el coruñés Iván . Pero no acabó ahí la cosa. José Mari volvió a colgarse el oro con los tacos al pastor. Ana se anotó un minipunto con una mini pizza, otro con su mini cachopo de cabrales y jamón y un tercero seguido con sus aros de cebolla crujientes. Estaba claro que era su noche... y la de José Mari , que volvió a ser el mejor con su plato de pollo teriyaki.

Los concursantes sudaron la gota gorda . Sufrieron presión mental y también física, pues lo hicieron todo a las carreras. «No puedo cocinar con la presión del tiempo. Quince minutos, cinco minutos... A ver, relax», se quejaba Luna , que es profesora de yoga. «Me va a dar un infarto», resoplaba Andy , cuyo mechón canoso gana centímetros en su pelo a medida que avanzan los programas. «Estoy estresadísimo», se quejaba Iván sin levantar la vista del enésimo plato.

En esta prueba para «runners» de los fogones , la que más sufrió fue la veterana Juani : «Yo no quiero ni seguir. Yo creo que voy a parar. No puedo», decía la pobre. Eso fue antes de explotar, y empezar a llorar: «Es la primera vez en mi vida que me rindo. En mi vida me he rendido con todo lo que me ha pasado, pero...». Todos, compañeros y jurado, animaron a la segoviana para que no colgase el delantal, y la abuela se animó y acabó «sacando» un par de platos más, entre ellos un cachopo excelente. Con la prueba acabada, resopló y sentenció: «Casi es la peor vez que lo he pasado en mi vida».

También lo pasó fatal con esta estresante prueba la canaria Luna , cuyas propuestas pecaron de sosas: «Se me ha olvidado probar los platos y eso es imperdonable», lamentó. «No recordamos ningún plato tuyo. Sin gracia y sin gusto», juzgaron severamente al barcelonés Alberto . Fueron los dos peores. En un escalón intermedio se quedaron «El Gallo» Iván y «El Pollito» Andy : dieron una de cal y otra de arena. Los dos mejores de la prueba fueron la madrileña Ana y el mallorquín José Mari , por ese orden.

Cocinado solidario

La prueba de exteriores estuvo dedicada a todos los profesionales y voluntarios que trabajaron cuidando a personas vulnerables durante la pandemia, singularizados en la Cruz Roja. En la sede de esta entidad en El Plantío (Madrid), los equipos se encargaron de elaborar 150 comidas solidarias para repartir entre gente sin recursos.

Las escuadras las eligieron los dos mejores de la prueba anterior, José Mari y Ana , sabiendo que el conjunto vencedor se convertiría de modo automático en semifinalista. Se «subastaron» los concursantes, a cambio de tiempo, y en la puja estuvo más listo el mallorquín, que compuso el equipo azul con Andy , Juana e Iván . En todo caso, el pique que se trajo José Mari con Ana en la subasta redujo notablemente el tiempo de cocinado de ambos conjuntos, y unos y otros, rojos y azules, tuvieron que trabajar a la carrera.

Aunque en principio parecían favoritos, pronto surgieron problemas entre los azules. «No me gusta cocinar con José Mari y con Andy », sentenció el coruñés según se vio enmarcado en este cuarteto. El capitán actuó movido por la táctica al formar un equipo con dos grandes favoritos como Juani e Iván , y uno de los concursantes que más y mejor ha evolucionado, Andy . De hecho, anunció que, en caso de que perdiesen la prueba, gastaría el pin de la inmunidad del que dispone desde hace semanas –en concreto, desde el quinto programa– para librarse de la eliminatoria final, pues no quería competir con tan fuertes rivales.

El equipo rojo, con un elemento menos y en teoría más flojo, lo formaron la capitana Ana con Luna y Alberto . Dispuso de 115 minutos para presentar callos con bacalao a la madrileña (primero) y arroz con leche con dorayaki de carillas (postre). El azul contó con cinco menos para elaborar una ensaladilla moruna (entrante) y una caldereta de cordero (segundo). El menú fue diseñado por Carlos Maldonado , ganador de «Masterchef 3», y supervisó el cocinado el modista Lorenzo Caprile , juez de «Maestros de la Costura» y voluntario de Cruz Roja.

Los azules se la pegaron. Muchas de las raciones de caldereta no tenían ni zanahoria ni patata, lo que indignó a Pepe Rodríguez . José Mari delegó media capitanía en Iván y no cumplió correctamente su papel. El coruñés estuvo bien aplicando las dotes de mando, y menos bien en las elaboraciones. Andy y Juani no sacaron las castañas del fuego.

¿Quién ganó? En el equipo rojo, Ana mostró las dotes de líder que le habían faltado en otras ocasiones; y eso, sumado al buen hacer de Alberto , llevó a los tres a la semifinal. Luna reconoció que, en efecto, la habían llevado en volandas, pues ella no había estado a esa altura, ni cerca de ella siquiera.

De postre, una rosa

Así que José Mari , Andy , Iván y Juani cayeron a la prueba de eliminación, entre acusaciones del coruñés y el madrileño de que el balear había formado un equipo con intención de sabotearlo. Ya está acostumbrado a denuncias de este calibre, puesto también se le culpó de la marcha de Michael la semana anterior .

Los delantales negros respondieron al reto planteado por Valentina Lorieto , exjefa de pastelería del restaurante San Pol de Carme Ruscalleda y directora de la propuesta dulce del nuevo concepto en gastronomía Foodlona. Tuvieron que reproducir a la perfección un precioso postre con forma de rosa, con su rocío y todo.

Según lo vio, José Mari decidió tomar las de Villadiego Entregó su tesorito, el dichoso pin. Dio dos explicaciones: a) «Soy más de salado», b) «Me gustaría estar al fin a la par que mis compañeros», o sea, sin protección extra. Y se subió a la galería.

Abajo quedaron dos grandes favoritos ( Iván y Juani) y la revelación Andy , que durante todo el concurso ha mostrado buena mano con los postres. Aunque los dulces no son lo suyo, Iván estaba tranquilo, mucho más, desde luego, que la abuelita de la edición.

«No llego», pensó Juani en voz alta al rato. Y es que estuvo desbordada desde el minuto uno. Desde la galería la intentaban ayudar con consejos las semifinalistas Luna y Ana , pero se pasaron de frenada hasta el punto que los jueces les tuvieron que decir que se cortasen. Hablando de cortar, a la segoviana se le cortó la nata dos veces. «No me voy a rendir, no», dijo tras ese contratiempo. Pero tuvo que improvisar y hacer el postre sin nata.

Después, Andy estuvo a punto de caer en un error fatal, y Luna y Ana lo avisaron. Hasta ahí toleraron los jueces: Jordi Cruz se subió a la galería y entregó sendos manteles negros a la canaria y la madrileña. Por charlatanas. «La próxima semana iréis directamente a eliminación salvo que lo hagáis muy bien en la primera prueba», anunció el chef. Gracias a esa ayuda externa, el madrileño salvó los muebles. Le bastó para ser segundo: «Tu rosa no era una rosa», juzgaron los chefs. Pero al menos estaban todas las elaboraciones. Así que fue elegido semifinalista junto a Iván , que fue el que hizo el mejor postre.

La que hizo las maletas fue, estaba cantado, Juani . Porque ni acabó su plato. «No debía ni de ir», dijo antes de plantarse ante la mesa de los chefs. «Se me han quemado las almendras. Se han notado mucho los 75 años y lo mala pastelera. He sufrido mucho», confesó antes de la cata. Ahí se acabó su segunda juventud, su aventura más larga: «Hasta ahora había viajado muy poquito. Ahora conozco casi toda España», se consoló.

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