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Montero, Maidagán y la risa de los mantecados
Se puede ver a Azcona, a Cuerda, a quien quieras. Pero sólo por esa tendencia gandula de buscar referentes de prestigio
Más allá de la parodia
![Montero, Maidagán y la risa de los mantecados](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/play/2023/07/08/poquita-fe-R9mUDs6hZ0TQY0lNYEGkFoM-1200x840@abc.jpg)
Un investigador del Instituto Español de Oceanografía: «Parece que no hayamos superado 'Tiburón'» (por la inquietud que provoca la aparición de escualos despistados en las playas). Esa es parte de la importancia de la película, además de lo de ser una obra maestra, quizá la ... última del cine clásico. Por otro lado, está el impacto que produce cuando la ves, el que sigue produciendo la primera vez que vas a la playa y cuarenta años después. En Estados Unidos se estrenó en junio de 1975, pero a España llegó en diciembre. Claro que pasamos miedo, gritamos y reímos. El problema llegó con las vacaciones de verano en la playa. En los cines de verano se volvía a poner la película de Spielberg y al día siguiente tenías que meter el pie en el agua. Mirabas por si venía la aleta y hasta escuchabas la música de John Williams. El verano del 76 fue extraordinario por otra cosa: Nadia Comaneci desde Montreal. Y su impacto también fue enorme. Mary Lou Retton quiso ser gimnasta cuando vio a la rumana en la tele. También Michelle Obama, aunque esta no lo logró: «Todavía recuerdo a Nadia Comaneci con ese 10 perfecto, saltó de la barra de equilibrio y supe que yo también podría hacerlo. En realidad, nunca pude. Mis piernas son demasiado largas para eso». Yo creo que no tendría ni que saltar para agarrarse a la barra alta de las asimétricas.
Ahora hay un auge de la carrera de Criminología. Advierten de las pocas salidas y suponen que es por culpa de las series de televisión. Hombre, eso no es nuevo, ha pasado siempre. 'Lou Grant' despertó vocaciones periodísticas. Y 'Vida de estudiante', vocaciones jurídicas. Vocaciones de estudiar Derecho, porque de eso iba la serie y la película anterior con el profesor Kinsfield, tan inspirador como terrorífico.
Viendo 'Poquita fe' (Movistar +) no hay en quien inspirarse. Quiero decir en los personajes. En los guionistas, sí. Porque Montero y Maidagán han conseguido una serie tronchante a la manera de 'Seinfeld'. O sea, sobre nada. Pero muy española. Sacando oro de situaciones normales, con doce episodios de menos de 20 minutos dedicados a cada mes del año. Elevando cualquier gilipollez (unos mantecados) a material risible. Se puede ver a Azcona, a Cuerda, a quien quieras. Pero sólo por esa tendencia gandula de buscar referentes de prestigio. 'Poquita fe' tiene su propio prestigio. Montero y Maidagán, también ('Los del túnel', 'Justo antes de Cristo'). Una comedia sobre nada, sobre la rutina, lo cotidiano. Sobre una pareja (Raúl Cimas y Esperanza Pedreño), su familia, sus amigos, sus trabajos (él es guardia jurado y ella trabaja en una guardería). La madre de Cimas es Marta Fernández-Muro y la hermana de Pedreño, Julia de Castro (De la Purísima). Los personajes, como en un reality, como en 'The Office' o 'Modern Family', hablan a cámara, pero eso está perfectamente integrado en la narración. Qué actores, qué personajes, qué risas.
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