La ventana indiscreta
A la vejez, patriotas
Buscamos sustos en cada esquina y monstruos en el espacio sin darnos cuenta de que lo que más miedo nos da, casi más que la muerte, lo tenemos delante
Es país para viejos
![A la vejez, patriotas](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/play/2024/07/04/patriota-the-boys-kkSF-U602803673388YnB-1200x840@diario_abc.jpg)
Buscamos sustos en cada esquina y monstruos en el espacio sin darnos cuenta de que lo que más miedo nos da, casi más que la muerte, lo tenemos delante. La vejez no se esconde sino todo lo contrario. Quizás por eso, porque está ahí siempre ... aunque mutable, con distintas caras. Las de nuestros abuelos, las de nuestros padres. Incluso frente al espejo, mirándonos, temible recordatorio de que ya no somos quienes fuimos; agónica cuenta atrás de lo que nos queda por delante.
Intentamos disimular las arrugas y las canas con bótox y tintes y buscamos ser inmortales, como si una pastilla fuera suficiente para detener el tiempo cuando no es capaz de curar el cáncer. Pero la vida sigue y el reloj no para.
Le pasa a Patriota, el sociópata protagonista de 'The Boys', poderoso, carismático, casi invencible, menos por el tiempo. La serie es ya un lejano eco de aquella sátira canalla de sus orígenes, atrapada en un bucle y condenada a repetir, año tras año, las mismas tramas. Pero, de vez en cuando, recupera la chispa y hay giros, como el del superhéroe, que la salvan.
A Patriota, como a todos nosotros, le preocupa la velada amenaza del tiempo, que empieza a acusar con patas de gallo y, soez como siempre, con canas en otras partes. Olvida él, que es un supervillano sin conciencia pero con memoria, y olvidamos todos, que el mayor deterioro de la edad no es el físico sino el mental, porque sin hacer ruido consigue que olvidemos quienes fuimos y también quiénes somos.
Ni Patriota se libra de los estragos del tiempo ni, por supuesto, lo hacen nuestros líderes mundiales. Si ya es descabellado que alguien pueda ser candidato a dirigir una gran potencia como Estados Unidos a una edad a la que los políticos ya han jubilado al resto de la sociedad aún más lo es que nadie, ni su familia ni su partido, consiga retirarlo cuando es más que visible su deterioro.
Biden ha aparecido en público atribulado, desorientado. Posando con otros políticos como si fuera un verso suelto, de espaldas. Sonriendo, como si supiera qué es lo que le hace gracia. Pero la alternativa es Trump, que se cree un patriota como el de 'The Boys'. Como si las causas judiciales y los años fueran inmunes al tinte rojo o a los litros y litros de laca. Desde que el mundo es mundo, el ser humano nunca ha sabido calibrar cuáles son sus batallas.
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