Análisis
El adiós de 'Sálvame': ha muerto la peluquería
El programa ha sido un zoco de chivateo, un manicomio de portería, un desmadre de vecindonas donde al infundio le ponían nombre de primicia. Así de imaginativos salieron, así de tristes
![El adiós de 'Sálvame': ha muerto la peluquería](https://s2.abcstatics.com/media/play/2023/05/07/40281656-kZRD--1248x698@abc.jpg)
Con ‘ Sálvame ’ va a morirse la peluquería de plató, la siesta tóxica de los que no echan la siesta. ‘Sálvame’ ha sido un zoco de chivateo, un manicomio de portería, un desmadre de vecindonas donde al infundio le ponían nombre de primicia. Así ... de imaginativos salieron, así de tristes. Ha resultado ‘Sálvame’ la eternidad de la nada, hasta que la eternidad se ha muerto .
Llegó, en algún momento, al éxtasis de convertirse en chisme de sí mismo. En algún momento, y para ahí quedarse. Tuvo un triunfo, hablando de gentes ajenas, y enseguida de colaboradores propios, pero finalmente el tema diario era el programa mismo, que tuvo rachas de reforma, para no reformar nada. Se agitaban jefes, se barajaban charlatanes, se moría Mila Ximénez , se iba Carlota Corredera . En los meses últimos, hubo mucha salsa en ‘Sálvame’, precisamente porque iba bajando la salsa, o sea, el dato. De manera que cojeaba la audiencia, y acaso ya tanto colorín de salfumán resultó una fatiga , que es como decir que un poco un aburrimiento. O un mucho. En las teles, que son un medio sin piedad ni paciencia, o vas pletórico o te dan la extremaunción. ‘Sálvame’ ha sido un gentío gritón.
Pero ha tenido dos musas, yo creo, Belén Esteban y Rocío Carrasco , y cito rápido. Belén fue Currupipi con mechas, al principio, y luego una señora de la España con rulos de Benidorm, que es la que hacía la siesta larga de ‘Sálvame’, perdonando la siesta propiamente dicha. Esa España también muere con el programa, si es que no estaba ya bien muerta, desde hace rato. Rocío Carrasco fue Rociíto. Rocío ejerció de defensora de la audiencia, aunque en ‘Sálvame’ nunca se sabe de qué ejercía cada cual, salvo de poeta. Ese oficio de defensora de la audiencia es un oficio cuya virtud primera y última es ponerse a escuchar, un empleo poco frecuente en la tele, en general, y en ‘Sálvame’, en particular, donde se trataba de hablar demasiado en todas las direcciones, hiriendo o matando a alguien en el camino, preferiblemente. Serviría para lema de esta jarana la definición que para siempre me regaló Lita Trujillo : «Ser famoso en España es dejarse insultar». El mismo oficio de defensora de la audiencia ya lo ejercieron en su momento María Teresa Campos y Kiko Matamoros , que no son malos precedentes en el cargo, sino todo lo contrario. Kiko es un titán diverso, y ojalá encuentre pronto por ahí su sitio de cabreado que sabe lo que es una oración subordinada y administra el adjetivo, porque no ignora que en la tele de trifulca el adjetivo se juzga como una errata. Jorge Javier es mejor que la chusma que a ratos lo escoltaba . Encontrará trono.
‘Sálvame' se vino orillando no por hacer crónica social sino por destruir el género, tan honroso, tan nuestro, con lo que los colaboradores no vivieron de la glosa del famoso, o del célebre, porque se titularon famosos o famosillos, ellos mismos. No tiraban del provecho de la noticia de periódico o revista sino que treparon a ser noticia ellos mismos, porque la cara, y porque sí. Se lograron como revista contraria al ‘Hola’, pero revista en la tele y aprovechando para merendar. A la crónica de gentes, de tanta tradición y amenidad, le ha hecho daño ‘Sálvame’, porque la fama no es un particular, y el párrafo no es un esquí de ágrafos. ‘Sálvame’ puso perdido el panorama de chisme crudo, durante mucho tiempo, y sus protagonistas se han malcriado como populares más o menos trimestrales del papel, con lo que han saltado de la peonada de plató al retrato de papelería de portada . Llegaron a ser noticia en sí mismos. Qué España, qué loca España . Pero ahora la noticia va más allá, porque la noticia es el programa. Ya no viene, ni va, ni cambia. ‘Sálvame’ ya no se salva. Imagino que en las redes le harán un velorio sin vergüenza. Siquiera por lo mucho que ha durado.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete