'Outlander'

'Outlander' sigue los pasos de Claire Randall, una enfermera escocesa de la Segunda Guerra que acabará siendo médico y que, misteriosamente, a través de unas piedras mágicas, moles hechiceras, viaja en el tiempo hasta la Escocia de 1743. Allí se mete de lleno en un mundo de intrigas y peligros. Los malos son muy malos y los buenos son muy buenos. En una tierra donde los problemas se resuelven a puñetazos conoce a Jamie Fraser, un joven y carismático guerrero escocés. Se enamoran hasta el tuétano, relación que mantienen a lo largo de las décadas con las consiguientes generaciones y líos de espacio y tiempo, clave que otorga a la serie dosis altas de entretenimiento.

La serie hilvana hábilmente los viejos temas, lo que siempre funciona, del amor y las relaciones culturales entre épocas. No salirse del guion establecido es uno de los muchos aciertos de la serie, en este caso claro está. Añádanle la guerra; el intento de no cambiar la historia por parte de los personajes; la lucha de clases, que la hay; y la homosexualidad clara de uno de sus protagonistas, y descubrirán el porqué del éxito.

Visualmente es una delicia. Los paisajes escoceses, el telón de fondo, son vastos y hermosos y están fotografiados con destreza, al igual que la ropa y los elementos que proporcionan veracidad histórica. Y también, hay que contarlo, los actores Caitriona Balfe, interpretando a Claire, y Sam Heughan, interpretando a Jamie, son de una belleza escultural, de esas absorbentes que nos enseñaba la cultura griega. Él es un actor medio, pero ella es una actriz soberbia. De todos modos, aunque no actuasen, entran por los ojos y entran por las apetencias. Amor, historia y aventura, un coctel que nunca falla.