'La Unidad': «La seguridad total contra el terrorismo no existe, algo va a pasar»
Los creadores y actores de la serie de Movistar presumen de segunda temporada, que se estrena el viernes
«Uno de los villanos reales tenía un cuadrante en el que marcaba con cuál de sus mujeres se acostaba cada día»
Nuestros ángeles de la guarda contra el terrorismo regresan este viernes a Movistar, conscientes de que «la seguridad total no existe y algo va a pasar». 'La Unidad' estrena su segunda temporada. Ahora son ellos los que están en el punto de mira de los villanos, cada vez más crueles y mejor preparados. Todo está basado en hechos reales, después de meses de exhaustiva documentación . Alberto Marini , uno de los creadores, cuenta incluso que tuvieron que rebajar la dosis de realidad para que los guiones resultaran verosímiles. «Un malo en el que nos basamos tiene 14 hijos en la serie, pero en la vida real eran 26», cuenta como anécdota.
Lo peor, añade Dani de la Torre , el otro creador y director de la serie (junto con Oskar Santos ), es que «el tipo tenía un cuadrante en el que marcaba el trabajo de todas sus mujeres y con quién se acostaba cada día». «La Policía encontró un 'planning' en su mansión en el que se decía cuál de ellas tenía que hacer la compra cada día de la semana, la que debía dormir con él, el dinero que daba a cada una... Nos quedamos flipados. El propio agente que nos lo contó alucinaba ».
Un peligro añadido es que el perfil de los terroristas ha evolucionado más en otros aspectos, como explica De la Torre: «Antes siempre estábamos con la carne de cañón, los tíos que salen de la cárcel y no tienen nada que hacer. En la nueva ola captan gente que son universitarios, incluso alguno médico. Nahila ( Intissar El Meskine , atractiva e inquietante) representa a esos nuevos tipos de terroristas».
Mejor que la primera temporada
En su día, Movistar presumía de haber tenido el mejor estreno histórico con 'La Unidad' (producida por Buendía Estudios ). A falta de conocer la respuesta del público, lo cierto es que la segunda temporada es aún mejor. «Estamos completamente de acuerdo», dice Michel Noher , que da vida a Marcos, jefe del Grupo de Investigación. «Crece mucho la trama, los personajes, la humanidad y emocionalidad de todos ellos. Como espectador, creo que eso te permite identificarte desde el primer momento con lo que está ocurriendo y ser más parte de la Unidad».
«Ya conocemos a los personajes, con lo cual creo que la segunda temporada va más al meollo. Es una baza muy fuerte», añade su compañera de reparto Marian Álvarez , que interpreta el papel de la inspectora Miriam. «A mí me ha impresionado mucho y creo que sí, que es mejor la segunda», corrobora Nathalie Poza , comisaria jefe de la brigada. «Creo que el acercamiento a los personajes es más serio e íntimo, más arriesgado a nivel técnico».
Los creadores coinciden en el diagnóstico de Marian Álvarez. «A mí ya me gustaba más desde el guion», admite Dani de la Torre ante la mayor prudencia de su colega. «Es más agradecido porque ya hemos hecho el trabajo de presentar a los personajes. Eso nos lleva tiempo en todas las series y aquí son muchos policías y terroristas. Ya los conocíamos y pudimos ir más al grano. Luego, emocionalmente es mucho más potente . La primera quizás era un pelín más fría. En esta van a por ellos». «Creo que también hemos trabajado un poco más la compenetración de la trama personal con la del trabajo», admite Marini.
Nathalie Poza cuenta que el director se empeñó en reunir a todo el equipo para ver los seis capítulos juntos, en pantalla grande. « Es muy bestia lo que viene . Una cosa es leerlo y jugarlo y otra verlo. Hay muchas escenas que no había visto, además. Verte dentro de ese engranaje tan brutal me ha impresionado mucho».
Tanto le impactó que no vivió el acto como una fiesta: «Creo que eso es buena señal porque los actores tendemos a mirarnos mucho. Te pones muy egocéntrico y no ves la serie. Y yo me metí. Me olvidé de mí e hice una inmersión. La serie es mucho más grande que yo, afortunadamente. Es muy coral, aunque mi personaje es muy solitario, como son los puestos de poder. Das muchas órdenes, decides muchas cosas, pero estás muy sola. A medida que hablo de mi personaje me voy dando más cuenta de que está muy sola. Y viéndola me di cuenta de la envergadura de lo que contamos ».
Un topo en el equipo
Otro aspecto muy interesante de la serie es la posible existencia de un topo. «Esto es real», cuenta Beto Marini. «Una parte importante de la investigación de la Unidad es sobre sus propios integrantes. Es una investigación que tiene que ser permanente para que funcione. No vale con investigar a un agente un día, sino que cada año, cada equis tiempo, se investiga dónde se mueve, sus amistades, etcétera, para ver si se ha pasado al otro bando. Es un mundo complicado ».
Da igual que resulte duro para los agentes. «Es muy delicado», confirma Dani de la Torre. «Yo creo que ya vienen acostumbrados a luchar contra eso. Pasaba igual con los policías del País Vasco. Si eres policía y alguien de tu familia tiene vinculaciones con ETA , es normal que te investiguen. Y aquí si eres de origen árabe, tienes familia en Marruecos y pueden utilizarlo para llegar a ti o hacerte daño, también se investiga».
«Un policía investigado es una cosa muy jodida para ellos», afirma Marian Álvarez. «Están en el foco no solo de los terroristas, sino de sus propios compañeros, de no fiarte del otro. Esto les genera un estrés extra y empezamos a ver que se resquebrajan, sus debilidades. No son tan superhéroes. Y creo que eso es el éxito de esta segunda temporada, que empatizamos con ellos».
Manipuladores de fuentes
Además de topos, en la serie nos muestran a los infiltrados , «policías formados en la academia, aunque sean musulmanes, sirios o de cualquier procedencia», y las fuentes , «personas que por distintas razones están dispuestas a colaborar con la Policía; por idealismo, dinero o hasta venganza». «Son figuras necesarias aunque complicadas, porque pueden jugar un doble juego, engañarte y cambiar de bando», explica Marini. Luego está la figura del manipulador de fuentes . «Es un término feo, pero es gente que gestiona las fuentes, crean un vínculo muy humano, de persona a persona, muy estrecho, y a veces los tienen que manipular».
Y está el personaje oscuro del alto cargo del CNI . «No lo diseñamos como oscuro», asegura Marini, «pero son personajes que tienen que lidiar con una realidad muy oscura y moverse en ella. Para eso, a veces hay que parecer oscuro, pero creo que al final las decisiones que toma este personaje concreto corresponden a lo que consideramos ético y bueno».
Juego a varias bandas
«Es un personaje muy complicado, porque al final está en contacto con muchos mundos diferentes», agrega De la Torre. «¿Cómo te enteras de las cosas que ocurren si no te acercas a la gente que las hace? Tienes que coquetear con ese mundo y esa gente lo hace. Saca información de un lado, la comparte con otro al que le vende el favor... y luego es un asunto de seguridad nacional . Tienen que dar cuentas a los políticos y a sus compañeros. Es una posición muy complicada porque realmente tienen que tener información y no estropear los puntos que se la están facilitando. Es una operación compleja. Se podría hacer una serie solo con eso».
Por un lado se descubre que estamos protegidos por gente muy profesional y al mismo tiempo que las amenazas son incontrolables. Responde Beto Marini: «Es algo que la Policía siempre nos explicó. La seguridad total no existe, saben que algo va a pasar. Es inevitable . Puedes limitarlo al máximo, pero por muy profesionales que sean, el riesgo existe». «Lo estamos viendo en Francia, Inglaterra, Alemania... Pasan cosas, hechos aislados. Puede pasar aquí. Un lobo solitario puede salir de su casa y liarla en cualquier momento», concede Dani de la Torre.
Sobre la tensión que percibe el espectador, Marian Álvarez declara que a veces también se palpaba durante el rodaje. «Hay secuencias tensas. Hay que estar ahí con una energía muy potente. Y claro, al final eso te lo llevas. Recuerdo que en la secuencia del supermercado yo estaba tan en tensión que hubo un momento en que me empezó a temblar la mandíbula y no la podía parar . Al fin y al cabo, tu cuerpo reacciona. Aparte, Dani se centra mucho en los personajes y eso te ayuda mucho. No sientes que eres un peón más. Te da espacio para jugar y te ayuda mucho a creer realmente».
Álvarez también tuvo la oportunidad de viajar más que sus compañeros. Ella es una de las pocas que fueron a Jordania . «Es un país fantástico, pero estuvimos en un campo de refugiados, el más grande en todo el mundo, en la frontera con Siria . Es bastante impactante. Hay niños nacidos allí que no sabían lo que era un árbol . No lo habían visto nunca. Te planteas muchas cosas. Pero luego ellos eran maravillosos, aunque no deja de ser una cárcel, porque de allí no pueden salir libremente. Su vida es sota, caballo y rey, y de repente llegan estos locos con sus movidas y estaban encantados. Utilizamos muchos niños para rodar una secuencia y vinieron con sus mejores galas, con trajes brillantes. Luego iban descalzos, pero era increíble. Y cantaban. Pensabas: al menos que les sirva, pero te deja tocado. Me pasó en los dos sitios, en Nigeria y en Jordania. A ver si hay otra temporada y me llevan a Bali, pero me llevo una vivencia y una lección de vida muy importante».
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