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Todo esto ha pasado antes y volverá a pasar en 'Westworld'

HBO Max España estrena hoy el octavo y último episodio de la cuarta temporada de la serie de ciencia ficción sobre robots

Tessa Thompson, en la cuarta temporada de 'Westworld' HBO
Óscar Rus

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«Todo esto ha pasado antes y volverá a pasar». Este fue el 'leitmotiv' de la serie 'Battlestar Galactica' (2004-09), reimaginación de 'Galáctica, estrella de combate' (1978-79); también el de sus antagonistas, los Cylons, robots que le declaran la guerra (una que podría ser considerada ideológica, hasta santa) a sus creadores, o sea, a los seres humanos. La Historia se repite una y otra vez. El hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. No importan las buenas intenciones; siempre habrá destrucción. Corrupción. Caos. Y vuelta a empezar.

Esta tesis, tan pesimista, parece ser también la de otra serie, la contemporánea 'Westworld' (2016), reimaginación de la película 'Almas de metal' (1973), sobre un parque temático, repleto de androides, al que acuden los hombres para saciarse. Es el lejano Oeste. Es un mundo sin ley. Maten y vean. Los androides, aquí también, se rebelan contra sus arquitectos, sus guionistas, (cada autómata es un arquetipo con una trama en bucle) y se revelan, pues empiezan a tomar conciencia. Un clásico de la robótica. Es lo que le ocurre, durante el primer año, al personaje de Maeve (Thandie Newton), prostituta, que muere una y otra vez para explorar el mundo de los vivos, o sea, la trastienda de Westworld. Ese es también el viaje iniciático de Dolores ( Evan Rachel Wood ), damisela en apuros.

El giro de aquella temporada debut, líneas temporales aparte, fue que dicho autodescubrimiento era también obra del dueño del parque (Anthony Hopkins), cuya secreta finalidad era recopilar datos y más datos (¿les suena?). 'Westworld' , del canal de pago HBO, nunca fue mejor serie que en su debut. Pero continuó. Y se enredó con tanta muerte y resurrección. Uno se pierde con quién es quién. La cadena emitió anoche en Estados Unidos el octavo y último episodio de la cuarta temporada. El desenlace llega hoy a la plataforma HBO Max España . En principio, no es el final. Habrá quinta y última temporada, según deslizó en una entrevista el actor Ed Harris, o sea, el Hombre de Negro. O más bien una copia del Hombre de Negro; en esas estamos.

Estos ocho nuevos capítulos han contado cómo los robots, una vez han roto la 'cuarta pared', se vengan de sus creadores. Es una guerra fría. Ahora son los humanos quienes, sin saberlo, están sujetos a un nuevo orden. Puede que la serie ya no sea lo que era, en cuanto a calidad y argumento, pero el título tiene ahora mayor alcance: la Tierra es Westworld. En la tercera temporada , la primera ambientada en nuestro mundo, el personaje de Dolores liberó al pueblo de una inteligencia artificial que, al prever el futuro, discrimina. Era, otra vez, una sociedad estamental. Y en esta cuarta, son los androides quienes hacen y deshacen lo que quieren con los hombres. De hecho, el plan de la abeja reina, Charlotte ( Tessa Thompson ), o más bien una copia de Charlotte, es convertir a todo humano en robot y, al final, abandonar el cuerpo. Trascender. Pero también hay fugas. Algunas personas empiezan a tomar conciencia, a ver la torre (una copia de la de Calatrava en Montjuïc, Barcelona) que les controla, y son rescatados por la resistencia. Y algunos androides se suicidan. La insoportable levedad del ser robot. Y de ver 'Westworld' .

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