'Sky rojo', vista por sus creadores: «Escuchar al proxeneta hablar con orgullo es un bofetón»
Los creadores de 'La casa de papel' hablan de 'Sky rojo', un thriller trepidante que Netflix estrena este viernes 19 de marzo
Quién es Lali Espósito
![Verónica Sánchez, Enriq Auquer y Lali Espósito, en un descanso del rodaje](https://s2.abcstatics.com/media/play/2021/03/17/sky-rojo-U30883446041iXB-U85102038118avi-1248x698@abc.jpg)
Confiesan Esther Martínez Lobato y Álex Pina que conocieron algunas historias tan espantosas cuando se documentaban para escribir 'Sky rojo' que no vieron la forma de incluirlas en la serie. «Es desgarrador cuando te cuentan que una profesora infantil ... en África viaja a España y es secuestrada en un piso donde la obligan a mantener relaciones sexuales a cambio de dinero. La alternativa es pegarle palizas todos los días. Y lo más desgarrador es que esa persona sienta vergüenza por lo que ha pasado, y no los proxenetas, que por supuesto no creo que tengan esa capacidad. Vivir en una sociedad donde eso existe y mira para otro lado es tremendo », cuenta indignada la guionista.
'Sky rojo' no es, sin embargo, una historia de denuncia social. Sus creadores, conocidos en todo el mundo gracias al éxito de 'La casa de papel' , han creado un thriller trepidante, con humor negro y mucha acción. Son ocho capítulos de menos de media de duración, producidos por Vancouver, que supondrán para muchos un llamamiento irresistible a verlos del tirón. El consuelo para los aficionados es que después llegará una segunda temporada, ya grabada .
«Cuando escuchas al proxeneta hablar con orgullo de su negocio, es mucho más bestia el bofetón que si oyeras el discurso negativo, que todos nos sabemos», añade Pina. «Un señor que dice con orgullo que España es el primer país de Europa en consumo de prostitución te pone los pelos de punta», admite.
«Son historias imposibles de replicar porque son historias de terror », insiste Martínez Lobato. «Algunas han sido tejidas en la serie, pero nos hemos fijado más en la parte emocional y en el dolor de las personas que en las circunstancias concretas de violencia. Cuando ves la serie, vives un viaje emocional, porque primero te diviertes con la luz, el color, la purpurina, la música... y luego te vas torpedeando poco a poco con esas secuencias, casi todas 'flashbacks', en las que se cuenta cómo ha sido demolida la integridad de las víctimas».
La serie lleva al público, casi engañado, «a ese lugar que vemos todos en las carreteras, un limbo alegal donde cada año vemos un montón de redadas y cada año siguen sacando tramas de tratas de personas», describe Pina. «El público se divierte con un género de acción que parece inocuo, trabajamos con la comedia para mostrar un drama y lo golpeamos con muchas reflexiones esparcidas, pero en un vehículo de entretenimiento. Creemos que así llega a más gente, cuando te estás divirtiendo», explica el autor.
Empezar alto y seguir subiendo
Con el menor preámbulo posible, 'Sky Rojo' llega al tradicional tercer acto de cualquier historia en apenas cinco minutos, y después trata de seguir subiendo en una espiral casi imposible de adrenalina. El punto de partida es sencillo: Coral ( Verónica Sánchez ), Wendy ( Lali Espósito ) y Gina ( Yany Prado ) huyen de un 'puticlub', cuyos responsables quieren hacer valer su 'cláusula de rescisión'. Moisés ( Miguel Ángel Silvestre ) y Christian ( Enric Auquer ), secuaces de Romeo ( Asier Etxeandia ), dueño del Club Las Novias, salen en su búsqueda. Ellas son como Thelma y Louise, pero una más y con unos perseguidores mucho más peligrosos.
«Es la serie que más difícil nos lo ha puesto en cuanto a tono, en la que hemos asumido mayores riesgos», afirma Pina, cuyo primer mandamiento es «hacer cada serie diferente a la anterior, para aprender a hacerlas». «Cuando hicimos 'Vis a vis' no teníamos ni idea de dramas carcelarios. Luego llegaron 'La casa de papel', 'El embarcadero' , 'White lines' y ahora 'Sky rojo'. Aunque tengan cosas de nuestro estilo, de fragmentación temporal y ambigüedad moral, cada una de ellas es absolutamente diferente. Evitamos clonarnos. Buscamos personajes que enamoren al público para que quiera seguir viéndolos, que es de lo que va hacer series».
En este caso, la velocidad es esencial. La paradoja es que, con capítulos más cortos, mucha gente pasará más tiempo delante de la tele. «Es una narrativa donde puedes pegarte el maratón o ver unos pocos minutos», corrobora Martínez Lobato. «Como escritores, estamos alerta con dar al público pildoritas de atención cada muy pocos minutos. Hay estudios que dicen que ahora la atención media del espectador dura minuto y medio . Cada minuto hay que soltar algo. Si nos dejan a los cinco o a los quince, que tenga sentido. Ya no hay secuencias larguísimas que te preparan para una historia. Aquí sucede pronto lo más fuerte, que es a la fuga, y de ahí va todo para arriba».
«Tiene mucho que ver con el modelo de consumo», prosigue Pina. «Ahora las series se ven en el metro, en una sala de espera, y uno ve porciones cortas. 'Sky rojo' responde a un consumo contemporáneo, como muchos giros, mucha información en unidades de tiempo muy cortas. Se consume casi como se consume la literatura , lo dejas cuando lo dejas y punto. Es adaptarse al momento».
Dos temporadas y...
Álex Pina destaca otro factor: «De momento hemos escrito y rodado dos temporadas en un flujo continuo, en un espacio de tiempo muy corto. En 'La casa de papel', las temporadas 3, 4 y 5 abarcan solo cinco o seis días. El tiempo nos cunde mucho. Aquí hay capítulos que tienen de tiempo interno 10 minutos y duran 25. Trabajamos la inmediatez, desdoblamos mucho el tiempo porque creemos que ese flujo, la sensación de instantaneidad, hace ir muy deprisa al espectador, al mismo tiempo que a los protagonistas».
Los creadores también confirman que han rodado dos, pero que tienen «un final abierto y a partir de ahí puede pasar cualquier cosa ». En el caso de 'White lines', no dio para más de una temporada. Aquí será el público de todo el mundo, los algoritmos y alguna decisión más o menos humana los que decidan.
Otro aspecto clave es la estética. «Hay algo de 'pulp' y de Tarantino », admite Pina. «Nosotros hemos querido hacer un 'pulp' latino, que puede recordar pero es muy distinto, con un ritmo más frenético y torpedos de profundidad emocionales más fuertes. La comedia negra la compartimos, pero vamos a un lado más cínico . Tiene algo de su espíritu, pero es la serie más cromática que hemos hecho, la que más posibilidades musicales tenía, desde Camarón de la Isla a Lou Reed todo entra. Hemos trabajado también con músicas latinas y hemos sido muy libres para hacer un formato muy diferencial».
«Nadie apostaba por 'La casa de papel'»
Después de ver cómo sus series se han hecho cada vez más adultas, ¿harían ahora de otra manera 'La casa de papel', que al lado de 'Sky rojo parece para niños? «Yo creo que no», salta Esther Martínez Lobato. «A mí 'La casa de papel' me encanta. Fue un disfrute hacerla, con un riesgo increíble. No existía Netflix en nuestras vidas . Nadie apostaba por una serie tan extraña. Decíamos: vamos a contar un atraco, y preguntaban: ¿pero qué pasa en el siguiente capítulo?. Que seguimos con el atraco. ¿Pero cuántos capítulos? ¡Todos! Era marciano».
En cambio, «con las plataformas hay de todo», celebra la guionista y productora ejecutiva. «Caben todas las ideas. Me encanta porque todos se pueden expresar y encontrar público en cualquier lugar el mundo. No está ceñido a unos audímetros. En cada serie nos rompemos la cabeza para que tenga identidad propia. Lo guay es que pasen cosas que no son estrictamente realistas pero que dentro de ese mundo tengan sentido y sean honestas con sus propias características. Que te olvides de tu vida y tengas un viaje , conozcas a esos personajes, los quieras o los odies, y vayas a lugares que no están en tu mundo».
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