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Miren Ibarguren: «La gracia es muy subjetiva, mucha gente me detesta»

Movistar termina el rodaje de la segunda temporada de 'Supernormal', su comedia más vista el año pasado

Miren Ibarguren y Diego Martín, en el rodaje de la segunda temporada de 'Supernormal' Movistar
Federico Marín Bellón

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En un rodaje reciente , también de una serie de Movistar , decenas de niños eran secuestrados por un grupo de terroristas. Aquí no hay dramas de ese calibre y la única arma, no demasiado destructiva, es el humor. En 'Supernormal' , los pequeños se disponen a hacer la primera comunión acompañados por decenas de figurantes de todas las edades, que deambulan de forma ordenada por un colegio madrileño con solera. Joaquín Reyes dirige el coro de la iglesia. «Incluso de espaldas es gracioso», comenta en un susurro Olatz Arroyo , creadora junto con Marta Sánchez de esta producción de Secuoya Studios. En su primera temporada, fue la comedia más vista de la plataforma de Telefónica.

Los espectadores de 'Supernormal' ya conocen a Miren Ibarguren en la piel de Patricia Picón, ejecutiva en el entorno hostil de un banco de inversión. En la segunda, la protagonista ha perdido su trabajo y se entrega al cuidado de sus cuatro hijos. El director Vicente Villanueva ( 'Toc, toc' , 'Sevillanas de Brooklyn' , a punto de estrenar 'El juego de las llaves') sustituye a Emilio Martínez Lázaro y se hace cargo de los seis episodios.

Villanueva es un director de cine que ha demostrado conocer bien los complejos mecanismos de la comedia, una virtud que ya era patente en sus cortos, como 'Heterosexuales y casados' y 'La rubia de pinos puente' (se recomienda pinchar en los respectivos enlaces para verlos). «Yo siempre digo que mi filmografía auténtica está en los cortos», confiesa orgulloso de aquellas creaciones. El director cree uno de los secretos de esta serie es «no dar demasiada importancia a nada, porque a través de la comedia se pueden contar cosas importantísimas ».

En esta serie, de hecho, lo que se narra está más cerca de la realidad de lo que parece. « Yo trabajé en un banco de inversión hace muchos años y me apetecía un montón contar cómo era ese mundo y cómo eran las jefas que yo vi allí», cuenta Olatz Arroyo. «Es verdad que lo de ser mujeres a veces les pesaba mucho. Era una batalla permanente y es gente que tiene que estar constantemente pedaleando para mantenerse».

En la segunda temporada, la lucha es otra: «Cuando te has retirado del mundo laboral para ser madre y tienes que volver, cuesta muchísimo más. Ahora vemos a Patricia más desde abajo», añade la creadora y productora ejecutiva.

Ambas guionistas destacan la energía que tiene Miren Ibarguren, su protagonista. «Es una maravilla. Es graciosa dentro y fuera. Tiene una energía que es casi lo más importante, además de su sentido del ritmo».

Tener o no tener

La intérprete asegura que no se siente experta en la comedia ni graciosa de fábrica, a pesar de su trayectoria. «La gracia es muy subjetiva, hay mucha gente que me detesta y otros me ven graciosa. Algo tendré. Puede que lo sea, porque si no, no estaría trabajando tan seguido, pero he tenido mucha suerte también. Hay muchas mujeres muy graciosas en este país . Pero los papeles son cómicos, no los actores».

Su marido en la ficción, Diego Martín , que se pasea por el rodaje con los 'Diarios' de Rafael Chirbes , opina de forma parecida: «Un actor interpreta casi igual un drama y una comedia. No hay que ser gracioso, que es un buen camino hacia el desastre». También celebra que haya «un guion muy a la altura y compañeros a la altura». «Eso es muy, muy satisfactorio».

Miren Ibarguren también dijo una vez que las series funcionan «cuando le coges la misma proporción de asco y cariño al personaje ». «Sigo un poco de acuerdo, porque en la vida real si le coges asco y cariño a alguien es porque lo estás conociendo y eso está muy bien. De tus amigos ya sabes lo que te gusta y lo que no».

En la segunda temporada, su personaje vuelve «igual de intrépida, de valiente y de histérica». «Lo que sigue llamando la atención en la ficción es que los personajes femeninos tengan colores y trazos», explica. «Hasta hace poco estaban encasillados en madre, novia o tal. No los conocías en profundidad. Ahora sí llevamos un tiempo presentando a los personajes femeninos con la misma profundidad que a los masculinos. Todos salimos ganando con esto, sobre todo las historias».

Miren Ibarguren cree que esta temporada es «muy realista». «La primera también lo era. Lo que pasa es que era un mundo que no se ha explotado mucho en la ficción, el de la banca privada. Igual a la gente le sonaba un poco raro, pero es por desconocimiento, más que otra cosa. Además, Patricia es una mujer muy de hoy día , tampoco es algo exagerado ni nada».

Era necesario preguntarle por su secretaria, papel que interpreta Gracia Olayo : «Es maravillosa, maravilloso. Estoy superagradecida de haber tenido un montón de escenas con ella, porque es muy fácil trabajar a su lado. Con los grandes profesionales es muy fácil trabajar y ella lo es».

Sobre el realismo de la serie y su faceta reivindicativa , la guionista Marta Sánchez matiza la estrategia en la escritura: «Lo primero que hacemos siempre es reírnos de nosotras y luego intentar compartir las vivencias de Patricia, que la gente se ríe y disfrute igual que lo hemos disfrutado escribiendo». «El público está más abierto a cualquier crítica o cosa que quieras contar a través del humor», agrega Olatz Arroyo. «Así se sorprenden riéndose de cosas que a lo mejor, si se lo cuentas de otra manera, no harían reír».

«Tenemos amigas muy superadas, con una vida laboral exigente que es difícil de compaginar, familias que están totalmente desquiciadas », relata Olatz. «Y pretenden que no, que es lo más divertido», remata Marta. «Les parece de lo más normal y no lo es. Cuando ves las cosas que han hecho, piensas: es que esto no puede ser».

Ellas mismas no se libran, pese a que el oficio de guionista se puede hacer desde casa. Nada es fácil. «Siempre tienes la sensación de que tienes que ser madre sin que lo parezca », admite Marta Sánchez.

El humor y sus límites

Por supuesto, surge el eterno debate sobre las fronteras del humor: «El límite es el personaje, que el guion no le sea infiel», precisa Sánchez. «No hay que venderlo por un chiste», aporta su compañera al teclado, quien por otro lado anuncia que esta temporada «tendremos situaciones muy divertidas». «Cada capítulo va a ser distinto, en una localización diferente, con bastante enredo. Los personajes van a sufrir mucho y se lo vamos a hacer pasar muy mal».

¿Son crueles ? «No hay nada más divertido que ver a alguien que lo está pasando mal, que intenta hacer algo y no lo consigue», confiesa Marta Sánchez. «No solo a Patricia, también metemos en más líos a Alfonso. Nos ha funcionado muy bien ese tándem, al que se añade Marisol (Olayo). Hay cosas que no podemos decir, pero las relaciones laborales van a dar muchísimo juego».

Para ellas, no hay tanto autocensura como un ajuste continuo. «Suelen ser situaciones basadas en hechos reales, pero a veces decimos: esto no va a entrar. Pero partiendo de premisas normales entran muchas situaciones disparatadas». También hay situaciones que surgen de charlas que han tenido con madres , un mundo «que da mucho de sí».

También reconocen que «por algún chiste de 'Aída'» las podrían haber «cancelado» , pero insisten en que no son partidarias de poner límites. «Que cada espectador valore y elija». «El humor con cortapisas y censuras no te sale. Tiene que romper y provocar», sentencia Arroyo. «Intentamos que haga gracia, no provocar por provocar, pero autocensurarnos tampoco», afirma Sánchez.

Bárbara Goenaga, una actriz alegre

Bárbara Goenaga, que da vida a Isa, hermana de la protagonista, reflexiona sobre lo dramática que ha sido en general su carrera: «Es verdad que en un momento dado casi siempre he hecho dramas, siempre fallecían mis personajes o al final les pasaban cosas tremendas. No sé si es también por el momento en el que vive uno, pero una vez llegaron a llamarme 'la actriz de la mirada triste', me acuerdo muy bien. Cuando leí ese titular me dije: '¡Pero si soy todo lo contrario!' Soy mucho más cómica que otras cosas».

En 'Supernormal', Goenaga lo demuestra, aunque es cierto que de niña era tan tímida que salía a la pizarra en el colegio y se ponía roja . «Me mareaba de verdad, me salían ronchas, era algo enfermizo. Se me quemaba la cara, la piel, era una cosa tremenda». «Entonces los papeles fueron más dramáticos», reconoce. «No sé por qué yo me veía más segura, hasta que va pasando el tiempo, vas perdiendo la vergüenza y llegas a un set y eres capaz de hacer lo que haces en casa. Pero también es verdad que para hacer comedia desde luego vergüenza no puedes tener».

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