Tibieza y mediocridad en 'La pareja perfecta'
Cumple absolutamente todos los requisitos del género, pero le falta alma, entidad
La muerte no es el final: los mejores 'true crime' para ver en las plataformas
El true crime está en auge. No es algo discutible. Las plataformas de streaming lo saben y por ello en los últimos años están produciendo documentales, antologías y series de ficción en esa línea. Esta tendencia nos ha llevado al resurgir del género del ... misterio de asesinato -el conocido whodunit- al más puro estilo Agatha Christie. Disney+ tiene la excepcional y divertida 'Solo asesinatos en el edificio', Max lanzó en 2021 la minimalista 'Mare of Easttown' y en Prime podemos encontrar uno de los mayores exponentes del género: 'Fargo'.
Y como 'Netflix' no quería ser menos, acaba de estrenar 'La pareja perfecta' con todos los ingredientes clásicos y básicos de la categoría: un amplio elenco de sospechosos con motivo para asesinar, secretos y mentiras, una localización aislada y atractiva, una pareja de detectives que nos sirvan de catalizadores de la historia y un par de giros inesperados de guión hasta descubrir quién mató a Laura Palmer, digo a Merrit Monaco -me pueden las costumbres-. La receta es sencilla si se sigue al pie de la letra.
Lo peligroso de las recetas es que si sólo la seguimos al pie de la letra no tendrá personalidad propia. Sin un toque personal tendrá sabor a todo y a nada. A 'La pareja perfecta' le pasa exactamente eso. Cumple absolutamente todos los requisitos del género, pero le falta alma, entidad. A pesar de la presencia de dos grandes nombres como lo son Nicole Kidman y Liev Schreiber (el gran Ray Donovan), el plato les ha quedado soso y sin punch como dicen ahora los chefs y jurados de los programas televisivos de cocina.
No me malentiendan. 'La pareja perfecta' es tan entretenida como anodina. Tan disfrutable como olvidable. La trama no ofrece absolutamente nada nuevo y la hemos visto en innumerables ocasiones: futura esposa de heredero millonario llega a la mansión de la poderosa familia y surgen todo tipo de tensiones por las diferencias sociales, económicas y los nervios que acarrea la preparación de la boda. La matriarca, Nicole Kidman, es severa y distante y el marido es un bon vivant adicto a la marihuana sin oficio ni beneficio. No nos puede faltar el hijo prepotente e inútil, la amiga guapa objeto de deseo de todos y la ama de llaves inmigrante. ¿Ven a lo que me refiero? Esta historia no tiene nada de particular. Es el estándar más estándar posible del género.
Y como no podía ser de otra manera, la serie discurre por una interminable sucesión de lugares comunes que todos hemos visto antes. Insisto en que 'La pareja perfecta' se deja ver e incluso puede llegar a picar lo suficiente para verla de una sentada, pero al terminar es imposible no pensar que con algo más de trabajo el guión podría haber sido algo más sabroso. Quizá la novela homónima de Elin Hilderbrand en la que se basa la serie no daba para mucho más. En definitiva, insulsa pero no decepcionante, especialmente para los amantes del género.
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