La ventana indiscreta
La vida en bucle
El tiempo puede ser un círculo plano pero la vida es un bucle interminable: todo final, inevitablemente, vuelve siempre al principio
Tiempos que matan
![La vida en bucle](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/play/2024/02/22/tractor-kIeB-U601355189909bTC-1200x840@diario_abc.jpg)
Hay quien se propuso encontrarle la costura metafísica a eso que dijeron el otro día en el final de 'True Detective. Noche polar' de que el tiempo es un círculo plano. A mí, que las teorías abstractas me pillan tan lejos como la noche ... oscura del alma de esa invernal Alaska, me dio por pensar en la vida y en su bucle interminable, en cómo todo final, inevitablemente, vuelve siempre al principio, a los orígenes.
Le pasa a Issa López con la serie de HBO, que remite a la de Nic Pizzolatto, mal que al creador de la original le pesen las oportunas y evidentes comparaciones. Y también a todos nosotros, como contó magistralmente la película 'Cinco lobitos' hace unos años. Nos pasamos la vida aprendiendo para crecer y resulta que cuando dejamos de crecer empezamos a olvidar todo como cuando no sabíamos nada. Hasta que llega un punto, casi con el último aliento, que somos en esencia los mismos que cuando descubrimos que necesitábamos aire. Genuinos, dependientes, vulnerables. En fin, puros. Sin tener ni idea de geometría, ¿hay acaso algo más poético que eso?
Todo esto viene porque hace unos días nos encontramos otra vez con Paquita, una anciana del barrio muy entrañable que suele pararse a hablar con la gente, aunque no siempre la gente la escucha. Quizás por eso de que somos animales de costumbres, la mujer se detuvo por segunda vez con mi hija de ocho meses para cantarle una copla. El arte no lo perdió la buena mujer, que entonaba para llegar al alma, pero sí la memoria. Se sonrieron ambas como quien sonríe por primera vez, a pesar de que la escena, como sus palabras, era idéntica a la de hace unas semanas.
El tiempo es un compañero de viaje, un viejo amigo del pasado y a la vez un desconocido del futuro. Un círculo hasta que se estira y se rompe y deja de serlo. Lo tensaron este miércoles tanto los agricultores que, en vez de ponerse a dar vueltas, como manda la lógica de la circunferencia, marcharon por el centro de Madrid en línea recta. Nunca una protesta encerró tanta filosofía: puede que, inmersos en esta vida en la que vemos sin mirar, comamos frutas y verduras sin imaginar siquiera nuestro vínculo con los agricultores, como ayer dibujaba en estas páginas Puebla. Si no volvemos al campo porque olvidamos dónde está, al menos sabemos que el campo está en nosotros.
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